He estado leyendo "Preguntar con humildad. El sutil arte de pedir en lugar de exigir" de Edgar Schein. Admiro a Schein como padre de la idea científica de las culturas corporativas a principios de los 80. Estudiante en Chicago y Stanford, doctorado en Harvard, pasó cuatro años en un instituto del ejército investigando las relaciones humanas y realizó su primer trabajo importante sobre el adoctrinamiento de prisioneros en la China comunista (Coercive Persuasion, 1961). De ahí pasó a analizar las relaciones del individuo con la organización (Interpersonal Dynamics, tercera edición, 1973, con el gran Warren Bennis) y el concepto de "anclas laborales" (Career Dynamics, 1978). De su conocimiento de las culturas corporativas, dos libros esenciales: "La cultura empresarial y el Liderazgo" y "The Corporate Culture Survival Guide". Schein analizó en profundidad el éxito económico de Singapur y ellegado de Digital Equipment Corporation (DEC). Y su último libro hasta la fecha había sido "Helping: How to offer, give and receive help", de 2009.
En la actualidad vive retirado en Palo Alto, tras 50 años de consultoría y docencia. Para Schein, "la pregunta humilde es el arte sutil de conseguir que otros se abran, que formulen preguntas cuya respuesta no conoces, de forjar una relación basada en la curiosidad y el interés por la otra persona".
Para mejorar nuestra comunicación, debemos hablar menos, formular más preguntas con humildad y aprender a escuchar y ser más agradecido. Las preguntas con humildad favorecen la confianza por ambas partes.
Schein define la humildad como otorgar al otro un estatus superior al que reclama para sí. Por ello, la hay de tres tipos: humildad básica, en las sociedades tradicionales, para el estatus por posición social; humildad optativa, por mérito o conocimientos; humildad "aquí y ahora", que es la que sientes cuando reportas a un jefe. Esencial en el auténtico liderazgo.
El autor nos presenta varios ejemplos: un equipo quirúrgico, una pareja, un departamento, un comité de dirección, un nuevo equipo de trabajo, un cambio cultural... Preguntar requiere de genuino interés, curiosidad y empatía. Sinceridad y colaboración para la apertura.
Hay cuatro tipos de pregunta: humilde, diagnóstica (control de la conversación), antagónica (insertar las propias ideas) y orientadas al proceso. Nuestra cultura, hasta ahora, es de "hacer y contar". Schein es sanamente crítico con la cultura de EEUU: valora más los logros que las relaciones, fomenta la desconfianza, es de afirmación. Una cultura pragmatista, individualista y de estatus por logro. Un reto para los líderes-coaches en el talentismo.
Los inhibidores de las preguntas humildes son el propio estatus, el rango y los límites de los roles. "La personalización es el proceso de reconocer que la persona es plenamente humana, que no solo tiene un rol." "La vulnerabilidad es el ingrediente clave para que una relación sea más personal". Schein presenta la "ventana de Johari" y los filtros ORJI (Observación, Reacción, Juicio e Intervención).
Actitud de la pregunta humilde: reducir la ansiedad de aprendizaje, reflexionar, volvernos más conscientes y descubrir al artista que llevamos dentro.
Gran libro. Mi gratitud a Edgar Schein por compartirlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario