Jari Lavonen
Para el decano de la Facultad de Educación en la Universidad de Helsinki (Finlandia) la educación académica de los profesores, su formación continuada y el fomento de su independencia de la autoridad central son claves en el sistema educativo finlandés. La participación activa de los padres y una metodología versátil hacen el resto.
En este país, los niños empiezan la escuela sobre los siete años, tienen menos horas de clase curricular comparado con otras naciones y no suelen hacer deberes en casa. Y es que según Jari Lavonen, “los niños de cuatro años lo que necesitan es jugar, no ir a la escuela”. La carrera de Magisterio en este país es una de las más exigentes: cada año se presentan 3.000 aspirantes, que quedan reducidos a unos 300 tras un par de evaluaciones. Después de las entrevistas, el número de estudiantes se queda en 120. Los futuros profesores, y también los que están en ejercicio, están constantemente formándose y cuentan con el reconocimiento de la sociedad, ya que son considerados pilares del país.
¿Cuáles son los principales pilares de la Educación en Finlandia?
Docentes preparados y un contexto educativo que les apoya en sus actividades diarias. Todos los maestros finlandeses tienen masters y están considerados como expertos académicos. Una importante característica del sistema educativo finlandés es su fuerte descentralización y la cultura de confianza, lo que significa que las autoridades educativas y los encargados de regular la educación a nivel nacional confían plenamente en los docentes. Ellos, junto con los directores, responsables y padres, saben cómo ofrecer la mejor educación a los niños y jóvenes en un determinado distrito. Las escuelas y los profesores han sido los responsables de preparar el currículo local, y elegir los materiales educativos y métodos de enseñanza desde principios de los 90, cuando terminó la inspección nacional de los materiales de aprendizaje.
Otra de las cuestiones es la igualdad de la educación finlandesa: todos los estudiantes tienen las mismas oportunidades de aprender. Por tanto, la educación es gratuita en todos los niveles, incluyendo los estudios universitarios. Y en el caso de Primaria, los libros, la comida y el cuidado de la salud son gratuitos para todos los estudiantes. El objetivo es integrar todo tipo de alumnos en la misma clase y prevenir el abandono escolar.
¿Sería factible que su sistema educativo se trasladase a otros países sin considerar sus contextos políticos, socioeconómicos y culturales?
Por supuesto que no. Las leyes y prácticas son contextuales. Docentes, estudiantes y padres viven dentro del contexto educativo finlandés. Si alguien extrapolara las políticas finlandesas y sus prácticas también tendría que llevarse a sus estudiantes, profesores y familias.
Todos hemos oído hablar de las ‘bondades’ del sistema educativo finlandés, pero ¿a qué situaciones adversas deben enfrentarse los maestros?
Pueden englobarse en cuatro ámbitos: formación de los propios docentes, nacional, municipal, y de la propia escuela y cada clase. En el primer caso, la evaluación TALIS ha puesto de manifiesto debilidades y es necesario implementar nuevas ideas, a la vez que se requiere preparar un plan de desarrollo personal para directores y maestros, introducir tutorías o establecer un desarrollo profesional permanente.
A nivel nacional, la estrategia está funcionando bien; hemos hecho un nuevo currículo y los centros se están preparando; los docentes tienen trabajo por delante durante los próximos meses. Pero en el ámbito municipal y del centro, por otro lado, se ha detectado que hay una estrategia basada en la red de la escuela. Será un reto para los profesores buscar una mejor red y escuelas cercanas de alta calidad. También será necesario tener en cuenta un enfoque más multicultural.
¿Cómo mejoraría el sistema educativo de otros países? ¿Qué medidas considera imprescindibles?
Uno de los aspectos fundamentales es la educación de los profesores. Es importante reclutar a los mejores estudiantes, a los más brillantes, y formarlos durante cinco años a través del programa universitario. Una vez pasado este plazo, se habrán convertido en profesionales académicos capaces de afrontar la planificación, la pedagogía versátil o la implementación de la educación y la evaluación. El gobierno debe darles la independencia de la autoridad central, y tiempo para preparar las clases, educar y mejorar continuamente la educación y la escuela.
Esto es un pequeño extracto de la entrevista publicada en el Número 20 de la Revista Educación 3.0 impresa
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