A veces, por mucho que lo intentemos, hay personas tan desagradables que terminan haciendo que perdamos la paciencia. En ese caso, respira profundamente y, en vez de seguir escrutando la situación, vuelca tus recursos en tu interior. Recuerda que cuando algo nos molesta o irrita de alguien es porque esa característica tiene una resonancia en tu interior, puede ser un “yo repudiado”.
La persona que te molesta no ha creado ese botón, ese “foco delirante”, hemos sido nosotros mismos, debido a la falta de tolerancia. Por eso, de vez en cuando conviene preguntarse si no seremos demasiado intransigentes. ¿Por qué un comportamiento nos molesta tanto? Identificar las causas de ese enfado podría ayudarte a responder con mayor ecuanimidad la próxima vez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario