sábado, 31 de enero de 2015

Alteraciones cuánticas

Todo lo que me gusta es inmoral, engorda o provoca alteraciones cuánticas severas que podrían fracturar el tejido que cohesiona el universo.

LA CREATIVIDAD NOS HIZO HUMANOS

http://xavierferras.blogspot.com/2015/01/la-creatividad-nos-hizo-humanos.html 
En 1939, en Baden-Württemberg (Sur de Alemania), emergieron fragmentos de una extraordinaria figura humana esculpida en hueso de mamut del subsuelo de una oscura gruta de las montañas del Jura (la cueva de Städel). La figura, que representaba un hombre o una mujer, tenía cabeza de león. El inmediato estallido de la Segunda Guerra Mundial hizo que la obra de arte, el Hombre de Städel, fuera olvidada durante treinta años en el cajón de un museo. Una vez recuperada, se tardaron dos décadas más en restaurar la estatua. En 2009, los arqueólogos localizaron el lugar exacto donde emergieron los primeros fragmentos, y fueron capaces de recuperar algunas otras piezas. Mientras, las dataciones mediante Carbono-14 dieron un sorprendente resultado: la figura tenía 40.000 años. La pieza había sido esculpida por un remoto antepasado, un  homo sapiens de la Edad del Hielo, al inicio del Paleolítico Superior. Un hombre que vivió en la Europa de los leones de las cavernas nos dejaba su legado. Es la figura zoomorfa esculpida más antigua conocida, y la primera muestra documentada de arte figurativo en el mundo. Pese a la fascinación que genera, y a los esfuerzos científicos para interpretar su significado, jamás sabremos exactamente qué pensaba aquél hombre, que anatómicamente era exacto a nosotros, en el momento de crearla.

Mucho antes de esculpir el Hombre de Städel, hace 100.000 años, el homo sapiens ya había llegado a Europa, donde había encontrado unos primos lejanos, los neandertales. Dos especies diferentes de hombre convivieron en el continente, el sapiens y el neandertal, durante milenios. La primera, anatómicamente más débil, acabó prevaleciendo. Y es que algo sorprendente ocurrió en el lapso que va desde los 70.000 años atrás hasta la creación del Hombre de Städel. El homo sapiens empezó a hacer cosas extraordinarias: fabricó canoas, lámparas de grasa, arcos y flechas, y agujas para coser pieles mediante tendones animales, entre otras cosas. Las primeras tecnologías humanas, las que permitieron que el sapiens conquistara el continente europeo, abocando a los neandertales a la extinción. Según el profesor Yuval Noah Harari, de la Universidad Hebrea de Jerusalén, autor del best-sellerSapiens: Una Breve Historia de la Humanidad”, en esa época, el sapiens sufrió algún tipo de mutación en los mecanismos que interconectaban sus neuronas cerebrales para permitirle algo sin precedentes: imaginarse cosas inexistentes. Crear, en definitiva. Y ello dio lugar a una explosión de nuevos conceptos, que se convirtieron en expresiones artísticas o en innovaciones tecnológicas. Es lo que Harari bautizó como Revolución Cognitiva. La primera gran revolución humana, previa y menos conocida que la Revolución Agrícola, la Revolución Industrial o la Revolución del Silicio.

El hombre-león de Städel, la proyección de una imagen irreal en la realidad, es la primera muestra conocida de la capacidad creativa de nuestra especie. El homo sapiens podía pensar en cosas que no existen en la realidad. Una capacidad creativa que hace posible el arte, en todas sus expresiones. También hace posible la tecnología, con las ventajas competitivas que ésta comporta (en una empresa del siglo XXI, o en la Europa de los leones de las cavernas). Y algo quizá todavía más importante: la capacidad creativa nos permite imaginarnos instituciones inexistentes. La ficción permite idear creencias colectivas. Por ejemplo, mitos, normas, leyes, o principios. Podemos imaginar un dios inexistente, pintarlo en una pared, y extender hábitos de comportamiento que lo satisfagan (desde conductas éticas a sacrificios humanos). Mediante creencias colectivas, miles de individuos pueden alinear comportamientos y empezar a cooperar en proyectos comunes. ¿No fueron las pirámides de Egipto una ingente empresa impulsada por una serie de creencias –en dioses, en reyes- que sustentaban las primeras relaciones de poder? ¿No son el dinero, las empresas o los estados conceptos inexistentes que permiten cooperar a los individuos mediante pautas comunes? Objetos imaginarios como dictaduras o constituciones han cimentado sociedades, países, civilizaciones e imperios y han sido el verdadero eje vertebrador de la Historia. La creatividad nos ha socializado.

La creatividad, la capacidad de rastrear y combinar pensamientos en nuestra mente, de conectar grupos neuronales desconectados para alumbrar ideas increíbles (en ocasiones, aberrantes) permite llenar el mundo de nuevos conceptos imaginarios que han movilizado al hombre a través de los tiempos, propulsando su progreso. Sean esos conceptos espíritus en la Europa del Hielo, las cruzadas en la Edad Media, o Google en la Era del Silicio.

Influir, Persuadir…

http://blog.inspiringbenefits.com/inspiring-benefits/influir-persuadir-manipular/ 

Por Isabel Soria del Río (@Isabelsoriar) 

Influir, persuadir…  En la vida todos influimos y somos influidos. Muchas veces desconocemos el poder ejercemos en la sociedad y que la sociedad ejerce sobre nosotros, pero es un proceso que está ahí, en acción continua.
Hay cientos de libros y artículos escritos  sobre la persuasión y la influencia, pero cuando he realizado una revisión de diferentes artículos y libros , he encontrado que existe mucha confusión en los términos. Se mezclan y se utilizan usándolos indistintamente, cuando en realidad influir y persuadir son acciones distintas. Por tanto, en este post vamos a repasar cada uno de los términos y profundizar en el significado de cada uno de ellos.

¿Qué nos dice la Real Academia de la Lengua?

Según la R.A.E,
  • INFLUIR es ejercer predominio, o fuerza moral
  • PERSUADIR significa inducir, mover, obligar a alguien con razones a creer o hacer algo
  • Como se puede comprobar, estamos hablando de cosas diferentes, entonces:  ¿por qué se confunden en muchas ocasiones?
Enfrentémoslas y veamos cuales son las diferencias más significativas entre estos tres término.

Persuadir vs influir 

Las influencias persuasivas son mucho mejores que las palabras moralizadoras.
Louisa May Alcott

“Persuadir” (del latín persuadere) se define como inducir, mover u obligar a alguien con razones a creer o hacer algo. Mientras que “influir” (del latín influere) se entiende como ejercer predominio o fuerza moral sobre otra persona.
La influencia, a diferencia de la persuasión, no siempre es intencionada ni requiere de una comunicación verbal por parte del agente influyente. En este sentido, se puede influir en los demás sirviendo como modelo de conducta, sin tener intención de hacerlo y sin que medie comunicación intencionada entre las partes.
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La persuasión, por el contrario, alberga una intencionalidad por parte de la persona que emite el mensaje. Es un acto argumentativo que posee una intención clara, además de la de comunicar: convencer de la validez de la opinión que se dice.
La persuasión, por lo tanto, es un tipo de influencia que, para ser tal, requiere de un proceso comunicativo intencionado entre un emisor y un receptor, mientras que la influencia produce cambios tanto intencionales como no intencionales.
Podríamos decir que a través de la influencia llegamos a la persuasión. La persuasión es el acto final, es lo que se persigue cuando tratas de influir a alguien en algo.

Integridad en la persuasión


El que tiene la verdad en el corazón no debe temer jamás que a su lengua le falte fuerza de persuasión. 

John Ruskin (1819-1900)

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Aunque las personas persuaden y manipulan para poder obtener de otros lo que quieren, la persuasión es más honesta. Cuando persuades a alguien, simplemente estás presentando tu producto, servicio o argumento bajo la mejor luz posible. No necesitas mentir, omitir detalles o intimidar a la otra persona. En lugar de eso, la persuasión es veraz, los datos presentados son reales. Es darle a las personas información que previamente no tenían de una manera lógica y clara para poder convencerlas mediante la información en lugar de manipularlas.
 La persuasión, para que no se confunda con la manipulación (pues a veces la línea que las separa es muy fina), debe de regirse por principios éticos. Refiriéndose a los medios de comunicación y publicidad, Baker y Martinson (2001), hablan de la persuasión ética y dicen que para que la persuasión sea ética deben cumplirse cinco principios:

  1. Veracidad del mensaje: decir la verdad sin deformar la información.
  2. Autenticidad del que busca persuadir: ser genuino y actuar en armonía con lo que uno cree.
  3. Respeto por los receptores: que sean tratados como fines y no como medios, evitar usarlos para beneficio personal, o el de la empresa.
  4. Uso justo del atractivo del mensaje persuasivo: evitar sólo hablar de los aspectos positivos de la propuesta. En especial, con audiencias vulnerables, como son los niños y las personas con poca escolaridad. Ellos deben ser tratados de acuerdo con sus limitaciones para entender los costos y los daños potenciales de aquello que se les pide realizar. De otra forma, la persuasión sería abusiva y manipuladora.
  5. Responsabilidad social: es necesario tener en consideración los efectos de la comunicación persuasiva en la comunidad y en la sociedad como un todo. No sería ético tratar de alcanzar los objetivos de ventas o la rentabilidad de una empresa a costa del bien común.
En síntesis, se puede afirmar que, para que la persuasión sea ética, debe respetar la dignidad del receptor, al permitirle hacer una elección voluntaria, informada, racional y reflexiva.
 Resumiendo
La influencia es algo que se ejerce sobre los demás y con la que podemos hacer que varíe su punto de vista. La  influencia sería un ingrediente más en el cóctel de información que tiene cada persona a la hora de tomar una decisión. Puede estar influida por varias personas o ideas y algunas pesarán más que otras. Quien toma la decisión es la propia persona teniendo en cuenta todas las influencias.
La persuasión: que es el fin que perseguimos cuando estamos influenciando a alguien. La persuasión significa ir más allá, darle argumentos, razones para que cambie su manera de pensar y al final haga lo que nosotros queremos que haga.
La manipulación: es el uso de cualquier argucia o arma para conseguir que alguien piense o haga lo que nosotros queremos.
En la manipulación todo es válido, en la persuasión no. La delgada línea que separa la manipulación del máximo poder de influencia suele confundirse, pero sigue estando ahí.
Hacer la debida diferenciación entre influenciar y manipular nos ayudará a ejercer el liderazgo de una manera responsable. Ser persona, un profesional  influyente puede traer excelentes resultados en la vida. Ser un manipulador/a trae tan solo,  resultados a corto plazo, el tiempo suficiente para que las personas no quieran estar con contigo.

Fuentes:


Información recopilada por Isabel Soria del Río para el blog de Inspiring Benefits. 

