La realidad virtual para fines educativos puede representar un salto cualitativo y transformar las estructuras de aprendizaje.
No cabe duda de que en las últimas dos décadas la tecnología ha renovado la educación. Los profesores han pasado de evitar que los alumnos copiaran los trabajos de otros que ya habían sido publicados en Internet a incentivar a los estudiantes para que investiguen en la Red. Tal vez de forma oficial aún se sigan utilizando muchos libros de texto, pero lo cierto es que el mundo online y los recursos multimedia están dando la vuelta a todo. Y otra vuelta más de tuerca es la que va a propiciar la realidad virtual.
El 2016 se ha bautizado como el año de la realidad virtual. Llegarán Oculus y HTC Vive, Microsoft acaba de lanzar su versión de HoloLens para desarrolladores y Sony lanzará sus propias gafas también este año. Esto sin contar los dispositivos que funcionan con un smartphone, como las Gear VR de Samsung o las múltiples ‘cardboard’, que también suman.
Hay muchos campos en los que se prevé una irrupción sonada de la realidad virtual. La educación es uno de ellos. Ya no será necesario que todos los alumnos sigan el mismo ritmo ni profundicen de igual manera en todas las materias. La curiosidad se convertirá en un ingrediente básico de la enseñanza y en el barómetro a la hora de medir la efectividad de los contenidos.
Y es que uno de los objetivos de la educación, como es despertar el interés por el conocimiento y la curiosidad por las materias que se imparten en los colegios e institutos, contará con un arma sofisticada gracias a la realidad virtual. Los profesores pueden explorar el impacto que tienen diferentes entornos en los escolares, así como realizar experimentos a cierta escala.
Y es que emplear la realidad virtual con fines educativos puede alentar el entusiasmo de los alumnos por lo que estudian. Otro de los puntos clave para que esto suceda es que podrán estudiar en sus casas con los mismos recursos yprácticamente en cualquier lugar con un dispositivo móvil y unas gafas. Se trata de acercar la educación al entretenimiento.
Educación en base a experiencias
Para aprender algo no hay nada como experimentarlo y la realidad virtual es lo más parecido que puede haber en estos momentos a vivir ciertas experiencias. Si pensamos en una clase de biología, donde se está explicando la composición de las células eucariotas, sería útil un vídeo que muestre al alumno un animal, para después acercarse hasta el interior de su cuerpo, órganos, tejidos y finalmente descienda al nivel celular. En este momento, el estudiante podrá mirar a su alrededor para ver la composición de la célula y adivinar dónde está el núcleo o cómo se llaman cada uno de los elementos se convertirá en un juego.
Lo mismo podría ocurrir para enseñar geografía, con una especie de juego interactivo en el que al alumno se le llevara a un determinado lugar y al examinar el entorno tuviera que conocer el país o la ciudad. Las posibilidades de la realidad virtual con fines educativos son muchas, aunque aún queda la adaptación de los dispositivos y, sobre todo, la generación de contenido específico para este ámbito.
Imágenes: TechStage y NVIDIA Corporation
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