miércoles, 29 de octubre de 2014

Tiempos Difíciles

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Los desafíos actuales de la empresa exigen reinventarse.

EL MERCADO, LOS CLIENTES Y LA SOCIEDAD

La gestión de empresas no puede dejar de reconocer que se inserta en un contexto cultural, económico, legal, social, ecológico, valórico y ético, que cambian permanentemente y condicionan su accionar. Las oportunidades y riesgos se develan para quienes saben descifrar las tendencias que se manifiestan en la realidad que nos toca vivir.
Es mucho lo que se ha avanzado en el país y mucho también lo bueno que se ha hecho, pero hay temas que no han sido bien abordados y que requieren atención urgente.
Se han resumido en el mundo político en dos diagnósticos elocuentes: abuso y desigualdad, y se ha concentrado la crítica en la empresa y los empresarios.
Esto ha producido preocupación en el mundo de la empresa. Sin duda, aceptan que hay cambios importantes que hacer, pero cuidando de preservar lo que nos ha permitido llegar a ser un país líder en Latinoamérica.
La empresa se mide por su “capital propio” y su “capital reputacional”.
La imagen de la “retroexcavadora” les hace temer que los vientos de transformación olviden la importancia de protección de lo que con gran esfuerzo hemos logrado como país, tanto en términos de convivencia como de progreso.
Es un tema importante y que preocupa. Ser responsable de una organización exige, en primer lugar, estar sintonizado con los signos de los tiempos. Y los tiempos para las empresas del país son difíciles. Se suman modificaciones de gran significancia para la marcha de los negocios, como las incluidas en la reforma tributaria, con cuestionamientos profundos al cómo hacer empresa.
Está claro que el modelo de empresa que hemos empleado en los últimos 30 años no es suficiente para los tiempos que corren. Limitarse a la dimensión económica o reducir todo el problema al funcionamiento de los mercados no se refiere a sus grandes desafíos.
La creación de un futuro debe ir más allá de los límites de la empresa y orientarse al bien común. Los ejecutivos deben preguntarse no solo si las decisiones son buenas para sus empresas, sino también si sirven a la sociedad.
Ninguna empresa va a sobrevivir en el largo plazo si no ofrece valor a sus clientes, crea un futuro que sus competidores no pueden ofrecer y contribuye al bien de la sociedad.
Hoy, la salud de una empresa no se mide tan solo en el “capital propio” registrado en los estados financieros, sino que se observa con mucha mayor acuidad en su “capital reputacional”.
El punto de partida es la construcción con la comunidad de una relación sustentada en la confianza. Junto con ello, la certeza jurídica, una institucionalidad moderna y un ambiente político y social estable dan la base para un actuar virtuoso de la empresa.
Este es nuestro desafío.
¡Hasta el miércoles!
La profesora ayudante de este curso es Lídice Majluf.
El punto de partida es la construcción con la comunidad de una relación sustentada en la confianza.

EJECUTIVO PERPLEJO

Veamos un caso ficticio. Julián Tito Jordán, gerente general de Manufacturas Modernas (MM), donde trabaja hace 30 años, se siente con las manos sucias, aunque no ha hecho nada incorrecto. Es el ambiente que se respira a propósito de abusos de empresas y de la desigualdad social. Piensa que es muy injusto. Cree que la empresa ha hecho una contribución tremenda al progreso del país. Quiere hacer algo que ayude a restablecer las confianzas. Opina en www.claseejecutiva.cl/
forotareasejecutivos2.

PUNTO DE VISTA: EL INFARTO DEL ALMA (O LA INSOPORTABLE OBLIGACIÓN DEL RENDIMIENTO, EL ÉXITO Y LA FELICIDAD)

