Tuve el honor de poder reflexionar con Guillermo Dorronsoro sobre una gran cantidad de asuntos. Guillermo, para los que le leemos desde hace mucho tiempo, es un sabio, una persona humilde, tremendamente preparada y con una gran experiencia que tiene un punto de vista que nunca te deja indiferente sobre el mundo de la innovación, el management, la educación…y en definitiva sobre las palancas que definen nuestro progreso como sociedad.
Guillermo es decano de Deusto Business School y Vicepresidente Ejecutivo IK4 (Alianza Centros Tecnológicos País Vasco), y miembro del Consejo de Administración en sociedades privadas y público-privadas. Doctor Ingeniero Industrial por la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales y de Telecomunicaciones (ETSIIT) de Bilbao, Máster en Ordenación de Territorio y Urbanismo por la Universidad Politécnica de Valencia y Alumno Miembro de la Fundación Altuna para Estudios Avanzados de Innovación. Ha sido profesor en la Universidad del País Vasco (Ingeniería de Sistemas Urbanos) y en la actualidad en la Universidad de Deusto. Director Académico de la primera edición del Master in Business Innovation de Deusto Business School, en colaboración con la Judge Business School (Cambridge University).
Y desde hoy, tendremos cada cierto tiempo una aportación de Guillermo para el disfrute y reflexión de la familia Sintetia. Todo un honor. De momento, arrancamos con unas primeras reflexiones.
:: Guillermo te cito: “nuestro futuro está directamente relacionado con la capacidad que tengamos de atraer talento”, ¿por qué tenemos como país tantos problemas para que el talento emerja, cree sus propios negocios, lidere cada vez más empresas y organizaciones públicas y privadas y, en definitiva, la meritocracia se apodere de nuestra forma de gestión?
El problema, me parece, no es que el talento emerja, sino que decida quedarse aquí. Hay dos cosas que movilizan el talento: las oportunidades y el compromiso con un proyecto compartido. Necesitaríamos trabajar más en crear las dos cosas. En última instancia, bastaría trabajar en un proyecto compartido, porque ese proyecto crearía oportunidades.
:: En este sentido, dices “si queremos que nuestro pequeño gran país sobreviva, deberíamos repensar nuestro sistema educativo para adaptarnos a ese mundo que viene”, dos preguntas, aunque es muy difícil de sintetizar:
1.- ¿Cuál es ese futuro que viene?
Un futuro en el que los robots nos sustituirán en una parte muy relevante de los empleos actuales, en el que la situación demográfica pondrá en jaque el estado de bienestar, en el que los recursos naturales serán un bien escaso, en el que la ciencia nos abrirá a nuevos universos que todavía ni nos imaginamos. Esto ha pasado ya en la Historia, y lo llamamos Renacimiento: Viene un segundo Renacimiento.
2.- ¿Cómo rompemos el puzle del sistema educativo actual para adaptarlo a ese futuro?
Se está rompiendo ya, por el trabajo de muchos por innovar, por hacer las cosas mejor, por formar a las personas en lo que nos hace más humanos, educarnos para hacer el trabajo de los robots es lo que ya no tiene sentido. Es como cuando pones agua a hervir, al principio no ves más que pequeñas burbujas en el fondo de la cazuela. Pero esas burbujas acabarán por inundar todo el sistema educativo: basta con darlas cada día un poco más de espacio, un poco más de calor: ellas harán el trabajo.
:: “la diferencia entre las personas que sueñan, y las que transforman, es la esperanza…”, si tuvieras que dar 3 claves para convertir las ideas, los sueños, las ilusiones en cosas tangibles y reales, ¿cuáles serían?
La primera es la esperanza, sí. Me encanta la frase de Gabriel Marcel “la esperanza es como una memoria del futuro”. Lo primero para transformar es creer que es posible, que podemos hacerlo real, que igual que recordamos el pasado, podemos recordar el futuro que construiremos.
La segunda es el compromiso. Transformar exige esfuerzo, y ese esfuerzo requiere de compromiso, con el proyecto y con las personas que te acompañan en ese proyecto (casi más importante lo segundo que lo primero).
La tercera es poner las emociones en juego. No se cambia con la cabeza, se cambia con el corazón. Emociones individuales y emociones colectivas.
:: Si de algo se habla constantemente es de ‘Cambio’. Tú eres uno de los mayores expertos en este campo, en la gestión de ese cambio. Pero me tienes que permitir hacerte unas cuestiones al respecto:
1.- ¿es una percepción o se habla ahora más que nunca de cambio? ¿Por qué?
Siempre se ha hablado de cambio, y de la aceleración del cambio. En la “Verbena de la Paloma”, una de las canciones dice “Hoy los tiempos adelantan, que es una barbaridad”. Hay algo que cambia poco, que somos los seres humanos. Lees las tragedias griegas, y nos siguen moviendo las mismas fuerzas que les movían.
Sin embargo, otras cosas están cambiando a un ritmo muy acelerado, que es característico en el Siglo XXI: la velocidad en la que fluye la información, la globalización, y el avance exponencial del conocimiento: nunca como hasta ahora hemos estado tan interconectados, nunca se ha invertido tanto en la Humanidad en Ciencia y Tecnología.
