En la educación de los niños hay algunos aspectos que se toman como reglas fundamentales y que en realidad no lo son tanto. Por ejemplo, hoy vamos a hablar de la verdadera efectividad del castigo en la educación de los niños y de como otros métodos son mucho más efectivos en la educación de los mismos.
Desde el punto de vista de los conductistas para el cambio de una conducta inadecuada en los niños es mucho mas efectivo el refuerzo positivo y el refuerzo negativo, sabiendo utilizarlos dependiendo del caso, que el castigo que conocemos tradicionalmente.
Entendemos como refuerzo positivo el poder dar o intercambiar al niño algo que realmente le guste como ver una película, jugar a videojuegos, una comida que le guste, etc, a cambio de los comportamientos correctos.
Como refuerzo negativo tenemos la retirada de cosas de las que dispone normalmente el niño y que son de su agrado algo que no podemos confundir con el que hagamos un castigo al estilo tradicional. Lo que nunca debemos de usar como refuerzo negativo es la parte emocional verbalizada hacia el niño, como por ejemplo decirle que ya no lo quieres o que si hace algo ya no lo vas a querer. Los padres siempre deben de ser amorosos con sus hijos pero firmes a la hora de imponer estos refuerzos. El niño debe de sentir que sus padres lo quieren en todo momento pero que hay una serie de normas que debe de aprender a respetar y acatar.
Por ejemplo, el típico caso del niño que llora, grita y patalea para conseguir algo. Ese niño aprendió que realizando esos gritos conseguía lo que quería, por eso realiza esa conducta aprendida cada vez que se presenta la ocasión. También logra tener la atención de sus padres de esa forma cosa que no tiene cuando se porta bien. Esto debería de ser al revés, no tener la atención de los padres en medio de una rabieta y tenerla cuando se porta bién, verás como su comportamiento cambia en poco tiempo.
Evidentemente si hay una conducta que puede llevar a que el niño sufra un daño físico o lo haga sobre alguien o algo en pleno berriche, debemos de pararlo en el acto.
La forma de comportarse como padres ante estas situaciones según la teoría del refuerzo positivo sería la siguiente. Dar todo el cariño y afecto al niño, así como conversación, juego, compañía cuando se está portando bien, esto es un refuerzo positivo para reforzar este tipo de comportamiento siempre y cuando se realice el refuerzo negativo en el caso de que el niño no se comporte gritando, llorando o pataleando. El refuerzo negativo sería retirar la conversación, el juego, la compañía, etc, mientras esté en esa actitud.
Pero los padres deben de estar muy atentos de reforzar positivamente cada uno de sus buenos comportamientos.
Imponer una pena por una conducta no deseada está demostrado que no tiene las consecuencias deseadas. El problema es que en muchos de los casos lo que se quiere hacer en realidad es llevar sobre el niño la ira que el padre o la madre sienten al no saber controlar la situación.
Es muy importante que los padres sepan tener la tranquilidad y serenidad necesarias para poder realizar una educación correcta a sus hijos. El castigo es muchas veces la salida que la frustración de padres que no saben como manejar ciertas situaciones les hace usar.
Compartimos contigo estos aportes de la psicología educativa y que son tan aplicables a nuestro diario vivir en familia.
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