¿Por qué el cerebro humano necesita el arte?

https://escuelaconcerebro.wordpress.com/2015/01/31/por-que-el-cerebro-humano-necesita-el-arte/


El arte en todas sus manifestaciones constituye una característica esencial que identifica al ser humano, ha permitido transmitir la cultura en toda su extensión y  ha sido y es básico para su supervivencia. Nuestro cerebro plástico necesita el arte. Ya en los primeros años y de forma natural el niño juega, canta, baila, dibuja y todas estas actividades son imprescindibles para su correcto desarrollo sensorial, motor, cognitivo, emocional y en definitiva cerebral que le van a permitir aprender a aprender. Y realizando todas estas actividades el niño se divierte, muestra orgulloso sus resultados a los demás, intenta mejorar y ésta es una forma efectiva de entrenar una de las grandes virtudes del ser humano: el autocontrol. La educación artística es una necesidad no porque nos haga más inteligentes sino porque nos permite adquirir toda una serie de competencias y rutinas mentales que están en plena consonancia con la naturaleza social del ser humano y que son imprescindibles para el aprendizaje de cualquier contenido curricular. Y esto es útil para todos los alumnos, por lo que se convierte en una forma estupenda de atender la diversidad en el aula.
EL CEREBRO ARTÍSTICO
Las neuroimágenes cerebrales revelan algunos indicios de por qué las actividades artísticas son tan importantes. Así, por ejemplo, se sabe que ciertas estructuras de la corteza visual solo responden a tonos musicales, que una parte importante del cerebro y del cerebelo interviene en la coordinación de todo tipo de movimientos, como en el baile, que en las recreaciones teatrales regiones del cerebro especializadas en el lenguaje oral que están conectadas con el sistema límbico nos proporcionan el componente emocional o, referido a las artes visuales, que nuestro sistema de procesamiento visual genera imágenes reales o ficticias con la misma facilidad (Sousa, 2011).
Como podemos ver en la figura 1, cada actividad artística activa diferentes regiones cerebrales. La música se procesa en la corteza auditiva  que está en el lóbulo temporal, las artes que conllevan movimiento como el baile o el teatro activan la corteza motora, las artes visuales como la pintura se procesan principalmente en los lóbulos occipital y temporal, mientras que la poesía o la prosa implican a las áreas  de Broca y Wernicke relacionadas con el procesamiento lingüístico (Posner et al., 2008).
Figura 1
¿POR QUÉ ENSEÑAR LAS ARTES?
Los estudios que han analizado la implementación de la educación artística en el aula han revelado que los efectos más potentes se encuentran en aquellos programas que se  integran plenamente en las asignaturas del currículo y que cuando ocurre esto se obtienen múltiples beneficios relacionados con el aprendizaje de los alumnos y su comportamiento. Rabkin y Redmond (2004) han identificado los más significativos:
  • Existe un mayor compromiso emocional de los alumnos en el aula.
  • Los alumnos trabajan de forma más activa y aprenden unos de otros.
  • Los grupos de aprendizaje cooperativo convierten las clases en comunidades de aprendizaje.
  • Se facilita el aprendizaje en todas las asignaturas a través de las artes.
  • Los profesores colaboran más y tienen mayores expectativas sobre sus alumnos.
  • El currículo se vuelve más real al basarse en un aprendizaje por proyectos.
  • La evaluación es más reflexiva y variada.
  • Las familias se involucran más.
Desde la perspectiva neuroeducativa, nos interesan especialmente tres factores imprescindibles para el aprendizaje que las artes pueden mejorar:
La memoria
En un estudio con alumnos de quinto grado (10-11 años) se diseñaron unidades didácticas relacionadas con materias científicas (astronomía y ecología) siguiendo dos procedimientos distintos: en uno se utilizó el enfoque tradicional y en el otro se integraron las artes en la unidad. Así, por ejemplo, en el segundo caso, los alumnos realizaban actividades con objetivos didácticos definidos que incluían actuaciones teatrales, dibujos de posters, recreación de movimientos o utilización de la música. El análisis de los resultados reveló que los alumnos que participaron en la unidad didáctica en la que estaban integradas las actividades artísticas mejoraron la llamada memoria a largo plazo, especialmente los alumnos con dificultades lectoras (Hardiman et al., 2014).
Las emociones
En un estudio longitudinal que duró tres años se quiso analizar cómo afectaba la integración de diferentes programas artísticos al desarrollo personal de alumnos con edades entre 9 y 15 años que pertenecían a entornos socioeconómicos desfavorecidos. En la primera parte del programa se permitió elegir a los alumnos del grupo experimental entre diferentes formas artísticas como la música, la pintura, la grabación de videos, la escritura de guiones o el  diseño de máscaras; en la segunda se profundizó más en los medios elegidos a través de un trabajo cooperativo; y en la etapa final en la que intervenían todos los alumnos se escenificó una obra de teatro y se grabó un video sobre la propia comunidad escolar. Los tres años de aplicación del programa revelaron que los estudiantes mejoraron sus habilidades artísticas y sociales, redujeron sus problemas emocionales y, en general, desarrollaron más que el grupo de control toda una serie de competencias interpersonales como la comunicación, la cooperación o la resolución de conflictos (Wright et al., 2006).
Las artes enseñan a los niños que  los problemas reales suelen tener más de una solución posible, que es necesario analizar las tareas desde diferentes perspectivas, que la imaginación es una  poderosa guía en los procesos de resolución o que no siempre existen reglas definidas cuando tienen que tomar decisiones (Eisner, 2004).
Cuando se integran las disciplinas artísticas en las prácticas pedagógicas se promueve el pensamiento creativo y divergente en los alumnos y no solo eso, sino que también desarrollan un pensamiento más profundo. Un ejemplo sobre esto último lo podríamos encontrar en el programa Artful Thinking  desarrollado por el  Proyecto Zero de Harvard que utilizaba el poder de las imágenes visuales (ver figura 2), como las de las obras de arte, para estimular en los alumnos procesos como la curiosidad, observación, comparación o relación entre  ideas imprescindibles para el desarrollo del pensamiento creativo y del aprendizaje (Hardiman, 2012).
