Cada día hablamos más y peor. Y los resultados que obtenemos con lo que hablamos, va acorde con ello.
Es decir, ¡¡NULOS!!.
Me he pegado una semana observando a la gente lo que habla, como habla y que “creo” que quiere decir. Y los resultados, a mi parecer, dan MIEDO.
Cada día vamos más deprisa por la vida. Gastamos nuestro tiempo en “tonterías” que nosotros mismos, y los demás, nos hacen creer que pareceremos “cultos”, unas personas ocupadas, unas personas muy “fashion”.
Gastamos nuestro tiempo en cosas para ir a la moda, para parecer que somos “lo más”.
Y con ello nuestro vocabulario.
Decimos que somos “Brand Manager de Europa”, que vamos a clases de “Zumba acuatica”,( que no sé si existe ), que hemos comido en un restaurante de 3 estrellas, que hemos ido al concierto de la revelación del mundo musical iraquí….
Verborrea que solamente es más ruido y ruido.
Y pensamos que cuanto más rápido hablemos, mejor. Seremos más “cool”, haremos creer a los demás que nuestra vida es la leche, que nos va muy bien, que somos muy felices, que tenemos una vida de riesgos, experiencias únicas.
¿Pero qué hay detrás de esa vida tan increíble?
Miedo.
Son personas que no paran de hablar, porque les da miedo escucharse. Son personas que creen cuanto más hablen, más “marca” dejaran en los demás, más dejaran asombrados a los demás. Y la verdad que lo que hacen, es no dejar una marca muy buena.
Con el paso de los años, somos más MENTIROSOS. Es duro escribirlo y más darse cuenta de ello.
Desde pequeños, nos han enseñado, a que tenemos que ser sinceros , que no tenemos que mentir, que tenemos que decir la verdad. ¿Y de mayores la decimos?
¡¡NO!!.
Me gusta mucho mantener conversaciones con las personas, creo que es la única forma de conocerse de verdad.
Pero no una conversación de palabras. Las mismas se las lleva el viento. Una buena conversación, te hace ver más de las frases y adentrarte a través de los ojos de la persona y llegar a su ser.
A corto plazo, esta “verborrea” que utilizamos, está muy bien para “engatusar” a la chica que queremos conquistar, para conseguir un puesto de trabajo, o para aparentar que todo nos va perfecto… pero las “tormentas” siempre nos acaban dejando sin nada, mostrándonos tal como somos o nuestra situación.
La verborrea, tiene un gran peligro.
Que las personas se den cuenta, que estás mostrando algo que no es. Es lo que decimos siempre, con el paso de los años, nos ponemos más y más mascaras, por y para “agradar” a los demás, “para mostrar” una cara que desearíamos, pero que no es la verdad.
Hablamos mucho, pero lo que hablamos no es real, no es de corazón.
Y cuando eso pasa, la gente acaba alejándose de ti. Acaba dándose cuenta que no eras quien decías ser. Que no tenías las habilidades que decías poseer, y que no tenías una vida de riesgo, emoción y felicidad, sino lo contrario.
En esos momentos viene nuestro ego, a decirnos : “ No pasa nada, tú vales mucho más que esas personas.. No sabían apreciarte, todo va muy bien… ya volverán y se darán cuenta…”.. Pero mientras sigues diciéndote esas cosas, las personas, situaciones se van , quedándote más y más solo.
Hablemos más con el corazón y menos con la razón.
Sigues en tus treces, que volverán, pero cada vez más se marchan de tu lado. Tu pareja ya no te aguanta, cada vez tienes menos amigos, tus jefes ya solo te dan la carta del despido, pero tú sigues igual.
Lo que pasa es que por un lado está tu Ego y por otro tu miedo, al darte cuenta de lo que está pasando, que no es nada “bonito”.
Tú decides, seguir llevando una vida de “falsedad en documento mercantil” o coger la vida por las riendas, empezando a “callarte” un poco más, escuchando lo que dice tu corazón y lo que dicen los demás y a partir de ahí, empezar a resurgir como una flor sin hojas.
No somos sinceros, no hablamos desde el corazón. Lo tenemos ahogado y cuanto más, pensamos que mejor.
Hablamos que estamos bien, que todo va perfecto y mientras tanto sufrimos percances, no sabemos por qué y nos ponemos a llorar, o el corazón nos va a mil.
Escúchate más y habla menos por favor.
Reconozco que me gusta hablar, pero hablo mucho menos de lo que hacia antes. Prefiero decir algo, claro y directo, que no cosas sin importancia. Que reconozco que también las digo, y más un sábado por la noche.
Pero ¿Qué pasaría si tuviéramos todos un cupo de 1000 palabras, 2000 palabras, las que tú quieras, durante todo el día y al día siguiente, tuvieras que adquirir uno nuevo?
.- Usaríamos mejor nuestras palabras, diciendo lo que de verdad importa , a quien importa y manejando mejor las formas.
.- Dejaríamos de decir tonterías, verborreas y demás, porque sabríamos que nuestro bono, habría que usarlo de mejor manera.
.- Nos escucharíamos más y hablaríamos más con el corazón; y no con otras partes del cuerpo. La mejor conversación, la transformación de un mundo, de tu mundo, empieza por una palabra. Y esa palabra, para tener efecto, tiene que ser desde tu corazón, no desde ningún otro sitio.
.- Sabrás qué decir y cuando, y no parecerás una ametralladora hablando sin sentido.
Por favor, implántate este “bono” en tu vida, y verás la transformación que vives. Hablaras menos, pero con más transformación en ti y en los demás. Serás más clara y directa, y las palabras necias, desaparecerán de tu vocabulario.
Hablemos menos pero mejor. Escuchemos más. Hagamos más caso al corazón.
Tus conversaciones, tu gente lo agradecerá.
¿Oyes verborrea a tu alrededor? ¿La dices tú? ¿Cómo te sentirías con un cupo así de palabras?
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