Me gusta la figura de “abogado del diablo”, advocatus diaboli. Es un rol creado en la Iglesia Católica en 1587 y que fue abolido en 1983. Se encargaba de velar por la verdad en los procesos de canonización. Desde que la función no existe, se han realizado 500 canonizaciones y más de 1.300 beatificaciones, cuando en todo el siglo XX se habían realizado… 98. Sin “abogado del diablo” (en este caso respecto a la Confianza en el Talento) el desmadre es seguro.
Por ello, me he permitido retar a Gasalla y a todo el auditorio, porque en una nueva era en la que el Talento es más escaso y más valioso que el Capital (el Talentismo, que trasciende al Capitalismo), los DRH no han sido, en general, merecedores de Confianza. Y me explico.
1. ¿Cómo apostar por la Confianza si el Talento, palabra con la que se nos llena la boca, es un término de la psicología popular y no nos hemos “molestado” en definirla bien? ¿Cuántos de los Directores de RRHH han ido a consultar el “Handbook of Talent” de José Antonio Marina para concretarlo y equilibrarlo?
2. ¿Cómo apostar por la Confianza si seleccionamos tan mal? En 2015, España era el país 116º del mundo en prácticas de selección y desvinculación. En la primera semana de este mes de octubre han salido de los datos de 2016… y hemos descendido cinco puestos, hasta el puesto 121º.
3. ¿Cómo apostar por la Confianza si tenemos una pésima Calidad Directiva, que es el 60% de la Calidad y la Competitividad? Somos los 49º del mundo y hemos descendido 22 puestos desde el inicio de esta Crisis.
4. ¿Cómo apostar por la Confianza si delegamos tan mal? Delegar y dar malas noticias son las dos actividades que peor hacemos los directivos españoles. Somos los 95º en capacidad de delegar.
5. ¿Cómo apostar por la Confianza si no ligamos los salarios a la productividad? Según Davos, España es el país nº 115, nada menos. Tenemos uno de los mercados de compensación más rígidos y menos meritocráticos del planeta.
6. ¿Cómo apostar por la Confianza si nuestra educación es un desastre? El país nº 85 en Calidad de la Educación, que es la inversión más rentable, como ha demostrado el Dr. Heckman, premio Nóbel de Economía.
7. ¿Cómo apostar por la Confianza, si somos tan poco eficientes en la utilización del Talento? Somos los 69º del mundo. Despedimos “a las bravas”, poco profesionalmente, y cuidamos poco el Talento que tenemos (vacantes abiertas, promociones bien explicadas, gestión del desempeño).
Como abogado del diablo, podríamos decir que “Los Directores de RRHH no son de fiar”. Así lo he comentado humorísticamente en este “Face to Face”, porque en general los DRH han cometido los siete pecados capitales:
- Lujuria, porque han tratado a las personas como cosas, se han aprovechado de ellas.
- Pereza, porque han sido reactivos y poco valientes en la crisis.
- Gula, porque han generado desigualdades entre la clase dirigente y el resto de profesionales.
- Ira, porque no se han comportado desde la calma y la templanza.
- Envidia, porque no han fomentado la admiración y la meritocracia.
- Avaricia, porque en las reestructuraciones se han llevado, más allá de la grasa sobrante, mucho “músculo”, poniendo en riesgo la supervivencia de la empresa.
- Orgullo, soberbia, vanagloria, porque han sido muy poco autocríticos y demasiado autocomplacientes.
Y hay un octavo, que “ya no está de moda”: la acedía, la pérdida de entusiasmo por la vida espiritual. En los RRHH, la pérdida de dirección por valores. Las empresas que sobreviven lo hacen porque trasladan sus valores a hábitos (Jim Collins) y la DRH parece ignorarlo.
Por eso, la mayoría de ellos “arderán en el infierno”… y el talento, en un 40% de los casos, se irán de las compañías.
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