viernes, 31 de octubre de 2014

Quedéme y olvidéme,

Quedéme y olvidéme,
el rostro recliné sobre el Amado;
cesó todo y dejéme,
dejando mi cuidado
entre las azucenas olvidado
 San Juan de la Cruz. ‘Noches Oscuras del Alma’, (1542-1591)
soledad

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