El autor defiende que los sueños y las visiones, que son los fenómenos observables del inconsciente, incluyen fenómenos simbólicos que también contiene la alquimia. Este hecho hace posible la comprensión de las ideas herméticas, que se constituyen como coincidentes o antagonistas del cristianismo.
Jung, centra su
estudio especialmente en los paralelismos que los alquimistas establecen entre
la piedra filosofal y la figura de Cristo.
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