2.- Cambio implica normalmente incertidumbre y dificultades para prever el futuro, ¿cómo se gestiona eso?
Maquiavelo da cuatro consejos para transitar los tiempos de cambio (la “rueda de la fortuna” que decían en el Renacimiento): tener visión (anticiparse a los cambios), aprender a resistir (resiliencia), aprender a cambiar lo necesario (gestión del cambio) y el último, mi favorito: nunca, nunca perder la sonrisa.
3.- Una organización es algo vivo y que depende de muchas personas, ¿cómo se logra que una organización se mantenga ‘eternamente joven’ y fresca y no se vaya deteriorando por la dejadez y el cansancio?
Con proyectos compartidos de futuro. Y eso requiere dos cosas: identidad y relato.
La identidad es “somos”, y se construye con transparencia, con participación, con justicia en el reparto, con la capacidad de integrar al que es diferente, y también a los que “no son”: una identidad sana tiene que ser inclusiva, o se pudre.
El relato es “de dónde venimos, a dónde vamos” y requiere construir una idea compartida del pasado, y sobre todo una idea compartida del futuro y de os proyectos que nos llevarán a ese futuro. Algo que sea realista (si no, el sentido común lo rechaza), pero que al mismo tiempo tenga la capacidad de enganchar el corazón de las personas, emocionarlas.
:: Gary Hamel nos recuerda que los valores importan y cada vez más, ¿estás de acuerdo? ¿Importan cada vez más lo valores en los negocios?
No han dejado de importar nunca. Otra cosa es que a algunas personas se les haya olvidado, hayan tratado de coger atajos que siempre acaban mal, para ellos mismos y sobre todo para las personas que les rodean.
Sin valores, no vamos a ninguna parte, no hay proyectos que duren, que creen valor y que repartan ese valor con justicia.
:: Si es verdad que los valores importan, ¿algo falla en España con tanta explosión de corrupción, verdad? ¿Esto es un freno para posicionar a las empresas españolas y a nuestras instituciones con credibilidad global?
Algo ha fallado, sí… Muchas personas han sucumbido a la tentación del dinero fácil, de usar el poder para su lucro personal y no para servir a la sociedad. Son tentaciones muy antiguas…
Algo sigue fallando cuando no actuamos con más contundencia. Culturalmente nos hemos hecho tolerantes con esos comportamientos, se han generalizado socialmente (cada uno trinca al nivel de sus posibilidades).
Sin embargo, algo está funcionando bien cuando esa corrupción está por fin aflorando, cuando los corruptos acaban en la cárcel, cuando muchas familias están activando la generosidad y la solidaridad. Somos capaces de lo peor y de los mejor. Somos capaces de asombrar al mundo por nuestra corrupción, y por nuestra lealtad y generosidad…
:: ¿Cuáles crees que son las claves para que España tenga un ecosistema empresarial más dinámico, más global y, sobre todo de mayor tamaño?
La clave para navegar las próximas décadas es la apuesta por la industria y la apuesta por el conocimiento. Necesitamos activar la colaboración público-privada para construir infraestructuras de conocimiento avanzadas (universidades punteras, centros tecnológicos de primer nivel), que además estén profundamente conectadas con un tejido industrial que florezca con una política industrial activa.
:: Hablemos un momento de Ciencia, Tecnología e inversión:
1.- ¿cuál es la conexión entre la ciencia, la tecnología y el futuro?
En el pasado, la prosperidad ha estado vinculada a recursos naturales, capital y mano de obra. En el futuro, la prosperidad estará basada en el talento y el conocimiento.
Hoy en día, las regiones que tienen buenas infraestructuras de conocimiento, no tienen desempleo, y son capaces de sostener su estado del bienestar.
2.- ¿Por qué es más fácil recortar en estas partidas –tanto en la empresa como en los gobierno- que en otras que se consideran ‘más sociales’, y no hablo de partidas como el desempleo sino otras como carreteras o AVEs, por ejemplo?
Porque la sociedad no ha interiorizado la importancia de esta apuesta. Porque no somos capaces de trasladar un relato que les emocione sobre nuestro futuro basado en el conocimiento.
Como los frutos de estas apuestas se ven en el medio y largo plazo, es más fácil recortar en ellas. Si reduces los presupuestos de sanidad, inmediatamente aumentan las listas de espera, y las personas en situación de dependencia sufren. Si reduces la inversión en I+D, los científicos se van, buscan otros lugares en el mundo donde seguir con su trabajo.
3.- Pero no todo es dinero… ¿La inversión en I+D es un fin en sí mismo? A veces parece que estamos demasiado obsesionados con el número y los recursos…más que con los resultados, ¿Qué opinas? ¿Es la productividad de esa I+D en España igual que en otros lugares? ¿Por qué?