Por el Dr. Sergio Canals L., psiquiatra.
“El exceso del aumento del rendimiento provoca el infarto del alma” (Byung-Chul Han; “La sociedad del rendimiento”).
Muchos ejecutivos, “narcisistas del rendimiento” y, prisioneros de las (auto) exigencias de rendimiento y el éxito individual sin fin, estresados, agotados y fatigados, terminan por ahogarse en sí mismos, solitarios, y estresados, inundados por la soledad.
Se hunden en la “depresión del éxito”, donde el deseo (eros) por las otras personas en su diferencia radical (“alteridad”), terminaría por desaparecer, convirtiendo a los compañeros de trabajo, los trabajadores a su cargo, sus amigos y, a veces, a su misma familia, solo en espejos, donde reconocerse ellos mismos.
No se dan cuenta de que cuando se trata de convertir a otra persona en solo un espejo que los refleje, este se rompe irremediablemente, por lo que la imagen devuelta no es la imagen de uno mismo, idealizada, deseada y fantaseada, sino una que se devuelve irremediablemente trizada.
Según el autor citado, este repliegue sobre sí mismo, producto de “la agonía del eros” actual, conduciría finalmente al vacío interior y a la depresión.
Hoy, además de rendir y rendir, se debe ser siempre positivo, exitoso y feliz. Si no se logra, la culpa es de uno mismo. Ya casi no existe una cultura que reconozca en la sencillez y la humildad valores fundamentales, y en la debilidad y la fragilidad algo muy propio del hombre.
Muchas veces, la búsqueda desmedida del éxito puede justificar cualquier degradación moral, como vemos en la corrupción.
Para hacerles el quite a muchos de estos “cánceres espirituales” e “infartos del alma”, el remedio yacería en cambiar la búsqueda egoísta del rendimiento narcisista, por el reconocimiento y la acogida responsable del otro, que en su “alteridad” siempre está antes que uno, es decir, en aprender sabia y serenamente a amar de verdad.
“La sabia serenidad es una apertura a lo eterno”. (Martin Heidegger).

COLUMNA DE OPINIÓN

Marcos Lima

LOS LÍMITES DEL MERCADO

LA SOCIEDAD CONTEMPORÁNEA EXIGE A LAS EMPRESAS ALGO MÁS QUE PENSAR EN LAS UTILIDADES.

Hace algunos años fui sorprendido por el gran cartel publicitario que cubría el edificio del Ministerio de Hacienda. Al principio me pareció normal, incluso pensé lo emprendedor que había sido el funcionario que aprovechó esa práctica. Pero una segunda mirada me hizo reflexionar.
¿Era una buena señal arrendar la fachada del Ministerio de Hacienda como un espacio publicitario privilegiado?
Este hecho que presenciaron miles de santiaguinos es uno más acerca de los límites a los que debe sujetarse el uso del mercado, donde todo tiene su precio, pero en el cual muchas veces las personas olvidan el concepto del valor.
Texto guía in costo para los matriculados
Esos límites van cambiando con los tiempos, con las ideologías que imperan en la sociedad o con las distintas culturas, entre otros factores que los condicionan. A partir de los años 80 es que los mecanismos de mercado se introdujeron profundamente en casi todos los ámbitos de la vida cotidiana. “Soluciones privadas a problemas públicos” fue su lema.
Al promover la iniciativa privada, la innovación y sobre todo su eficacia en la asignación de los recursos, el modelo de mercado ha permitido un período de crecimiento y generación de riqueza que, en el caso de Chile, no tiene comparación en nuestra historia republicana.
Benedicto XVI se preocupó
Dice el Papa Benedicto XVI en su encíclica Caritas in veritate, “si hay confianza recíproca y generalizada, el mercado es la institución económica que permite el encuentro entre las personas…..” valorándolo, pero agrega una frase acerca del lucro, tan de moda en nuestra discusión, “la ganancia es útil si, como medio, se orienta a un fin que le dé un sentido, tanto en el modo de adquirirla como de utilizarla. El objetivo exclusivo del beneficio, cuando es obtenido mal y sin el bien común como fin último, corre el riesgo de destruir riqueza y crear pobreza”.
El profesor Michael Sandel de Harvard plantea que existen límites morales al uso de mecanismos de mercado, especialmente cuando este corrompe la naturaleza del bien que se quiere conseguir o proteger. Un ejemplo sería pagarles a los niños de enseñanza básica por cada libro leído, ya que ello distorsiona el propósito de desarrollar el gusto y la motivación por la lectura. Otro aspecto que lo inquieta es evitar el mercado donde deben primar criterios de comunidad, y donde se introducen lógicas de desigualdad cuando las personas deben ser tratadas como iguales. Dramático puede ser permitir el pago por un puesto en la lista de espera de trasplantes.

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