"En primer lugar, dígase así mismo lo que le gustaría ser. Luego haga lo que tiene que hacer"
—Epícteto
Cuando empecé con el proceso de pérdida de peso, era estricto con la dieta de lunes a viernes. Sábados y domingos (incluso viernes en la noche) me daba barra libre: comía y bebía lo que se me antojara.
No importaba que hiciera el fin de semana, los kilos caían semana tras semana. Hasta que... poco a poco, dejaron de caer.
La estrategia que me sirvió para perder los primeros 20 kilos, ya no era eficaz si quería seguir avanzando y perdiendo más peso.
No podía desordenarme de la forma que lo hacía los fines de semana. Era necesario que sábados y domingos también cuidara mi alimentación. O, si me daba alguna licencia, que el pecado no fuera el fin de semana completo, como máximo podía hacerlo durante uno o dos comidas.
Los ajustes dieron resultado. Cuando empecé a cuidarme los fines de semana también los kilos empezaron a caer de nuevo.
Lo que me ocurrió con la dieta es algo que ocurre en todas las áreas de la vida. Hay estrategias, hábitos, rutinas que te sirven en los momentos iniciales. Son un buen punto de partida. Pero si quieres avanzar un peldaño más y cosechar nuevos éxitos, la estrategia que te trajo hasta ahí no te llevará hasta allá.
El entrenamiento necesario para correr una carrera de 10 kilómetros no es el mismo que se necesita para correr una prueba de 21. El de 21 es diferente del que exige correr un maratón. Y el de los maratones no es el mismo de un ultramaraton.
Entre más ambiciosas sean tus metas mayor deberá ser tu nivel de compromiso, exigencia y preparación.
Cristiano Ronaldo marca la mayoría de sus goles en los segundos tiempos y tiene un registro sorprendente en el último cuarto de hora del partido.
Para nadie es un secreto que el éxito de Ronaldo es su obsesión con la preparación física, compañeros y entrenadores se rinden ante la vehemencia con la que el portugués se entrena.
Este nivel de intensidad en la preparación es el que permite a Cristiano conservar su explosividad en los minutos finales. Cuando todos los demás acusan el cansancio, es cuando el goleador del Madrid es más letal. Ese es el momento donde Ronaldo cosecha los frutos del esfuerzo extra que pone en su entrenamiento.
El Principio de Peter, llamado así en honor a su descubridor, Peter Laurence, sostiene que en las empresas los empleados serán promovidos hasta que alcancen su nivel de incompetencia. Es decir, avanzaremos hasta que nuestro nivel de habilidades y conocimiento lo permita. Si queremos ir más allá, necesitamos adquirir nuevos y mejores talentos.
El anhelo, el afán por mejorar día tras día es una característica común en aquellos que se desempeñan al más alto nivel, aquellos que logran cosas que parecen imposibles.
Si quieres alcanzar el siguiente nivel, subir un escalón más, debes pensar cuáles son los procesos, las rutinas o los hábitos que tienes que mejorar para llegar ahí. La excelencia, por lo tanto, no es una acto: es un hábito.
No importaba que hiciera el fin de semana, los kilos caían semana tras semana. Hasta que... poco a poco, dejaron de caer.
La estrategia que me sirvió para perder los primeros 20 kilos, ya no era eficaz si quería seguir avanzando y perdiendo más peso.
No podía desordenarme de la forma que lo hacía los fines de semana. Era necesario que sábados y domingos también cuidara mi alimentación. O, si me daba alguna licencia, que el pecado no fuera el fin de semana completo, como máximo podía hacerlo durante uno o dos comidas.
Los ajustes dieron resultado. Cuando empecé a cuidarme los fines de semana también los kilos empezaron a caer de nuevo.
Lo que me ocurrió con la dieta es algo que ocurre en todas las áreas de la vida. Hay estrategias, hábitos, rutinas que te sirven en los momentos iniciales. Son un buen punto de partida. Pero si quieres avanzar un peldaño más y cosechar nuevos éxitos, la estrategia que te trajo hasta ahí no te llevará hasta allá.
El entrenamiento necesario para correr una carrera de 10 kilómetros no es el mismo que se necesita para correr una prueba de 21. El de 21 es diferente del que exige correr un maratón. Y el de los maratones no es el mismo de un ultramaraton.
Entre más ambiciosas sean tus metas mayor deberá ser tu nivel de compromiso, exigencia y preparación.
Cristiano Ronaldo marca la mayoría de sus goles en los segundos tiempos y tiene un registro sorprendente en el último cuarto de hora del partido.
Para nadie es un secreto que el éxito de Ronaldo es su obsesión con la preparación física, compañeros y entrenadores se rinden ante la vehemencia con la que el portugués se entrena.
Este nivel de intensidad en la preparación es el que permite a Cristiano conservar su explosividad en los minutos finales. Cuando todos los demás acusan el cansancio, es cuando el goleador del Madrid es más letal. Ese es el momento donde Ronaldo cosecha los frutos del esfuerzo extra que pone en su entrenamiento.
El Principio de Peter, llamado así en honor a su descubridor, Peter Laurence, sostiene que en las empresas los empleados serán promovidos hasta que alcancen su nivel de incompetencia. Es decir, avanzaremos hasta que nuestro nivel de habilidades y conocimiento lo permita. Si queremos ir más allá, necesitamos adquirir nuevos y mejores talentos.
El anhelo, el afán por mejorar día tras día es una característica común en aquellos que se desempeñan al más alto nivel, aquellos que logran cosas que parecen imposibles.
Si quieres alcanzar el siguiente nivel, subir un escalón más, debes pensar cuáles son los procesos, las rutinas o los hábitos que tienes que mejorar para llegar ahí. La excelencia, por lo tanto, no es una acto: es un hábito.
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