martes, 25 de noviembre de 2014

Con la idea fija

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El cerebro trabaja con conceptos e imágenes. Los conceptos abstraen lo general de lo particular, luego traducen e interpretan. Son filtros falibles y aceptar como cierto algo porque  “lo vi con mis propios ojos”, es desconocer que los ojos perciben a través de cristales que deforman.
Fijación conceptual es la incapacidad de advertir que algo que tiene un uso X podría usarse de otra forma. Así se bloquea el uso distinto de las viejas herramientas. En resolución de problemas un concepto tiene que cambiar para que la percepción encuentre variedades. En el acertijo: Tienes una caja con chinches, fósforos y una vela (abajo, a la izquierda). Te piden encender la vela y pegarla a la pared sin derramar la cera sobre la mesa.




Para encontrar la solución (en la figura de la derecha) hay que cambiar el concepto caja como contenedor por el de estante (y unir la caja a la pared con las chinches, encender la vela y ubicarla en el medio). Es difícil para el cerebro producir ideas nuevas  porque se bloquea con los conceptos que almacena, aunque la solución salte a la vista. Estamos muy condicionados con lo que sabemos y nos esforzamos por anclar todo a su alrededor y explicar así nuestra perspectiva sobre lo que está pasando.
La evolución. El hombre primitivo manejaba cosas, se comunicaba sin abandonar su pequeño mundo, podía imaginar objetos pero no traducir abstracciones en imágenes. Hoy somos inducidos a formar conceptos por la publicidad. No comprendemos las causas ni llegamos a las soluciones.
No estar preso no es igual a ser libre. La imagen puede vaciar al concepto de contenido y convertir al homo sapiens en homo videns. Al cambiar concepto por imagen se lo manipula. El promedio de la gente usa 750 palabras, los jóvenes 250, entre los 100 mil vocablos del idioma. El lenguaje enriquece el pensamiento. Sin palabras no podríamos pensar. El límite de mi mundo es el límite de mi lenguaje, decía Ludwig Wittgenstein.
Si no existiese la palabra piedra para referirse a ella habría que decir que es una sustancia mineral dura, compacta, consistente, no terrosa ni metálica, que se suele extraer de canteras, que se conserva en el tiempo sin perder sus principales características.
Usar menos términos implica que haya menos realidad en el cerebro. Elogiar el ahorro de palabras es como celebrar la ignorancia. Con pocas palabras se achica el pensamiento pero con muchas se habla de más, hay cosas que pueden decirse en dos palabras. Tenemos sentimientos y pensamientos complejos, llenos de matices, imposibles de narrar en blanco y negro. A veces las palabras no alcanzan: hay que variar el menú.
La Feria del Libro de Guadalajara es un imán para los políticos mexicanos. Un periodista le preguntó a un candidato, sobre los 3 libros que más habían influido en su vida y este se enredó en explicaciones ininteligibles. En la España de Franco la lectura no era bien vista y desprestigiaba.
Leer no es garantía de nada, pero no leer es mala señal. El diario de ayer ya es viejo pero Homero siempre es joven. Saltamos velozmente de aparatos para ganar tiempo a escaparles para tenerlo, de no saber nada a saber demasiado. Nadie trabaja tres minutos sin interrupciones. Pasamos horas ante las pantallas. Somos incapaces de sentarnos solos y en silencio. Para Thoreau el hombre cuyo caballo trota una milla en un minuto no es el que lleva el mensaje más importante. McLuhan, advirtió: Cuando las cosas llegan rápido, es natural que se pierda contacto con uno mismo.
Hay más formas de comunicar y menos que decir. La empatía y el pensamiento profundo  dependen de procesos neurológicos lentos, nuestra vida vertiginosa no da tiempo para eso. Debemos dejar de perseguir la novedad. Para el Principito lo esencial es invisible a los ojos.
Darse cuenta. Al centrar la atención algo se convierte en figura y se despega. Fondo y figura son partes de un todo, lo que es figura hoy puede no serlo mañana. Hay que aprender a lograr capacidad de invención, congruencia y valentía. El insight, es ver lo que sabes y olvidarlo. El filósofo y el artista levantan la represión, simbolizan lo inconsciente. Intuición es la clave: lo que es nuevo se aprende con lo viejo. Newton descubrió la gravedad porque sabía combinar lo diferente. La represión separa, la intuición integra y el inconsciente se expresa. Disponer de la fuerza para asociar la infinidad en unidad integradora es la función del genio. Intuir es captar la totalidad. En mundos parecidos hay incapacidad para observar.
El artista representa lo oculto, lo reprimido, la función de pensador es darle forma de conocimiento. El artista ilumina, el filósofo representa. El artista es inconsciente, el filósofo es consciente. El artista sueña, el filósofo despierta, e interpreta. El líder los reúne para que los sueños se hagan realidad. Sin captar la realidad interna y externa se vive preso de fuerzas invisibles.
140 caracteres. Resumir revela capacidad de síntesis. Cada época está signada por un arte. En la Edad Media y el Renacimiento fue la arquitectura, en la antigüedad, la pintura, en el siglo XX  el cine. Twitter resume la potencia de esta era. En 140 caracteres florece la inteligencia y un humor que inauguran paradigmas. Es el medio en que vivimos, los otros sólo reciclan. Twitter refleja el cerebro colectivo.
Alguien explicó así la Crisis griega: 1. Homero. 2. Sócrates. 3. Theodorakis. 4. Costa Gavras. 5. Onassis. 6. Yogur Griego. 7. Mellizas Xipolitatis.
Twitter es un jeroglífico para el inmigrante y una adicción para el nativo. Más veloz que el periodismo, más inmediato que el correo o el teléfono, más provocativo porque no posee editor. Es también el más democrático porque tiene su propio sistema de liderazgo.
Para ser sabio no basta con información, conocimiento y experiencia, hay que combinarlos, dinamizar los universales de la experiencia: los hechos, los signos que los representan y las  ideas que surgen del intercambio. Sin métodos dejamos al cerebro operando al azar. Cuando murió Einstein estudiaron su cerebro y detectaron que su rendimiento tenía que ver, más que con cualquier otra cosa, con la forma en que lo hacía funcionar.
Palabras más palabras menos. En psicolingüística se estudian las palabras superbuenas, una de ellas es ciencia. Se usan  repetida y abusivamente conceptos científicos fuera de contexto y sin justificación empírica, apabullando con términos magnéticos y atrapantes.
El imaginario colectivo está poblado de esas palabras. Por sugestión el lector las  asocia con el mensaje y le atribuye a este gran valor. De allí provienen engaños que generan crisis. A las hipotecas subprime les pusieron nombres que vulneraban la capacidad de crítica y fueron rebautizados como CDO (Collateralized Debt Obligations). Y muchos, cegados por su ambición o la ignorancia, y engañados por el lenguaje, compraron basura. Muchos instrumentos financieros son tan complicados que no se pueden entender. Así llegó el desastre. Salvar a la sabiduría es lo que importa, si terminamos por perderla llegará el abismo. Necesitamos pasar más tiempo aprendiendo a usar nuestro “músculo mental”.
La imagen la cosa y la palabra. El saber es estático. Desde la imagen no se reflexiona desde categorías lógicas que dan seguridad pero no ideas. La imagen vive virtualmente en el concepto como posibilidad. Se complementan como la lógica y la experiencia. Un discurso parte de conceptos y genera imágenes. El hecho vive en la imagen, el concepto no puede encapsularlo, hay que articularlos.
Einstein pensaba en imágenes, en la teoría de la relatividad se imaginó viajando en la punta del rayo de luz. Dijolas palabras no me influyen al pensar. Las entidades que uso son imágenes que puedo combinar. Las palabras las busco recién cuando puedo reproducir el juego asociativo a voluntad.
Ponga a prueba su imaginación: intente distinguir un segundo rostro además del de la dama, en la imagen ubicada abajo.








