A veces yo también quiero soluciones rápidas, soluciones YA.
El problema es que las soluciones “express” son de corta duración; son una máscara del problema y no una verdadera solución.
Con los problemas posturales y sus “soluciones” rápidas pasa lo mismo.
La postura está a la base de todas las disciplinas. Todo deporte o actividad que practiques tiene una “forma” o “postura” ideal para realizarla con el menor desgaste y la mayor eficiencia.
Pero decir: “una buena postura es aquella en la que de perfil, oreja, hombro, cadera y tobillo están alineados,” es dar la descripción visual de un resultado. Esta descripción no incluye los pasos de organización interna que resultan en ese resultado externo.
Las recomendaciones posturales de cada disciplina tienen su razón de ser. El problema es que nosotros, que no conocemos nuestros propios cuerpos, nos forzamos dentro de estas formas recomendadas usando la fuerza muscular. Acabamos habituando la forma pero también latensión del esfuerzo.
¡Cuánto mejor sería adoptar las “posturas” con libertad y poder salir de ellas con la misma libertad!
Pero… ¿cómo?
La Técnica Alexander es una “pre-técnica”, o sea está a la base de todas las otras disciplinas. La Técnica Alexander te enseña a organizar tu cuerpo de tal manera que puedas adoptar con total naturalidadcualquiera de las “posturas” o “formas” recomendadas para cada disciplina.
De hecho, con el trabajo en la Técnica Alexander tu concepto de “postura” cambia. Pasa de ser algo “fijo” a ser algo móvil y dinámico.
Pasa de ser algo que se impone desde afuera en base a “cómo se debería ver”, aunque a costas de esfuerzo muscular, a ser algo que surge desde adentro en base a “cómo se percibe el equilibrio del esqueleto” y guiado por un pensamiento claro que libera los músculos y descomprime las articulaciones.
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