Experimento mental en neurociencias es el uso de la imaginación en investigaciones mentales. Ante el planteo de un escenario hipotético se intenta comprender el razonamiento que lo explica, sin recurrir a la observación o a la experimentación física. Tiene similitud con un experimento científico, donde se investiga una variable. En el laboratorio se consideran los efectos de una variable incontrolable dejando fijas las demás.
Los experimentos mentales dan cuenta del razonamiento y las neurociencias informan cómo pueden usarse para alcanzar metas. En los procesos mentales interactúan la emoción, y la razón. Las emociones guían e influyen en las decisiones y pueden hacer razonar de forma más productiva, si se aprende a entender las conexiones entre ellas y los hechos. Los seres híper racionales suelen ser menos capaces de tomar decisiones correctas.
Elliot era un esposo, padre y profesional destacado quien durante una operación para extraer un tumor, sufrió un daño en la corteza prefrontal del cerebro que perjudicó las conexiones entre ésa área y la amígdala cerebral que procesa las reacciones emocionales. Se convirtió en un hombre impulsivo y sin autodisciplina aunque su coeficiente intelectual era alto, no podía hacer bien el trabajo en el que antes era brillante. No podía seguir una rutina, realizaba tareas irrelevantes y no lograba fijar prioridades. Al poco tiempo quedó sin empleo y por pésimas decisiones de inversión perdió todos sus ahorros y se divorció. Era incapaz de elegir entre porque no sabía generar preferencias. Podía realizar análisis y argumentos, pero había perdido la conexión emocional.
Las emociones ayudan al intelecto y no son enemigas de la razón. La mala convivencia interna con ellas nos afecta. Por eso Pascal decía que el corazón tiene razones que la razón no entiende. Para no caer en esa trampa es importante aceptarlas y aprovecharlas del modo más eficaz. Ya no se debería afirmar “a pesar” de ellas, si no, “con ellas”. La fuerza de nuestras emociones puede y debe ser usada a nuestro favor.
La educación de elite como presión. Las madres de la alta sociedad suelen tener la idea de perfección en la vida de sus hijos. Empieza con jardines de infantes donde es casi más difícil entrar que en Harvard. Sigue la primaria prestigiosa. La secundaria se termina colegios pupilos de Nueva Inglaterra. La educación se completa en una universidad “HYP” (Harvard, Yale o Princeton). Thomas Gilbert Jr. había tenido la educación soñada y fue detenido tras matar a su padre que amenazaba con disminuirle la mensualidad, ya que no trabajaba. El caso se volvió una fábula moralizante sobre los peligros de tener demasiado en la vida. Todo esto viene a contracara de libros como Tiger Mom, que dicen que los americanos son demasiado laxos comparados con Asia. Quizá la diferencia sea que estas historias recaen sobre una elite reducida en EE.UU., mientras que en los países asiáticos la presión es generalizada. Encontrar una posición balanceada y efectiva es difícil. Y nadie tiene la receta.
Historias didácticas. Un maestro paseaba con un discípulo dialogando sobre el valor de los encuentros inesperados. Al pasar por un hermoso paraje, vieron una granja miserable. Llamaron a la puerta y los recibió un matrimonio y sus tres hijos, con ropas sucias y rotas ¿Cómo sobreviven aquí?, preguntó el maestro. Tenemos una vaquita que nos da leche. Una parte la vendemos o canjeamos con vecinos por alimentos. Con el resto producimos queso, cuajada y mantequilla. Después de partir el maestro observó el lugar y le ordenó al discípulo: –Busca esa vaca, llévala hasta ese precipicio y tírala abajo. ¡Pero si es su medio de sustento! El maestro no respondió. El muchacho hizo lo ordenado y la vaca murió en la caída. Después de varios años regresaron. El lugar era ahora una bella finca, con árboles floridos y niños jugando. Entró a la casa, y el propietario los reconoció.Nosotros teníamos una vaca, pero se murió. Para mantenernos planté verduras y legumbres. Las plantas tardaban en crecer, así que comencé a cortar madera para vender. Tuve que replantar los árboles y comprar semillas. Me acordé de las ropas de mis hijos y pensé que podía cultivar algodón. Pasé un año duro, pero cuando la cosecha llegó, ya estaba produciendo legumbres, algodón, y hierbas aromáticas. Nunca me había dado cuenta de todo mi potencial: ¡fue una suerte que aquella vaca muriera!
Renacer de las cenizas, como el ave Fénix. La vaca era la excusa mental que justificaba el fracaso, no hacer nada y conformarse. Nada cambia por usar una excusa, la realidad sigue siendo igual. Un optimista hace lo que un pesimista no puede porque su pensamiento dominante se lo impide. Se ocultan en sus palabras que anticipan los hechos que vendrán. Cambie vaca por excusa y verá que siempre aparece algo o alguien a quien se puede culpar. Es peor la mediocridad que el fracaso, porque cuando se toca fondo lo que queda es subir. El conformismo hace soportable la mediocridad. Resiliencia es la aptitud de resurgir desde la pobreza.