Figura 2
Comentamos, a continuación,  aspectos relevantes sobre algunas de las disciplinas artísticas:
MÚSICA
La música nos produce bienestar porque estimula nuestro sistema de recompensa cerebral que libera dopamina y eso nos hace sentir bien. Es beneficioso desde la perspectiva emocional escuchar música, pero desde la perspectiva cognitiva es mejor practicarla. Así, por ejemplo, la activación simultánea de áreas sensoriales y motoras al tocar un instrumento musical conlleva la mejora de capacidades generales como la memoria de trabajo o laatención (Mora, 2013). No obstante, existen muchos malentendidos al respecto.
¿Nos hace la música más inteligentes?
Hay diversos estudios que sugieren que los niños que reciben educación musical obtienen mejores resultados académicos. Sin embargo, la existencia de una correlación no significa que haya una causalidad. El niño puede obtener estos mejores resultados debido a otros factores relacionados, por ejemplo, con sus propias capacidades o con el entorno familiar en el que se desarrollan.
Cuando se utilizan diseños experimentales rigurosos en los que existe un grupo de niños asignados de forma aleatoria que recibe instrucción musical y otro grupo de control que no la recibe, los resultados son diferentes. Y aunque pueda parecer sorprendente, ha habido muy pocos experimentos de este tipo y con resultados poco esclarecedores sobre los beneficios cognitivos que reporta la actividad musical.
El grupo de investigación de Elisabeth Spelke ha analizado estas cuestiones en una investigación muy reciente (Mehr et al., 2013). En uno de los experimentos se asignaron de forma aleatoria 29 niños de cuatro años de edad a clases de música o de artes visuales de 45 minutos durante seis semanas. Después de ese período de tiempo se realizaron una serie de pruebas y no se encontraron diferencias en las que medían la competencia lingüística y matemática de los niños de ambos grupos y una diferencia muy pequeña en las pruebas espaciales. Como réplica al anterior experimento, los investigadores diseñaron otro similar en el que ahora participaron 45 niños que fueron asignados al grupo experimental que recibía las clases de música o a un grupo de control que no recibía ningún tipo de instrucción. Y en este caso no hubo prácticamente diferencias entre los dos grupos (ver figura 3):
Figura 3
¿Quiere decir esto que la instrucción musical no produce beneficios cognitivos? Evidentemente no. Por una parte hacen falta más estudios que complementen esta investigación y por otra este estudio no medía la inteligencia general de los niños como sí hacían otros sino que iba más encaminado a analizar áreas específicas como la de matemáticas. Lo cierto es que, como manifiesta la propia Elizabeth Spelke, el debate sobre la importancia de la educación musical en particular, o la artística en general, no debería centrarse en los beneficios externos (como puede ser la mejora matemática que se pone en duda en el estudio comentado) sino en los beneficios inherentes al arte como son los relacionados con cuestiones emocionales o sociales. Y esos no requieren ninguna demostración empírica.
En 1993 apareció en la revista Nature un artículo en el que se informaba sobre una mejora temporal en el razonamiento espacial en adultos al escuchar durante 10-15 minutos a Mozart (Rauscher et al., 1993). Este hallazgo fue totalmente distorsionado por los medios de comunicación  haciendo creer que la exposición temprana de los niños a la música clásica mejoraría su cociente intelectual.  Lo cierto es que no se ha comprobado nunca esto y el llamado “efecto Mozart” hay que considerarlo un neuromito más.
ARTES VISUALES
El cerebro humano ha desarrollado una extraordinaria capacidad para crear imágenes mentales internas e incluso, se ha demostrado en estudios con neuroimágenes que se activan las mismas regiones cerebrales al ver una escena real que al imaginarla (Thompson et al., 2009). Esto es muy interesante, porque la visualización es una herramienta potente en los procesos de memorización.
¿Qué puede aportar una clase de dibujo?
Si preguntáramos a los alumnos qué aprendieron en las clases de artes visuales seguramente la mayoría respondería que aprendieron a dibujar, a pintar o a representar algún gráfico. Es lógico que en las clases de arte se aprendan las técnicas artísticas correspondientes, sin embargo, se pueden aprender muchas más cosas. Winner y sus colaboradores (2006) han identificado ocho disposiciones (rutinas mentales) que los alumnos pueden desarrollar en las clases de artes visuales y que pueden transferirse a otros dominios del aprendizaje:
  • Utilización de herramientas y materiales: los alumnos aprenden las técnicas propias de la disciplina utilizando, por ejemplo, pinceles y lápices o pintura y arcilla.
  • Participación y perseverancia: los alumnos aprenden a comprometerse con la materia a través de los proyectos realizados.
  • Imaginación: los alumnos aprenden a visualizar e imaginar situaciones que se alejan de la mera observación.
  • Expresión: los alumnos aprenden a transmitir una visión personal en sus trabajos.
  • Observación: los alumnos aprenden a utilizar una mirada propia y a percibir detalles menos obvios.
  • Reflexión: los alumnos aprenden a explicar, justificar y evaluar lo que realizan con un espíritu crítico.
  • Exploración: los alumnos aprenden a ir más allá de sus creaciones, a tomar nuevos riesgos y a aprender de sus errores.
  • Comprensión del mundo artístico: los alumnos aprenden a relacionarse con el arte y a entender todo lo asociado a él como galerías, museos, etc.
Nadie puede dudar de la utilidad de todas estas disposiciones en cualquiera de las materias curriculares (ver figura 4).
Figura 4
ARTES ESCÉNICAS
