“Con toda tu concentración en tu meta, alcanzarás niveles de logro que nunca pensaste”.
-Catherine Pulsifer.
-Catherine Pulsifer.
Alguna vez William Ury le preguntó a lord Caradon, un diplomático británico, qué era lo más valioso que había aprendido durante su largo y distinguido servicio en el gobierno.
Le dijo:
“Lo más valioso que aprendí lo aprendí apenas comencé mi carrera, cuando me enviaron al Oriente Medio como asistente de un administrador local. Mi superior solía visitar una aldea distinta cada día para zanjar disputas y resolver casos apremiantes. Cuando llegaba, se formaba una barahúnda; la gente le lanzaba un torrente de preguntas y le ofrecía café. Eso no cesaba hasta que él se marchaba, al ponerse el sol. Él podría haber olvidado fácilmente sus objetivos si no fuera por un hábito sencillo:
Cuando estaba a punto de entrar a la aldea, estacionaba el jeep a un lado de la carretera y preguntaba: ¿Qué cosas queremos dejar terminadas esta noche al partir de esta aldea? Contestábamos la pregunta, y luego nos dirigíamos a la aldea. Al marcharnos esa noche, volvía a estacionar el jeep a un lado de la carretera y preguntaba: Bueno, ¿lo logramos? ¿Realizamos lo que nos propusimos hacer?”.
Ese simple hábito mental fue lo más valioso que aprendió Caradon en la vida. Antes de iniciar cada día, prepárate. Después de cada día, evalúa tu progreso, adapta tu estrategia y vuelve a prepararte. El secreto del éxito en los negocios es sencillo: Prepararse, prepararse y prepararse. En palabras de Robert H. Schuller: “Un logro espectacular está siempre precedido por una preparación espectacular”.
Cuando te vas a embarcar en un emprendimiento, lo mismo que cuando vas a viajar, lo primero que necesitas es un mapa. Trazar el camino que te llevará a donde quieres llegar y siempre recordar que:
“Todo el que llegó donde está, tuvo que comenzar donde estaba”.
-Robert Louis Stevenson.
-Robert Louis Stevenson.
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