Inicio así este post, con una de las frases más poderosas de David Garland, porque en días actuales he visto que el mundo del emprendimiento está siendo maquillado de una manera que, en lugar de promover la pasión, se promueve el dinero, el dinero fácil, el que llega con poco esfuerzo , el inmediato, ese que obtendrás en el tiempo que dura un viaje de elevador.
Y lo lamentable de este pensamiento, que cada vez se hace más colectivo, es que, como todos sabemos, aquellos que emprenden por dinero, están destinados a abandonar cuando éste falte.
Si de verdad queremos ser una comunidad latina, sobresaliente, hacer más angosto el umbral que existe entre el éxito y el fracaso y cambiar de una vez por todas la famosa estadística de fracaso sobre los nuevos negocios que oscila entre el 80% y construir negocios sólidos, permanentes, que trasciendan después de nosotros y vivan más de 5 generaciones, debemos emprender por pasión y transmitir esta pasión, contagiar a los que nos rodean o rodearnos de quienes nos contagien.
La pasión es aquel motor que hace que todo el tiempo estés enfocado y enamorado de tu proyecto. La pasión es la que te hará despertar todos los días y continuar a pesar de las situaciones que se te presenten, desde malos comentarios, hasta situaciones más fuertes. La pasión es lo que impedirá que abandones tu meta. Es importante comprender que es la pasión la que hace vivir los proyectos, el dinero sólo ayuda a crecer.
Y para que todo lo anterior se arraigue en nuestros pensamientos lo podemos resumir así:
Si emprendes por pasión estás creando, si emprendes por dinero estás obedeciendo.
Con cariño.
César Dabián
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