martes, 24 de mayo de 2016

¿Qué es lo que más le sorprende a usted?

http://www.lavanguardia.com/lacontra/20160524/402000866791/gracias-a-las-bacterias-elaboraremos-tejido-humano.html 
David Jara, doctor en Bioquímica y divulgador científico
41 años. Abulense. Casado, dos niños. Profesor en un instituto de Segovia. El mayor problema es la desigualdad: un grupo de personas a escala mundial gestionan los recursos, así que la gran mayoría dependemos de ellos. Tengo fe en las personas y trabajo mi espíritu reflexionando y haciendo deporte
“Gracias a las bacterias elaboraremos tejido humano”


Entusiasta

Es de los que piensan que el futuro nos depara lo más inesperado. Siempre es un gusto hablar con entusiastas, incluso un entusiasta de las bacterias. Gracias a él añadiré a mi lista de seres entrañables a esos microorganismos capaces de disminuir la tasa de mortalidad infantil en África, poner fin a la deforestación o reducir la emisión de elementos contaminantes y, en un futuro, curar el cáncer, cambiarnos la piel y... quién sabe. En su divertido y ameno libro Bacteria, bichos y otros amigos (Ariel), Jara nos muestra el camino de una nueva revolución industrial que ya ha comenzado y cuyos protagonistas son las bacterias, esas criaturas que nos dieron la vida y que probablemente nos sobrevivirán.
Soy Luca: Yo soy tu madre...
Pues sí, ese es nuestro origen, somos descendientes de aquella bacteria primigenia.
Pues tienen muy mala fama.
Han matado a muchísimos humanos: la peste, el cólera..., pero también tienen su lado más que positivo. De hecho, están impulsando una nueva revolución industrial.
¿En qué campos?
Farmacéutico, médico, medioambiental, alimentario... Utilizamos las bacterias, por ejemplo, para detectar enfermedades como la fenilcetonuria, que produce retraso mental.
¿Y para curar?
Esa es una de las vías futuras, la inmunoterapia, que consiste en que nuestras propias defensas ataquen por ejemplo a las células cancerígenas. Las bacterias reactivan nuestras defensas. Las estamos domesticando.
Me resulta difícil de imaginar.
Hemos conseguido que las bacterias fabriquen para nosotros hormonas humanas como la insulina para los diabéticos o la hormona del crecimiento para niños que no la producen.
El año pasado el Nobel de Medicina fue para dos domesticadores de bacterias.
Sí, Campbell y Omura hallaron en unas bacterias una sustancia capaz de curar un tipo de ceguera muy común en África. Las bacterias tienen muchísimo futuro en la farmacología.
También hacen mucho por el medio ambiente...
Hay bacterias capaces de poner fin a la deforestación, otras devoran los hidrocarburos del petróleo... Y unos científicos japoneses acaban de hallar una bacteria que se come el plástico. Incluso suponemos que las hay capaces de descomponer elementos radiactivos.
Y también eliminan los metales pesados.
Sí, las bacterias los acumulan en su organismo, nosotros las recogemos y recuperamos los metales pesados para la industria.
Angelitos.
Hay varios géneros bacterianos que fabrican una celulosa más pura que la de las plantas, es tan buena que la utilizamos para fabricar membranas de micrófonos y audífonos de altísima calidad. Y su gran resistencia mecánica, la elevada permeabilidad y su carácter hipoalérgico hacen de la celulosa bacteriana la materia prima principal para elaborar tejidos humanos.
¿Podremos sustituir la piel quemada?
Sí, y reconstruir vasos sanguíneos. Incluso se ha reconstruido un cartílago de oreja humana. La creación de repuestos humanos a partir de bacterias es un campo nuevo lleno de posibi­lidades.
¿Las bacterias podrán también modelar nuestras facciones?
Ya lo hacen, se trata de una bacteria letal, la toxina botulínica, uno de los venenos más potentes, responsable de la muerte de cientos de personas al año. Se especula con que algunos países, desde la Alemania nazi hasta el Iraq de Sadam, tenían grandes reservas de esta bacteria para utilizarla como arma biológica.
Qué miedo.
...Pero si cambiamos el contexto y la dosis, tenemos el bótox, sustancia que impide que los músculos reciban las órdenes del sistema nervioso, provocando una parálisis muscular. Hoy esta toxina también se utiliza para mitigar ciertos tics nerviosos, tortícolis, migrañas o excesiva sudoración o salivación.
Las bacterias también nos ayudan a esclarecer asesinatos.
Reconstruyen el ADN gracias a una bacteria que se encontró en los géiseres del parque de Yellowstone (aguanta 95 grados) y es capaz de fotocopiar pequeñísimos fragmentos de ADN. ¿Y conoce las bacterias fantasma?
¿Así las llaman?
Enseguida entenderá por qué: las vacías con un virus e introduces en ellas el compuesto químico que quieres transportar, y las inyectas para que vayan directamente al tumor.
¿Estamos hablando de ciencia ficción?
Estamos en el terreno de la investigación. También se está experimentando con la bacteria cazadora, que sobrevive cazando en la naturaleza. Se pretende que dé caza dentro de nuestro cuerpo a elementos patógenos.
Tiene sus peligros.
Hay que enseñarles a quién tienen que cazar y a quién no. Otra investigación apasionante es la utilización de una bacteria que segrega una sustancia que provoca que los granos de arena se peguen unos a otros para que las dunas del desierto, que son móviles y van desertizando países, dejen de moverse.
Curioso.
Y no lo ha descubierto un microbiólogo, sino un arquitecto, Magnus Larsson, que quiere construir casas en las dunas del desierto.
¿Qué es lo que más le sorprende a usted?
Su capacidad de adaptación y de ubicuidad, son capaces de vivir en cualquier lugar. De hecho, hemos llevado bacterias a Marte sin querer.
Igual dentro de muchos años esas bacterias crean otros seres como nosotros.
Hay científicos que defienden lo contrario, que aquella bacteria primigenia vino del espacio.
Daría para otra entrevista. ¿Se comunican entre ellas?
Por supuesto, actúan como una comunidad de vecinos, para hacer algo tienen que llegar a un quórum.
¿Y cómo se llevan?
Fatal, el mundo microscópico es todavía peor que el macro. Pero nos sobrevivirán a todos.

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