No hay nada más difícil de hacer que un chiste malo con gracia. Bobadas a todos se nos ocurren, pero expresarlas con gancho y que provoquen la risa del que las escucha no está a nivel de cualquiera.
Miguel Bustos no usa las palabras como hacía su admirado Eugenio para contar esos chistes tontos que, cuando menos, nos provocan una sonrisa. Miguel los dibuja. Empezó haciéndolos en 2012 gracias a la Beca Carnet Jove «Connecta’t al còmic» que le permitió publicar algunas tiras cómicas en El Jueves y otras revistas. Pero la cosa le supo a poco y cuando la beca finalizó, Bustos ya estaba enganchado al humor tonto. Así que siguió publicándolas por su cuenta en Facebook e Instagram para compartirlas con los amigos.
Bustos estudió diseño gráfico y trabajó en ese campo durante unos años. Pero su carrera está orientada últimamente a la ilustración. Afincado en Barcelona, trabaja como freelance para proyectos editoriales, «pero por suerte últimamente he podido trabajar en distintos campos: packaging, editorial, audiovisual…».
¿Qué tienen los chistes malos para merecer ser dibujados? El ilustrador no sabe explicarlo: «Que es mucho más directo que solo la palabra», se anima finalmente a decir. «Si te ayudas de la imagen puedes hacer que la idea se vea más absurda. También resulta más fácil e inmediato compartirlo por Whatsapp y pegarte unas risas con tus amigos».
Esos chistes facilones pero con gracia están reunidos ahora en su blog‘Humor se escribe con lápiz‘. También se le puede seguir en Facebook eInstagram. Las ideas para llevarlos a cabo son suyas: «Sería más interesante decir que tengo un equipo de esclavos trabajando las 24 horas para sacar ideas, pero la realidad es que la gran mayoría las hago yo. Aunque siempre hay algún amigo que hace alguna aportación», confiesa Bustos.
Todo sirve de inspiración a la hora de dibujar un chiste: la radio, el periódico, una conversación de bar… «Siempre sale una palabra o expresión a la que le puedo dar una segunda lectura». Miguel las apunta en una libreta y cuando ya ha reunido unas cuantas, las dibuja con lápiz. Sus referentes, según confiesa, son dos: «De Blexbolex me encanta cómo trabaja el color y la masa para contar cosas en sus ilustraciones. Y ahora mismo también estoy interesado en la obra gráfica de George Grosz. Esos grabados de línea fresca con personajes hipercaricaturizados son muy inspiradores».
Por el momento, Humor se escribe con lápiz seguirá estando presente on line. Pero el diseñador catalán ya está trabajando con la posibilidad de publicarlo en papel. «Espero poder dar noticias en breve», afirma misterioso. Esperaremos pues.
POR MARIÁNGELES GARCÍA
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