Un blog sobre la importancia de darte espacio
Hola. ¡Qué bueno que estás por aquí!
Hoy, arranco con un nuevo ciclo de blogs en el que pretendo elaborar sobre los 6 principios desde los que trabajo.
Por eso, para honrar el nuevo comienzo, tomémonos un minuto para centrarnos y volver al presente. Con ojos cerrados hagamos una respiración lenta y profunda.
El propósito de hoy es justamente hablar sobre este acto de centrarse y volver a uno. Me gustaría comunicarte lo integrador y poderoso que es este simple acto de volver al cuerpo antes de lanzarte a la acción.
Hablaremos por eso del Principio de Contexto y Contenido.
Y como vamos a estar hablando de volver al cuerpo, está bueno empezar por sentirlo un poco.
Te invito a que nos desperecemos, estirándonos y moviendo las articulaciones, quizás hasta bostezando. Lo que sea que te haga sentir la presencia física de ese fabuloso contenedor que es tu cuerpo.
Primero la teoría.
Principio de Contexto y Contenido:
El contexto determina la experiencia del contenido.
Esto significa que cómo hacemos algo influye directamente sobrecómo lo vivimos. En otras palabras, las condiciones en las que realizamos una acción son importantes para nuestra opinión de la misma.
El contexto en términos de nuestro cuerpo-mente está determinado por el espacio.
Es diferente la experiencia de realizar un movimiento corporal con espacio en las articulaciones, que realizarlo desde un estado de compresión y colapso.
Es diferente la experiencia de tomar una decisión cuando nos damos espacio, que cuando tenemos que hacerlo a las apuradas.
Es diferente la experiencia emocional de viajar en un ascensor solo o con una persona amiga, que hacerlo con un desconocido.
Cuidar el contexto no implica olvidarse del contenido, sino darle las mejores condiciones para que este se manifieste.
El contenido (los fines) es la razón por la que hacemos algo. Si vas a una charla de un tema que te interesa, vas por la información que allí se brindará. Para aprovechar al máximo ese contenido, conocete, sabé lo que te hace bien y te da satisfacción, y cuidá tu contexto. Cuidar el contexto es lo mejor que podemos hacer por nuestros fines concretos.
Organizar tu contexto es el paso previo a toda acción.
Primero nos organizamos interna y externamente, luego accionamos sobre el mundo. Ciertas personas nacen con una organización interna natural, nada los estresa ni abruma. Si, como yo, no te contás dentro de esos afortunados, pero igual deseás poder disfrutar de la vida, aprender a coordinar e integrar el funcionamiento de tu cuerpo-mente tendría que ser una prioridad.
Suficiente teoría, pasemos a unas prácticas.
Pero antes, ¿qué tal si nos movemos un poco?
Entrecruzá los dedos de las manos, rotá las palmas hacia afuera y estirá los brazos hacia adelante y hacia arriba. Soltá los dedos y bajá los brazos dibujando un semicírculo a tus costados. Cerrá los ojos y sacudí los brazos y los hombros.
Excelente. Sigamos.
La práctica de hoy tiene 2 componentes:
1. Crearme un Espacio Seguro.
2. Parar y Recordarme.
1. Crearme un Espacio Seguro.
a) Espacio físico:
El lugar dónde realizamos nuestras actividades es importante para nuestra comodidad, seguridad y libertad. Todos nuestros sentidos están involucrados.
- Mirá alrededor tuyo y fijate si lo que ves te da tranquilidad. ¿Qué tal los sonidos? ¿Y las sensaciones físicas? ¿Olores? ¿Compañía? Ajustá lo que necesites para estar cómodo.
b) Espacio corporal y mental:
Conocernos física y mentalmente es importante.
Tu piel, tus músculos, tus huesos, tus órganos, todos ellos te dan consistencia, límites y soporte, y llenan tus espacios internos. Aprendé a percibirlos con algunas de las siguientes ideas:
- Sentí la piel acariciándola en toda sus extensión, dándote una ducha, un baño de inmersión, o dejando que el viento la recorra.
- Mirá unas láminas de anatomía, donde puedas ver los huesos, los músculos y los órganos y date un auto-masaje, mientras palpás las diferentes partes.
- Podés practicar algunos de los ejercicios de auto-observación que planteo en este blog, o en este.
Tus pensamientos también tienen su cualidad, aprendé a conocerlos y notar sus efectos en el cuerpo.
- Una excelente práctica para descubrir el funcionamiento de tu mente es la meditación. Te recomiendo leer este blog (escrito por Eduardo Gómez Haedo).
c) Espacio Personal:
El espacio inmediatamente alrededor tuyo es tu espacio personal. Vale recorrerlo también, y reconocerlo.
- Notá cómo se agranda y se achica en diferentes circunstancias. ¿Qué determina que crezca o que se encoja? ¿Lo podés hacer crecer o contraerse a voluntad?
- Si estás sentado, notá cómo podés integrar la silla a tu sistema y sentir dónde tocan el piso las patas, si tomás un lápiz, notá cómo podés sentir la punta cuando escribís con él en un papel.
- Con tus pies en el piso, notá que podés sentir el piso no sólo debajo de tus pies, sino que también cómo se extiende alrededor tuyo en 360 grados. Si te parás sobre un banquito angosto podrás notar que ahora no sentís esa misma extensión horizontal, sino que tu conciencia va hacia la base del banco.
d) Espacio Compartido:
Compartimos nuestros espacios con cosas, animadas e inanimadas.
- Notá cómo reaccionás cuando algo o alguien ingresa en tu espacio personal.
- Notá cómo reaccionan los otros cuando tú ingresas en su espacio personal.
- Notá la diferencia en las reacciones cuando se pide y concede permiso para ingresar, tanto en tu espacio como en el de otros.
- Con alguien con quien te sientas cómodo en contacto físico, permitile que te mueva mientras mantenés tu conciencia en tus espacios internos y externos. ¿Hay algún momento que te retirás del contacto?
- Probá mover tú a alguien con quien tengas confianza. Notá tus espacios internos y externos, integrando el espacio del otro a tu movimiento.
2. Parar y Recordarme.
Durante cualquiera de las prácticas anteriores, vas a notar que por momentos tu atención se va. Cuando te des cuenta de ello es el momento de parar y volver a ti. Volver a ti es volver a tus espacios internos y externos, es volver a crearte espacio y reconocerlo.
Volver a ti es la forma de cuidar tu contexto, para tu experiencia de los contenidos de tu vida sea la más disfrutable.
Te recomiendo leer este blog sobre el arte del parar (también de Eduardo Gómez Haedo).
Bueno, es todo por hoy.
Hoy estuvo largo. Si llegaste hasta aquí seguramente necesites mover un poco el cuerpo nuevamente. ¿Qué tal si nos permitimos un buen bostezo, nos desperezamos grande, y nos sacudimos con un perro saliendo del agua?
Ahora sí. Como siempre, cualquier duda, pregunta, o comentario podés dejarlo en el espacio debajo.
Respiremos juntos una última vez. Adentro… Afuera… Ah!
Gracias por venir.
Hasta la próxima.
Victoria
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