Buenas razones para fracasar. Henry Ford decía que siempre tenemos razón: si pensamos que nos irá bien o que nos irá mal.
Hay vacas para justificarse: pensar que hay quien está peor, odiar el trabajo pero aceptar que al menos da para comer. Hay vacas que soportan las falsas creencias, es como hacerse esclavo de la vaca que se tiene. Hay otras que producen parálisis por exceso de análisis: como quienes para empezar algo nuevo necesitan estar absolutamente seguros.
Jean Buridan se destacó por sus estudios de lógica y por el experimento mental “el asno de Buridan”. No partió de un lenguaje ideal como su maestro Occam, aunque creían que los enunciados son portadores de verdad o falsedad. Para Occam expresaban conceptos globales. Buridan privilegió la psicología individual. Mostró la lucha que existía entre la racionalidad y la fuerza de voluntad.
El animal lleva tiempo sin comer y tiene hambre. Le colocan a derecha e izquierda dos montones de cebada iguales. Es un asno intelectual que delibera y opta por comer porque tiene hambre. La segunda cuestión es por qué fardo comenzar. Como no hay razón que aconseje uno sobre otro, el asno se muere de hambre. Fue incapaz de actuar porque no encontraba razones para elegir. La lógica no debe determinar la conducta. El burro se muere por ser implacablemente racional. Una actitud pragmática no debe estar condicionada. El exceso de análisis produce parálisis.
El ejemplo parece inverosímil, pero es posible imaginar casos menos extremos de la misma paradoja: piénsese en alguien que sigue la máxima de hacer siempre primero lo que es más urgente y, enfrentado ante varias tareas urgentes, su propia deliberación acerca de cuál es la tarea prioritaria le hace perder valiosísimo tiempo. Las vacas de la filosofía barata son falsos principios como que unos nacen con estrellas y otros nacen estrellados. Una vaca muy peligrosa es la del autoengaño. Por ejemplo quien para atenuar una derrota dice: lo importante no es ganar sino competir.
La mala educación castiga el error y premia al que lo oculta. Watson ex presidente de IBM dijo: el buen juicio viene de la experiencia, la experiencia viene del mal juicio. El inconsciente es el alimento, el error y el accidente son perlas si se saben cultivar. Pasteur dijoque el azar favorece a las mentes preparadas. Hay descubrimientos por azar, como la manzana que cayó en la cabeza de Newton y encendió las luces de la gravitación universal. No es cuestión de suerte, la intuición precisa entrenamiento. Para Freud la herejía de una época es la ortodoxia de la otra.
Llorar sobre la leche derramada.La familia pudo buscar otra vaca salvadora, salir a mendigar y hacer de la mediocridad un hábito. El primer paso para cambiar es identificar las vacas ajenas porque ante las propias solemos ser ciegos. Se esconden en los pensamientos y se expresan en la conducta, disfrazadas de mentiras, pretextos, disculpas, evasivas, escapes, falsas creencias y miedos.
El segundo paso es descifrar las creencias negativas. Por ejemplo: yo no soy bueno para….. ¿Quién puso esta vaca allí, dónde, cuándo? Hay que buscarlas en el vocabulario y dejar de usarlas pronto. El tercer paso es tomar conciencia de cómo abandonar la zona de confort que brinda la excusa y experimentar el dolor. Hay que listar los beneficios: decisión, disciplina, coraje, constancia.
Por último hay que lograr un cambio genuino, para que la vaca no resucite, y aceptar que somos responsables de éxitos y fracasos, somos los arquitectos de nuestro destino. Para cada idea debe haber un plan y una acción. Las fallas pueden indicar la presencia de vacas infiltradas. En el juego de la vida se puede ser protagonista o espectador. El ganador piensa en positivo y logra que las cosas ocurran. No deja que la vida pase de largo para recordar luego lo que perdió. Usa la destrucción creativa para reconocer cómo se instaló el hábito perdedor y hace algo para superarlo. El enemigo del éxito no es el fracaso, son el miedo y la mediocridad.
Experimentar mentalmente la neuroplasticidad. El cerebro puede reformartearse, es decir cambiar sus conexiones. Focalizar es dirigir la atención hacia algo concreto. Así se puede generar una experiencia mental directa para rediseñar un circuito o cambiarlo.
Es importante la calidad y la repetición de los pensamientos positivos ya que tiende a concretarse aquello que se piensa. Las expectativas generan resultados. La atención consciente debe coincidir con las intenciones. Al entrenar la atención se crean rutas neuronales hacia la meta y los circuitos cerebrales se mantienen activos y favorecen el cambio deseado. No todo lo que se quiere puede conseguirse pero sin encararlo ni siquiera entrará en los planes. No hay peor intento que el que no se realiza.
El poder mental inteligente se nutre del querer más eficacia. No puede ser inteligente quien no puede darle una dirección a su mente. Como dijo Séneca : “No hay vientos favorables para el que no sabe a dónde quiere llegar”
Dr. Horacio Krell. CEO de Ilvem mail de contacto horaciokrell@ilvem.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario