El pasado 19 de junio se estrenó la nueva película de Pixar y que fue titulada en nuestro país“IntensaMente”; nombre que por cierto no me parece ilustra adecuadamente uno de los principales conceptos (como si lo hace en inglés, “Inside Out”) que el largometraje pretende comunicar a su audiencia. Y es que luego de la precaria y a veces inexistente educación emocional por la que pasamos muchos, ahora la creadora de otras películas con interesantes mensajes sobre el bienestar como “Up”, “Toy Story 3”, “Wall E” o “For the birds”, da rostro esas “vocecitas” (5 de nuestras emociones básicas) que nos acompañan desde el momento en que nacimos y que influyen en cada una de las decisiones y acciones que emprendemos.
“En la actualidad dejamos librada al azar la educación emocional de nuestros hijos, con resultados cada vez más desastrosos. Una solución consiste en tener una nueva visión de lo que las escuelas pueden hacer para educar al alumno como un todo, reuniendo mente y corazón en el aula” Daniel Goleman.
Es por lo anterior que en este texto doy, desde la inteligencia emocional (IE), 5 razones para llevar (claro, si aún no lo han hecho) a los niños@ (y no tan niñ@s) a ver está película.
- Porque la capacidad de dar nombre a nuestras emociones es el primer paso al autoconocimiento y la autorregulación (primer y segundo pilar de la IE).
“Los niños que aprenden a nombrar sus emociones sabrán convivir mejor…Saber poner nombre a tus emociones, saber gestionarlas, filtrarlas, potenciarlas, entrenarlas en positivo, saber comprender y convivir con los demás… Todo eso no evita que te tengas que enfrentar a todo tipo de luces y de sombras. La vida es complicada, eso es así para todos. Pero es mucho más probable que tomes las decisiones adecuadas y sepas vivir y convivir mejor si tienes las habilidades sociales y emocionales fundamentales en tu mochila vital.” Elsa Punset
- Porque nos enseña que las emociones no son buenas o malas.
Por la incomodidad que nos producen o el daño que provocan, es común asumir que hay emociones positivas y emociones negativas. Dentro de las básicas, enojo, miedo, tristeza y asco (repugnancia) podrían parecernos intrínsecamente dañinas o tóxicas pero la realidad es que estas son mera energía en movimiento que tuvo y sigue teniendo (aunque quizá en menos escenarios) importantes funciones para la vida cotidiana. Por ejemplo:
- Sin enojo no podríamos defendernos ante un agravio o expresar nuestra indignación ante una injusticia.
- Sin miedo no habría algo que avisara que quizá pasar por aquella calle obscura no es la mejor opción.
- Sin tristeza no tendríamos pausas para reflexionar sobre lo que sigue después de una pérdida o un fracaso.
- Y sin asco o repugnancia, no podríamos prevenir enfermedades o evitar a ciertas personas tóxicas.
Dicho lo anterior, lo que es bueno o malo es lo que decidimos pensar, decir y hacer a raíz de que alguna de estas se presenta en nuestro sistema. De ahí la importancia de conocerlas y aprender a gestionarlas.
- Porque nos enseña las funciones evolutivas de nuestras emociones.
Siguiendo con la parte del autoconocimiento, los personajes de “IntensaMente” reflejan muy bien diferentes cualidades y características que cada emoción produce en nuestro cuerpo y en nuestra actitud. Por ejemplo:
- Furia sube nuestra temperatura corporal y el flujo sanguíneo se redirige a los puños.
- Tristeza nos baja la energía mientras que Alegría nos proporciona una gran cantidad de está.
- Miedo nos hace actuar con reserva y precaución, así como todo el tiempo estar en alerta y con una predisposición a correr si es necesario
- Y Asco nos hace poner barreras entre nosotros y algún objeto o persona, así como nos pone en una actitud de mírame pero no me toques.
- Porque abona a generar consciencia de que todos los demás también conviven e interactuaran con estas vocecitas.
- Porque, y relacionado al punto anterior, esta película puede ser un excelente estímulo a desarrollar habilidades sociales y empatía.
Y es que como dice el Dr. Paul Ekman en “Emotional Awareness”, entender las emociones, propias y las de otros, puede ayudarnos a “…mejorar nuestra comunicación, modificar nuestras respuestas y minimizar el impacto emocional en los demás”.
Y finalmente y por si fuera poco, le dejo un razón extra…
- Porque la inteligencia emocional es un mejor predictor de éxito que el propio coeficiente intelectual.
Como se menciona en “La inteligencia emocional” de Goleman, en el mejor de los casos el coeficiente intelectual aporta tan sólo un 20% de los factores determinantes para conseguir el éxito, mientras que el otro 80% depende de otros factores que se atribuyen a otros tipos de inteligencia como; la emocional, la social, la musical y la kinestésica, entre otras.
“Una pequeña pasa una hora con un examinador, quien le hace preguntas para indagar cuánto sabe (¿Quién descubrió América? ¿Qué es el estómago?), su vocabulario (¿Qué es disparate?),…sus conocimientos aritméticos…su capacidad para recordar números…su capacidad para comprender la similitud entre dos elementos…Tiempo después, el examinador califica las respuestas y obtienen solo un número—el coeficiente intelectual de la niña o C.I…La importancia dada al número no es del todo inapropiada: después de todo, la calificación en una prueba de inteligencia si predice la capacidad personal para manejar las cuestiones escolares, aunque poco predice acerca del éxito en la vida futura” Howard Gardner, 2009.
No hay comentarios:
Publicar un comentario