De forma paradójica, las actividades escolares que implican movimiento, sean artísticas como cualquier estilo de baile o el teatro o deportivas como en el caso de la Educación Física, están siendo reducidas. Sin embargo, las investigaciones en neurociencia están demostrando su importancia a todos los niveles, incluido el cognitivo. Por ejemplo, la danza es una estupenda forma de desarrollar tres aspectos del pensamiento creativo: la fluidez, la originalidad y la capacidad de abstracción (Bradley, 2002). Por otra parte, hoy sabemos que los mismos circuitos neurales que se activan al realizar una acción también lo hacen al observar a otra persona haciéndola. Estas neuronas espejo posibilitan la imitación, una poderosa forma de aprendizaje.
¿Vale la pena apuntar a mi hijo a teatro?
En una investigación en la que Catterall (2002) analizó los estudios realizados sobre los efectos del teatro en entornos escolares identificó muchos beneficios, algunos de ellos relacionados directamente con las materias curriculares y otros, que son los más importantes,  con el desarrollo integral de la propia persona. Los más representativos son los siguientes:
  • Convierte los conceptos abstractos en conceptos concretos.
  • Aborda los contenidos curriculares desde una perspectiva más atractiva.
  • Mejora su vocabulario.
  • Acerca el aprendizaje al mundo real.
  • Permite reflexionar a los alumnos sobre lo que hacen y comparar sus opiniones con las de los demás.
  • Fomenta la tolerancia y el respeto por los demás.
  • Mejora su autocontrol y su autoestima.
  • Suministra un sentimiento de libertad acompañado de responsabilidad.
En mi caso particular, puedo asegurar que algunas  de las mayores satisfacciones en mi experiencia docente provienen de haber comprobado como alumnos con dificultades para el aprendizaje o para relacionarse con los compañeros adquirían toda una serie de competencias interpersonales  a través del teatro que les hacían mejores alumnos y sobre todo personas más felices.
EN LA PRÁCTICA
Ya hemos hablado de la relevancia de las artes como tales, pero lo más importante es integrar las actividades artísticas en cada una de las diferentes materias curriculares asumiendo una perspectiva transdisciplinaria. Será un acto creativo (no podemos pedir a nuestros alumnos que sean creativos si nosotros no lo somos) que despertará la curiosidad del alumno. Y como tantas veces hemos comentado, esta carga emocional facilitará la atención y con ello el aprendizaje. Cuando estamos motivados, todo es más fácil.
Veamos algunos ejemplos concretos (más información en Sousa, 2011):
  • Artes visuales. El profesor de Química pide a sus alumnos que dibujen un organizador gráfico en el que se muestren las fases más importantes de un experimento.
  • Música. El profesor de Historia pide a sus alumnos que reflejen en la letra de una melodía popular los hechos más significativos de la Revolución Francesa.
  • Poesía. El profesor de Matemáticas pide a sus alumnos que escriban una estrofa de un poema sobre los pasos que hay que seguir al resolver una ecuación matemática.
  • Teatro. El profesor de Inglés pide a sus alumnos que escriban un final alternativo de la obra Romeo y Julieta y que hagan una recreación teatral del mismo.
Y podemos seguir todo lo que nuestra imaginación nos permita. Podemos encontrar ejemplos en cualquier asignatura y en cualquier etapa educativa.
Por otra parte, en el caso de currículos artísticos específicos, ya hemos comentado que el aprendizaje basado en proyectos es una muy buen opción porque fomenta más el trabajo cooperativo, la reflexión o la autoevaluación que los enfoques tradicionales, generando además una mayor motivación intrínseca en el alumno.
CONCLUSIONES FINALES
No se puede negar que las actividades artísticas están arraigadas en el propio desarrollo del ser humano desde su nacimiento y que constituyen una recompensa cerebral natural necesaria para el aprendizaje. Porque la práctica de cualquiera de las manifestaciones artísticas lleva asociada un componente emocional que nos motiva y que nos permite contemplar el mundo que nos rodea desde una perspectiva diferente, más estética, más profunda. La Educación Artística resulta imprescindible porque permite a los alumnos adquirir toda una serie de competencias socioemocionales básicas para su desarrollo personal y que, además,  les hacen más felices. Y ese es el verdadero aprendizaje, el que les prepara para la vida. El cerebro humano, que es un órgano complejo en continua reestructuración, agradece los retos y necesita el arte.
Jesús C. Guillén
Referencias bibliográficas:
  1. Bradley K. (2002): “Informing and reforming dance education research”. En Deasy R. (Ed.), Critical links: learning in the arts and student academic and social development. Arts Education Partnership.
  2. Catterall J. (2002): “Research on drama and theater in education”. En Deasy R. (Ed.),Critical links: learning in the arts and student academic and social development. Arts Education Partnership.
  3. Eisner, Eliot W. (2004). El arte y la creación de la mente: El papel de las artes visuales en la transformación de la conciencia. Paidós.
  4. Hardiman, Mariale (2012). The brain-targeted teaching model for 21 st-century schools. Corwin.
  5. Hardiman M. et al. (2014): “The effects of arts integration on long-term retention of academic content”. Mind, Brain and Education, 8(3).
  6. Mehr SA. Et al. (2013): “Two randomized trials provide no consistent evidence for nonmusical cognitive benefits of brief preschool music enrichment”. PLoS ONE 8(12).
  7. Mora, Francisco (2013). Neuroeducación: sólo se puede aprender aquello que se ama.Alianza Editorial.
  8. Posner, M. et al. (2008): “How arts training influences cognition”, en Learning, arts and the brain: the Dana Consortium on arts and cognition, Danna Press.
  9. Rabkin N. y Redmond R. (2004). Putting the arts in the picture: reforming education in the 21st century. Columbia College.
  10. Rauscher et al. (1993): “Music and spatial task performance”. Nature, Oct. 14.
  11. Sousa, David A. (2011). How the brain learns. Corwin.
  12. Thomson W. et al. (2009): “Two forms of spatial imagery: neuroimaging evidence”. Psychological Science, 20.
  13. Winner E. et al. (2006): “Studio thinking: how visual arts teaching can promote disciplined habits of mind”. En Locher P. et al. (Eds), New directions in Aesthetics, Creativity, and the Arts. Baywood.
  14. Wright R. (2006): “Effect of a structured performing arts program on the psychosocial functioning of low-income youth: findings from a Canadian longitudinal study.”. Journal of Early Adolescence, 26.