No, no todo es dinero, eso es cierto. Suelo decir que la inversión es la gasolina, pero que también necesitamos un motor que funcione con buen rendimiento y, más importante, saber dónde queremos que nos lleve el coche…
Pero también es cierto que sin gasolina, el coche no nos llevará lejos. Hay países que llenan el depósito con más del doble de I+D que nosotros… Les va mejor.
:: ¿Consideras que existe una desconexión entre la empresa y el sistema científico e investigador en España? ¿Qué consecuencias puede tener esa desconexión?
En Estados Unidos, en el Reino Unido, en China, han identificado este mismo “gap”, y están invirtiendo en una institución que en Alemania existe desde hace décadas, y cuya misión es precisamente conectar los dos mundos: los centros tecnológicos.
Aquí en España, es en Euskadi donde esa institución se ha impulsado en las últimas décadas y, gracias a ello, nuestra industria ha resistido mucho mejor esta crisis.
:: Hablemos de industria…entre tanta APP, tanto Software, y tanto servicio, ¿nos estamos olvidando de la industria en España? ¿Y cuáles son las consecuencias?
No hay política industrial, es un desastre. Tenemos costes energéticos, laborales, fiscales, financieros entre los más altos de Europa. Así ¿qué industrial en su sano juicio va a traer sus plantas productivas a España?
Las consecuencias son un 20% de tasa de desempleo. Sin industria, no hay futuro.
:: ¿Cuáles son las grandes tendencias de la industria en el mundo? ¿Qué tipo de tecnologías? ¿Dónde se suelen ubicar estas empresas y por qué?
Cada sector está evolucionando de manera diferente. No es lo mismo el sector de la máquina herramienta, que el del automóvil o el de la energía.
La clave compartida ya la hemos mencionado antes: las infraestructuras de conocimiento. La industria en los países desarrollados será industria del conocimiento, o no será.
:: ¿Qué iniciativas a escala global te han resultado realmente interesantes para potenciar las estrategias y el foco de las empresas hacia la I+D, el riesgo, la creación de productos y soluciones globales…en definitiva, para crecer en base a la apuesta –siempre arriesgada- hacia el largo plazo?
Acabo de leer un informe muy interesante de ITIF, un think-tank norteamericano en estos temas, que señalaba que en este momento la clave fundamental es incrementar la productividad. Se titula “Think Like an Enterprise: Why Nations Need Comprehensive Productivity Strategies” y me parece que acierta mucho en las claves que aporta.
:: Parece que vivimos épocas de gran liquidez, quizás demasiada, pero la clave está en cómo esa liquidez se canaliza a través de las empresas, para crear modelos de negocio diferenciales y globales. Parece que emerge un ecosistema inversor en los últimos años, pero estamos muy lejos de lo que ocurre en otros países mucho más avanzado en este tipo de financiación. Aún España está demasiado bancarizada. ¿Qué falla, no hay cultura inversora, no hay cultura de las empresas hacia el crecimiento y la entrada de capital, hay miedo a afrontar nuevas etapas, no hay estrategia? Me interesa tu opinión, Guillermo.
Crear un ecosistema en el que las diferentes piezas encajen es un trabajo de décadas. El I+D, la industria, las políticas, la instituciones financieras, la regulación, el sistema educativo… Pretender que una de las piezas funcione bien, si el resto no lo hace, es como pedir peras al olmo. Hay que trabajar con visión en el largo plazo para transformar. Y sí, el sistema financiero es una de las piezas clave en esa transformación.
:: Guillermo, me gustaría acabar con algunas cuestiones muy cortas:
a.- Un libro de cabecera al que acudo con frecuencia…
El Principito
“Me pregunto si las estrellas se iluminan con el fin de que algún día, cada uno pueda encontrar la suya”…
b.- Cuando escuchas que productividad es igual a trabajar más horas piensas…
Algunas personas todavía viven en la Edad Media : (
c.- Cuando te dicen que sólo es posible organizaciones jerárquicas y con jefes muy ‘killer’ y que sino no se consiguen resultados…
Algunas personas viven todavía en la Edad de Piedra : (
d.- ¿qué aficiones tienes además de la economía y la empresa?
Escaparme al monte, perderme en bosques y ríos de montaña.
e.- Una escuela de negocios te aporta profesionalmente…
El contacto con los jóvenes y sus familias, la proximidad y el trato con excelentes profesores, personas que aman la vocación docente, y también con investigadores (hay que investigar también en gestión…)
f.- Te preocupa mucho en estos momentos…
Lo que está pasando en Europa. Si perdemos la solidaridad, si no somos capaces de trabajar por la justicia, no sabremos construir un futuro mejor para nuestros hijos.
g.- Un autor que estoy leyendo mucho y que es poco conocido en España…
Michael Spence, Premio Nobel de Economía en el año 2001. Era entonces decano en Stanford.
h.- Os recomiendo dos películas para los apasionados del mundo del management
“The Company Men” (una película sobre el gran error que hicimos al deslocalizar nuestra industria, y sobre cómo somos las personas las que marcamos la diferencia) y “El Circo de la Mariposa” (este último es un corto, dura veinte minutos nada más, y cuenta la historia de dos circos: en uno se usa a las personas, en el otro se cree en ellas…).
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