“Mi apasionado interés por la justicia social y la responsabilidad social ha estado siempre en curioso contraste con una marcada falta de deseo de asociación directa con hombres y mujeres. Soy caballo para un solo recado, no estoy hecho para el tándem ni el trabajo en equipo. Nunca he pertenecido de todo corazón a un país o un Estado, a mi círculo de amigos, o siquiera a mi propia familia. Estos vínculos siempre han estado acompañados de un vago apartamiento, y el deseo de encerrarme dentro de mí mismo aumenta con los años. Ese aislamiento resulta a veces amargo, pero no lamento estar separado de la comprensión y la simpatía de los otros hombres. Sin duda que pierdo algo por ello, pero me compensa de ello el volverme independiente de las costumbres, las opiniones y los prejuicios de los demás”.
-Albert Einstein, premio Nobel 1921 en El mundo tal como lo veo.
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