Hábitos de las personas felices

http://pijamasurf.com/2013/09/estos-son-los-habitos-de-las-personas-verdaderamente-felices/ 

LA FELICIDAD, AUNQUE TIENE FAMA DE SER UN ESTADO DIFÍCIL O AUN IMPOSIBLE DE CONSEGUIR, PUEDE VERSE SIN EMBARGO COMO UNA COINCIDENCIA DE CIRCUNSTANCIAS, LA SUMA DE ELEMENTOS QUE, COMO ESTOS HÁBITOS, CUANDO SE REÚNEN NOS HACEN UN POCO MÁS FELICES DE LO QUE ÉRAMOS.

POR: PIJAMASURF -

felicidad
La felicidad es, casi desde cualquier punto que se le mire, uno de los propósitos más esenciales del ser humano. Las definiciones de felicidad, aquello con que esta se identifica, pueden variar si toman en cuenta circunstancias culturales e históricas, pero quizá, después de todo, lo que permanezca constante sea la búsqueda de la felicidad como una de las metas que han orientado desde siempre muchas de las acciones humanas.
¿En dónde se encuentra la felicidad? ¿En la calidad de las relaciones que mantenemos con nuestros semejantes? ¿En el dinero que ganamos por lo que hacemos? ¿En las cosas que compramos? ¿En la calidad de nuestra alimentación? ¿En la frecuencia de nuestras relaciones sexuales? ¿En los hábitos nos brindan bienestar corporal? ¿En el bienestar intelectual? ¿En la estabilidad de nuestras emociones? ¿Dónde?
Es posible que ahí y también en otros lugares, que sea al mismo tiempo un elemento que hace la diferencia y, por otro lado, una suma, una coincidencia de múltiples factores que, reunidos, otorgan ese improbable estado que conocemos como felicidad.
La ciencia, por su parte, no ha permanecido ajena a este asunto, y existen numerosas investigaciones que alguna aportación tienen al respecto.
A continuación enlistamos algunos de estos estudios, según los cuales existe un puñado de hábitos que, al tenerlos, nos ayudarán a conseguir o a acercarnos un poco el fuego vital de la feclidad.

Las personas felices conviven con personas felices
La felicidad es contagiosa. Investigadores de la Framingham Hear Study estudiaron por más de 20 años a personas que se encontraban preferentemente entre personas felices, descubriendo que de esta manera aumentaba su probabilidad de que ellas mismas fueran felices en el futuro.

Sonríen cuando tienen que hacerlo
La sonrisa puede o no ser un gesto común, frecuente: en buena medida depende del individuo. Si este tiene pensamientos positivos, felices, igualmente puede ser que una sonrisa acuda con más facilidad y naturalidad a su rostro. Curiosamente, según algunos estudios falsear una sonrisa durante una situación poco agradable puede empeorar el estado de ánimo.

Perseverancia.
Peter Kramer, psicólogo, asegura que la perseverancia y no la felicidad es lo opuesto de la depresión. Al parecer si hay algo que distingue a quienes son felices es su actitud ante el fracaso: siempre saben reponerse.

Intenta ser feliz
Un par de estudios publicados recientemente sostienen que basta con intentar ser feliz —con proponérselo, con buscarlo— para fortalecer el bienestar anímico, en especial en esos ámbitos que implican emociones positivas.

Celebrar también los pequeños triunfos
Los triunfos personales, casi sin excepción, nos llenan de felicidad. Sin embargo, lo usual es pensar estos como las grandes victorias, aquellas que se consiguen solo a costa de esfuerzo y aun sacrificio. ¿Pero qué pasa con los triunfos más modestos que se tienen cotidianamente? ¿No puede considerarse también digno de reconocimiento llegar puntualmente a una cita, terminar un libro, haber hecho reír sinceramente a alguien?

Gusto por los placeres sencillos
Como en el punto anterior, en el caso del placer existe también un reino de lo sencillo, lo minúsculo quizá, que a veces pasa desapercibido pero es capaz de proveer tanta o más satisfacción que los llamados grandes placeres. Darle sentido a las pequeñas acciones, ser agradecido con los dioses mínimos de la vida, está asociado con una sensación generalizada de regocijo.

Las personas felices hacen el bien a los demás
La felicidad puede mirarse también como un circuito que se nutre a sí mismo y así se sostiene (y de paso sostiene al mundo): hacer feliz a alguien tiene como consecuencia que otra persona haga feliz a ese primero de la cadena. Solo que, claro, aquí no hay primeros, ni últimos, sino solo una fuerza que se mantiene circulando entre quienes emprenden acciones en beneficio de otros. Según se publicó hace poco, por ejemplo, el trabajo voluntario repercute positivamente en tu salud.

Dejarse llevar
actividad
Cuando hacer algo nos complace, es muy frecuente que perdamos la sensación del transcurso del tiempo. Aquello que hacemos es tan satisfactorio, que todo lo demás deja de importarnos, incluso el paso de los minutos. Al parecer entregarse de esta manera a una actividad altamente satisfactoria —que también implica motivación y cierto grado de desafío— es importante para sentirnos felices.

Profundidad de una conversación
Hace poco la revista especializada Psychological Science publicó un estudio en el que mostró cierta tendencia de las personas felices por preferir conversaciones profundas, sustanciosas, en vez de plásticas sobre temas menores o banales. Al parecer es notablemente más satisfactorio hablar, por ejemplo, de la situación sentimental por la que se atraviesa en ese instante y no, digamos, del clima.

Gastar el dinero en otras personas
El dinero no compra la felicidad, pero al parecer, cuando se gasta en otras personas y no en uno mismo, aumenta la sensación de ser feliz. Al menos eso es lo que sostiene esta investigación.

Saber escuchar
Escuchar puede considerarse una de las habilidades fundantes del ser humano. Escuchar implica reconocer la existencia del Otro, respetar su visión de mundo, estar dispuesto a conocerla y aun aprender algo de ello. Escuchar requiere y genera confianza. Escuchar hace al Otro sentirse acogido, útil en el sentido de que sus palabras transformaron de algún modo la realidad de la persona que verdaderamente las escuchó.

