Decide lo que quieras, estudia y practica... y después sigue practicando. Ya sabes lo que decía el conocido guitarrista Paco de Lucía: «Cualquiera puede convertirse en el mejor guitarrista del mundo si está dispuesto a ensayar catorce horas al día todos los días de la vida».
La repetición es la madre de la destreza. La genialidad no es otra cosa que la práctica diaria. La perfección se adquiere con la repetición. No nacemos aprendidos. Nadie nace siendo un genio de nada y todo el mundo antes de maestro fue aprendiz.
Hace unos días Javier Cebreiros (@cebreiros) me envió dedicado su libro Olvida tu lenguaje corporal (Plataforma, 2015) con subtítulo: Una nueva forma de entender la comunicación. En el libro, que te recomiendo, Javier cuenta lo siguiente:
«En nuestro cerebro tenemos autopistas y caminos de tierra. Las autopistas son esas carreteras por las que circula tanto que se acaban asfaltando, puliendo y mejorando para ir más rápido y mejor. Y los caminos de tierra son esos parajes por donde casi nunca vamos, y por eso siguen igual. De la repetición surge la mejora. Cuanto más recorres un camino, más rápido y mejor lo recorre después tu cerebro».
Más adelante, cuenta el siguiente episodio:
«En una visita a las cuevas del Drac, en Mallorca, me comentaron que las estalactitas crecen un centímetro cada cien años. Es decir, cada metro de estalactita equivale a diez mil años de gotas sin cesar. Cada día, gota a gota. Me parece que la vida y, por supuesto, la mejora de la comunicación, sucede exactamente igual: cada día, gota a gota. Y sólo con perseverancia daremos forma a lo que estamos trabajando. Tom Peters, maestro de la excelencia, dice: ¿Qué puedes empezar en los próximos treinta minutos para acercarte a tu objetivo?».
Ambos ejemplos son dos metáforas de cómo el trabajo constante adobado de paciencia siempre da resultados jugosos. La cuestión no es si tú eres o no posible de hacer algo —eso no lo discutas—, porque tienes el potencial —magia en tu interior— para lograr aquello que deseas. la cuestión es si realmente estás dispuestos a trabajar duro direccionando hacia un objetivo sin abandonar a mitad de camino cuando no veas resultados o te entre el desánimo.
Todo se basa en decidir lo que se quiere, aprender lo necesario, y practicar mucho. Practica, practica y practica... sin perder el FOCO y sin desistir jamás. Te pongo un ejemplo de ello, el caso Anthony Robbins, que aparece en uno de los capítulos de Tu futuro es HOY (Alienta, 2ª edición). Su sueño desde joven era ser conferenciante internacional. Lo logró y hoy viaja por todo el mundo dando conferencias. Esto decía en cierta ocasión:
«Yo me convertí en un excelente conferenciante porque en lugar de una vez a la semana, me comprometí a hablar en público tres veces al día. Mientras que otras personas de mi organización se impusieron hablar cuarenta y ocho veces al año, yo hacía eso mismo en apenas dos semanas. Así pues, al cabo de un mes, ya había adquirido dos años de experiencia. Y un año más tarde, ya tenía diez».Te pongo otro ejemplo que nos cuenta Javier Cebreiros en su libro. Dice así:
«Te planteo un reto. Permíteme invitarte a resolver la siguiente operación matemática, en un minuto sin ayuda de la tecnología: 34.255 x 2.534.361... Es posible que hayas decidido seguir leyendo, ajeno al resultado, no porque no seas capaz de hacerlo, sino porque su cálculo merece un esfuerzo que no estás dispuesto a realizar en este momento. Te cuento que hay un niño de doce años, que no es superdotado, capaz de contestar correctamente en menos de dos segundos. ¿Sabes por qué? Porque ha entrenado durante ocho años el uso del ábaco, cuatro horas diarias, siete días a la semana. Tanto fue el entrenamiento que llegó a interiorizar mentalmente el utensilio hasta el extremo de no necesitarlo físicamente para calcular».
Warren Buffett, uno de los personajes incluidos en Aprendiendo de los mejores (Alienta, 7ª edición) decía hace poco en una entrevista: I made my first investment at age eleven. I was wasting my life up until then (Hice mi primera inversión a los 17 años, desde entonces me he dedicado a lo mismo). Y ahora tiene más de 80 años y sigue dedicándose a lo mismo.
A la hora de fijarse metas y objetivos, sólo tienes que hacerte la siguiente pregunta:
A la hora de fijarse metas y objetivos, sólo tienes que hacerte la siguiente pregunta:
¿Estoy dispuesto a convertirme en la persona que es necesario convertirse
para llegar donde quiero llegar?
No es un tema de capacidad, sino de las 4 Ds: Deseo, Decisión, Disciplina y Determinación para hacer lo que tiene que hacerse el tiempo que haga falta. Tus mayores enemigos son:
1. Primero, las DUDAS que tienes sobre ti mismo.
2. Segundo, tu PEREZA, porque es más fácil hacer lo cómodo que lo necesario, o caer en la excusa fácil de que los demás tienen talentos que tú no tienes o que son los elegidos por el Universo para llegar lejos.
En tus manos queda hacer de tu desarrollo personal tu destino.
En tus manos queda hacer de tu desarrollo personal tu destino.
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