“Sólo hay un amor para siempre: El amor propio“.
Se que ahora mismo, estarás pensando que nunca has sabido que es eso, o que lo tienes olvidado. Otros te dirán que nunca tenemos que tener eso de amor propio, que eso es de egoístas, de personas que te miran por encima del hombro….
Ya no sabes qué pensar, pero sí sabes una cosa, que las cosas, así no pueden seguir. Tienes que hacer algo. Y sabes que solamente puedes tú hacerlo.
Hay que tener un poco de amor propio, y coger las riendas de tu vida.
¿Qué es tener amor propio?
Tener un buen cociente de agallas como bien dice Mario Alonso Puig, o cojones, como bien nos decían nuestros padres, cuando no podíamos hacer algo y sabían que podíamos conseguirlo.
Rasmia, ovarios, valentía, arrojo, como tú quieras llamarlo, pero sabes que tienes que cambiar el rumbo de tu vida.
No te digo que será fácil. No te digo que todo el mundo te aplaudirá. No te digo que no te va a costar sudar y muchos lagrimas. Que te vayas a sentir solo, porque todo eso que te estoy diciendo, seguro que te pasará en algún momento u otro.
Siempre has pensado que los demás querían lo mejor para ti, que deseaban los mejores parabienes. Seguramente así ha sido.
Pero del amor propio que estoy yo hablando, no es esa definición, es la consideración que tenemos sobre nosotros mismos.
Haz la prueba. ¿Quieres a la persona que tienes delante de ti cuando te ves en el espejo?
Si la respuesta es Si y es de corazón… Ya puedes seguir haciendo otras cosas, felicidades, sigue así. Si la respuesta ha sido NO, la consideración que tienes hacia ti mismo, no es muy halagüeña que digamos.
¿Cómo hemos llegado a tener tan poco amor propio?
1.- Dependemos de la opinión de los demás
Si estamos pendientes de lo que dicen y no dicen los demás, si les caemos bien o mal, nunca llegarás a conocerte, a saber qué puedes hacer. Nunca sabrás apreciarte.
La opinión de los demás son eso, OPINIONES. Tú crees que hay hacerles caso, porque realmente no te quieres, porque crees que no vales ni un pimiento.
Los demás saben más que tú, tienen más experiencia que tú, … pues quítatelo de la cabeza, que seguramente en muchos campos no es así. Tú les ganaras en otros, seguro.
2.- No queremos que nos rechacen nuestras ideas y por eso las olvidamos.
No quieres te rechacen. No quieres sentir el punta pie de la sociedad y te digan loco. Pero luego tú quieres ser Steve Jobs o Elon Musk.
Ellos tenían y tienen amor propio. Creen en sus ideas o como los llaman los demás sus idas de olla.
Creen en si mismos. Saben que tarde o temprano lo van a conseguir.. Escuchan a los demás, sii, pero la última decisión las toman ellos mismos
3.- Un fanático del cómo , cuándo y por que
Queremos saber todo antes de empezar. ¿Por qué? Porque tenemos miedo a caernos.
Si creemos que tenemos todo a nuestro favor, entonces si daremos el paso para conseguir eso que pensamos que es imposible. Nos lo estamos creyendo. Pero aunque tengas el gps y te diga cuanto vas a tardar, a lo mejor no es así, porque no tienes tu “Gps actualizado” y no te dice los caminos y socavones que te encontraras.
Aprende, estudia, se la mejor versión de ti, pero deja una parte a la improvisación, a la flexibilidad.
4.- Apego a las cosas materiales y personales
Creemos que si no tenemos el último aparatito tecnológico, no seremos nadie en la vida. Pensamos que si no tenemos pareja y estamos casados antes de los 35, seremos unos raros. O más bien nos consideraran raros por los demás.
Tú eres tú. No eres una posesión o no eres el número de seguidores en Redes sociales, ni el número de eventos a los que te invitan.
Somos mucho más que esas tonterías.
5.- Por no hablar, hemos perdido oportunidades.
Por la consideración que tenemos de nosotros, hemos dejado pasar muchas cosas en la vida. Teníamos miedo a decirle te quiero a esa persona, a proponer un proyecto o a decir SI a lo que queríamos.
Todo porque pensábamos que no valíamos, o eso creíamos.
6.- No escuchar a nuestro corazón.
Nuestra rasmia, como se dice en Aragón, orgullo, amor propio… está en nuestro corazón. “Estoy aquí, no busques la motivación en otro lado, la energía que buscas está aquí…”..Pero eso de escucharlo, de mostrarnos tal como nos dice que somos, no es “cool”. Así que lo que hacemos es ponernos los cascos en las orejas, y salir a correr. ¿Por qué? Porque sabemos que nos dirá algo que no nos gustará oír.
Escúchate, anda.
¿Qué tenemos que hacer para aumentar nuestro amor propio?
.- Si te dice que es imposible… responde: “Será en tu caso, pero yo tengo un plan para dominar el mundo, y verás cómo lo consigo”.
.- Si te dicen que no eres nadie sin el ultimo móvil…. responde: “Mira como me comunico, más y mejor, teniendo una conversación con la persona que tanto miedo te da”.
.- Si te duerme con la frustración, miedo y la vergüenza, mañana proponte despertarte con la felicidad, la pasión y la ilusión. Porque eso es lo que eres tú.
.- Si crees que no lo vas a dejar ningún legado a la sociedad… responde:” No llegaré a revolucionar el mundo, pero todo el mundo a mi alrededor, tendrá la semillita de quién soy yo y lo que puedo hacer por ellos”.
.- Si crees que el mundo ya está descubierto por ti… respóndete: “Eso es lo que se creen los demás, pero cada día voy a descubrir una cosa diferente en mi vida”.
Nos gusta compararnos con los demás, perfectos. Pues cuando vuelvas a compararte con otra persona que te mueres de celos por ella (pero no enfermizos) por lo que está consiguiendo, respóndete a ti mismo:
“Si ese ha podido, yo puedo hacerlo y mucho mejor. Que se prepare”.
Ten rasmia, mi arma, que la vida son dos días, y uno lo estas gastando en un pensamiento que te dice todos los días: “Déjate de locuras que no lo vas a hacer”.
El otro día que tienes, ¿en qué lo vas a invertir a partir de ahora? ¿En quejarte o en crear tu revolución, eso que sabes que puedes y que el cuerpo te pide?
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