Preferencia por las relaciones cara a cara
En nuestro tiempo pareciera que la tecnología de telecomunicaciones que tenemos a nuestra disposición es más que suficiente para estar en contacto con nuestros amigos, familiares e incluso nuestra pareja. La nuestra parece una soledad inédita, una soledad acompañada: una persona puede pasar todo el día frente a su computadora y, aun así, haber entrado en contacto con decenas o miles de semejantes, algunos más queridos que otros. Con todo, el movimiento anímico que implica tomar un autobús, un taxi o un avión para ir a ver a un ser querido —y después de esto, efectivamente verlo, estar con él— tiene repercusiones en nuestra necesidad de sentirnos parte de algo o de alguien, además de que el contacto físico disminuye las sensaciones ligadas con la ansiedad.

Ver el lado bueno de las cosas
El optimismo, tan atacado desde hace varios años, tiene sin embargo sus virtudes, quizá la principal el hecho de que ver el lado bueno de las cosas disminuye el estrés y sus síntomas, además de que incrementa nuestra tolerancia al dolor. Un estudio reciente mostró que tener una actitud positiva mejora la salud de quienes tienen padecimientos cardiacos.

Aprecia la música
La música, como una de las manifestaciones más elevadas del espíritu, mucho tiene que ver en la consecución de la felicidad. En esta investigación, por ejemplo, se notó que la música que escuchamos puede afectar la manera en que percibimos el mundo: una tonada triste nos hará ver un mundo triste, mientras que una feliz quizá aumente esa misma felicidad para el mundo.


Desconéctate
Aunque se trata de un fenómeno demasiado cercano (todavía) para estudiarse, varias voces han señalado ya los alarmantes niveles de ansiedad que acompañan nuestra vida perpetuamente conectada. El teléfono portátil, la computadora y otros gadgets mantienen casi de tiempo completo una parte de nosotros en ese otro mundo que es Internet y sus territorios. El fin de semana pasado el escritor estadounidense Jonathan Franzen publicó en The Guardian un ensayo en el que, entre varias otras cosas, denuncia este vicio del mundo contemporáneo en el que “tenemos que decir adiós a la estabilidad laboral y hola a una vida llena de ansiedad. Nos tenemos que volver tan incansables como el capitalismo”. Ante este panorama, ¿desconectarse no parece una alternativa deseable para la salud emocional? ¿Qué pasaría, por ejemplo, si dejaras Internet por un año?

La importancia de la espiritualidad
El cultivo de la espiritualidad nos hace reconocer que somos algo más que materia. Que una parte muy importante de nosotros está hecha de elementos intangibles pero valiosos. En casi todos los casos la espiritualidad y el reconocimiento de lo sagrado en el mundo nos hacer ser agradecidos, generosos, pacientes, tolerantes, además de otras actitudes que, cuando practicadas, redundan en nuestra propia felicidad.

Ejercítate
Es sabido que el ejercicio físico libera endorfinas, además de otras sustancias neuroquímicas quemodifican nuestra actitud frente al mundo, casi siempre otorgándonos una sensación satisfactoria de la realidad. El ejercicio disminuye el estrés y algunos síntomas de la depresión, además demejorar nuestras habilidades cognitivas y hacernos apreciar más nuestro cuerpo.
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Busca la naturaleza
Una caminata de veinte minutos revitaliza, tanto el cuerpo como la mente y el espíritu. De acuerdo con numerosos estudios, el contacto con la naturaleza despierta las sensaciones de bienestar y felicidad en quien así lo experimenta.

Duerme bien

Ríe tanto como puedas
Reír es más que una expresión: es toda una reacción química de nuestro cuerpo en la cual se liberan sustancias que combaten el dolor y la tensión, fortalecen el sistema inmune e incluso,como el ejercicio físico, controlan el apetito y reducen el colesterol.

Sor Innovación, la monja que está revolucionando la educación

http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2015-01-31/sor-innovacion-la-monja-que-esta-revolucionando-la-educacion-espanola_649793/ 
Montserrat del Pozo estudió Filosofía y Letras, tiene un máster en Psicología y Gestión Familiar y estudió en la Universidad de Harvard.
El 11 de mayo de 2011, el psicólogo Howard Gardner, creador de la teoría de las inteligencias múltiples, recogió en Oviedo el Premio Príncipe de Asturias de las Ciencias Sociales. Le acompañaba la madre Montserrat del Pozo, directora del colegio Montserrrat de Vallvidrera, centro que el profesor de la Universidad de Harvard había visitado esa misma mañana. ¿Qué hacía un hombre así en un sitio como ese? Conocer de primera mano los frutos que su trabajo había dado: el centro implantó a mediados de los noventa un método educativo basado en sus teorías.
“En el año 1986, empezamos a estudiar el caso del alumnado que llegaba a COU y se veía obligado a dejar las actividades extraescolares, como los adolescentes que competían en natación o tocaban un instrumento muy bien, para aprobar”, explica Montserrat a El Confidencial. “Eso no era bueno, una persona competente debe ser capaz de hacerlo todo”. Poco a poco, sus investigaciones les hicieron centrarse en la organización neurológica del cerebro durante la primera infancia y, más tarde, en las teorías del autor de La nueva ciencia de la mente (Paidós). El proyecto estaba en marcha.
En el colegio se trabaja el aprendizaje cooperativo, la inteligencia interpersonal y la intrapersonal, la psicología del optimismo de Martin Seligman y lo racional-emotivo
“Nos dimos cuenta de que esto nos llevaba a que el alumno fuese protagonista de su propio aprendizaje y a una serie de metodologías proactivas”, explica Del Pozo, nueva emprendedora de la red Ashoka desde este mismo año. “Lo importante es que el alumno y el centro se lo crean en todas las actividades que llevan a cabo para que el alumno no se limite a escuchar y transmitir lo que dice el profesor, sino que sea él quien responda y plantee otras preguntas al profesor”. Una visión innovadora de la educación que ha conseguido que el Colegio Montserrat sea uno de los centros privados mejor valorados de Cataluña.
Se trata de un enfoque ecléctico, como explica la religiosa: “Se basa en ideas de neurólogos, de pedagogos, de economistas, de psicólogos, de sociólogos…”, resume. “Se trabaja el aprendizaje cooperativo, la inteligencia interpersonal y la intrapersonal, la psicología del optimismo de Martin Seligman y lo racional-emotivo”. Ello también se traduce en la forma en que las clases se imparten, y que no tienen nada que ver con la lección magistral, sino que se utilizan juegos, fichas o relatos para impartir los conocimientos.
La fórmula del éxito
¿En qué se refleja esta metodología innovadora? El alumno que estudia en el colegio Montserrat arranca su jornada con unos breves momentos de reflexión en los que toma conciencia de que el día ha empezado. Justo después,desarrolla el plan de la jornada y sus objetivos, tanto para el mismo día como para la semana o el mes en el que se encuentra. Estas notas son contrastadas con su profesor-coach y sus dos compañeros del grupo base. Las clases se desarrollan a lo largo de varias horas y en ellas se llevan a cabo proyectos interdisciplinares. Por ejemplo, durante la pasada semana, los estudiantes desarrollaron un proyecto sobre el Renacimiento que expondrán a sus padres y para el que han escrito poesías, han pintado cuadros y han analizado textos.

Una vez han invertido parte de su mañana en este proyecto, los alumnos se concentran en los de otras materias, como Física y Matemáticas o, por la tarde, de Lengua. “El alumno es autónomo, no es ‘¡pip!’ y cambio de clase, sino que tienen que gestionar ellos mismos su tiempo para hacer todo lo que deben hacer y sacar el máximo rendimiento, y luego confrontarlo con el profesor y su grupo para que esto se convierta en realidad”. Una realidad que no sería posible sin los profesores. ¿Cómo debe ser un docente que trabaje en el colegio Montserrat? La religiosa destaca “sus ganas de aprender y de ser un investigador en el aula”. Da igual su edad o formación, puesto que como recuerda, todo se puede aprender; lo importante son sus ganas y dedicar tiempo a su profesión.
A algunos padres les ha costado comprender este tipo de educación en la que el alumno disfruta con lo que hace, porque algunos siguen pensando que la letra con sangre entra
Por supuesto, un sistema tan innovador puede despertar suspicacias entre los padres y alumnos. ¿Cuáles son las más frecuentes? “A veces les ha costado comprender este tipo de educación en la que el alumno disfruta con lo que hace, porque hay padres que siguen pensando que la letra con sangre entra y que la educación debe ser costosa”, explica la educadora nacida en Venezuela. Tampoco todos los alumnos, ni siquiera los más estudiosos, están siempre dispuestos a cambiar su visión de las cosas. “Hay un tipo de alumno que quiere las cosas hechas, y es competente, porque quiere estudiar, hacer el examen y ya está. En nuestro sistema no se sacan buenas notas con un examen, sino en el día a día y presentando las cosas cuando tocan”.
No obstante, los buenos resultados han terminado por dar la razón a la conocida como Sor Innovación, como fue bautizada por Manuel Campo Vidal. “Muchos papás han terminado viendo que la mejor manera es trabajar en grupo, saber discutir proyectos, ver más allá, generar interrogantes y nuevos planteamientos…”, explica Montserrat. No obstante, y a pesar de que algunos colegios han seguido sus métodos, aún estamos muy lejos de vivir una revolución semejante a la que su centro ha promovido. ¿Por qué? “Nuestro paradigma es el proceso, pero antes de implantar la renovación ya se piensa en los resultados. Hay gente que piensa que la educación debería ser de una determinada manera, pero ya dijo Bauman que todo es líquido. Si se cuida el proceso, todo saldrá bien”.
Un nuevo estudiante para un contexto cambiante
¿Qué distingue al egresado del colegio Montserrat de otros de su misma generación? Para Del Pozo, tres factores: la confianza en sí mismo (“si va a una entrevista y no le sale bien, pensará en cómo hacer otra; si al profesor en la Universidad no le gusta, hablará con él”); disponen de muchos recursos, producto de su educación en las inteligencias; y gozan de un espíritu deemprendimiento social (“lo que han aprendido es para darlo a la sociedad”). El centro se ha adaptado así a los cambios que desde los años 80 se han producido en la sociedad, y que tan sólo se han asomado tímidamente a los colegios: “La educación muchas veces no responde a ese contexto, las acciones son lentas; nosotros tenemos la audacia de generar una formación para el profesorado que da lugar a un cambio sistémico en el colegio y en toda la cultura del centro, no en un solo aula o un único profesor”.
Sin embargo, algunas de sus herramientas, como el desarrollo de las competencias o el trabajo por proyectos sí han sido recogidas por el Plan Bolonia o la reciente Ley Orgánica para la Mejora de la Educación (LOMCE), aunque Del Pozo cree que no se ha llegado lo suficientemente lejos. “Lo bueno habría sido que el cambio fuese total”, explica. “Hay quien incorpora proyectos, pero sin otros cambios, eso genera una tensión entre el centro y el alumnado. Las cosas a medias hacen daño”.
Ojalá el profesorado se crea que es el protagonista del cambio y genere un tipo de formación que se pueda llevar a las aulas
No obstante, Montserrat es una optimista, en parte por su visión religiosa del mundo, en parte porque cree que estamos en un momento en el que la unanimidad respecto a la necesidad de un cambio educativo favorecerá que este se produzca. “Ojalá el profesorado se crea que es el protagonista del cambio y genere un tipo de formación que se pueda llevar a las aulas”, concluye. “Estamos en un momento sensible, lo que pasa es que hay una serie de políticas o circunstancias que hacen difícil que el profesorado haga en las aulas lo que considera que es mejor. Me gustaría que hubiese una mayor autonomía de centros en la presentación de proyectos y que se destinasen recursos para que estos se lleven a cabo”.