Dialogar con uno mismo. Séneca dijo “las palabras se convierten en hechos o no sirven para nada”. El lenguaje organiza el pensamiento. Eliminando términos absolutos como siempre, nunca, todo, nada, amigo, enemigo, se reconocen los matices.  Al pensamiento se lo ayuda con palabras. “Por qué” orienta a  buscar la causa. “Cómo” lleva a la acción, a imaginar el futuro. “Fracaso” es una declaración de culpa, “error” induce a reintentar, a aprender. “Problema” tiene una connotación estática, “objetivo” moviliza hacia el logro. Hay un “no” paralizante y otro que descarta lo que es inútil. El “sí” lleva a experimentar, a que si las cosas no salen variemos el cómo.
No pienses en un elefante lo activa en la memoria. La palabra no es inocente, enfrenta a la voluntad. El pensamiento no es libre, repite guiones que prevalecen ignorando los hechos. Imagine una heladera blanca, un lavarropas blanco, una pared blanca ¿Qué bebe la vaca? ¿Pensó en la leche? No, no bebe leche, bebe agua. Quien domina el lenguaje neuronal controla al otro con el mensaje.
Para que no se piense en algo no hay que nombrarlo, la mente no procesa en negativo, al decirle NO responde SI. NO fumes genera deseos de fumar. En positivo sería: respira aire puro. Es sencillo inducir al otro, el hábito de pensar por patrones adapta automáticamente lo real a la creencia. El pensamiento lateral propone hacerlo de otro modo. Si una idea dominante impone el recorrido sugiere transgredirla.
Si le piden que desagote una bañadera con un balde o un vaso evite la trampa. Quítele el tapón.
Pero el realismo mágico y el relato emotivo seducen y engañan. El tallado del alfabeto en el cerebro permite pensar los hechos con palabras que los representan y del juego nacen las ideas. Si el discurso se impone surge el pensamiento único. La libertad tiene sentido con un pensamiento propio.
El Diálogo Apreciativo. Es un método para buscar lo positivo, potenciarlo y anticipar el futuro. La solución tradicional parte del problema: ve lo que está mal, identifica la causa, construye hipótesis, elige la más fuerte y ejecuta el plan. El diálogo apreciativo, en cambio, parte de lo mejor y luego lo construye. El sí es más fuerte que el no, tiene mayor poder psíquico. El problema cierra, el diálogo abre. Lo negativo no tiene la fuerza de la visión, sus recursos son escasos, el diálogo abunda en alternativas. La mente como el paracaídas sólo funciona cuando se abre. Uno apela a la resistencia el otro a la energía. Uno avanza paso a paso, el otro con ideas. Uno elige la dirección externa, el otro el poder interior.
Cambiar la imagen negativa de problema por la visión positiva de la solución, es la idea de Nietzche en: No hay hechos, sólo interpretaciones. La fórmula Imagen positiva = acción positiva combina descubrimiento, meta, diseño, acción y conversar para abrir, decidir,  ejecutar, evaluar y cerrar. Conversando, imaginando, descubriendo y ejecutando, el futuro es una creación. En el acertijo de cómo unir 9 puntos con 4 líneas rectas sin levantar el lápiz del papel (abajo, figura de la izquierda); la fijación conceptual impide encontrar la solución (es la de la figura de la derecha).






La fijación conceptual impide el pensamiento distintivo. A veces tenemos la idea fija en nuestros productos y servicios, en los clientes y competidores o en las oportunidades. La forma más perjudicial es cuando estamos atrapados en nuestro modelo mental de negocio. No podemos ver más allá de lo que estamos haciendo. No desafiamos nuestros supuestos. Creemos que lo que antes fue la verdad seguirá siendo cierto hoy y también mañana. Este “punto ciego es el más peligroso para la innovación. Para evitarlo hay herramientas que curan la miopía del futuro. Una frase lo afirma: No siempre el desconocimiento es lo que te hará fracasar. Es lo que sabes lo que puede provocar tu fracaso.
Dr. Horacio Krell. CEO de Ilvem. Mail de contacto horaciokrell@ilvem.com

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