Aunque puede parecer contradictorio, lo cierto es que las vacaciones nos ayudan a mantenernos concentrados. De hecho, el estrés crónico afecta directamente la parte del cerebro relacionada con la memoria y la consecución de los objetivos. Por eso, las personas que trabajan ininterrumpidamente, sin tomar vacaciones, a menudo se sienten bloqueadas y tienen dificultades para concentrarse. Al contrario, al regresar de las vacaciones nos sentimos llenos de energía, nuestra capacidad de reacción aumenta y somos capaces de mantenernos concentrados durante periodos de tiempo más largos.
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