La teoría de la gran ola aplica muy bien al ecosistema emprendedor. Javier Megías te cuenta de qué se trata
Soy un idealista, lo reconozco. Todavía creo que se pueden cambiar las cosas, que entre todos podemos… y espero que eso no cambie nunca. Porque el día que deje de ser así, que empiece a mirar con escepticismo e ironía el mundo, para mi será un día triste. Y de esta forma de ver el mundo deriva la teoría de la ola, algo muy aplicable al ecosistema startup… ¿sabes qué es?
Se trata de algo muy sencillo:
“Hay dos tipos de personas: las que quieren surfear solos una ola pequeña, que los ponga un poco más arriba y por delante de los demás aunque dure poco… y aquellos que en lugar de querer aprovechar para sí solos esa ola intentan ayudar a otros a que suban, lo que aunque es más duro y arriesgado, hace que la ola crezca, sea más alta y dure más… y por tanto esa gran ola arrastre a más gente”
Seguramente se pueda argumentar que sea una teoría absurda y romántica, pero creo firmemente en ella. Y creo que es especialmente aplicable al ecosistema startup, que está viviendo su mejor época en los últimos años. Viene una ola interesante que muchos están empezando a surfear… pero si lo hacemos solos, aunque seguramente nos arrastre lo suficiente como para crear buenos negocios, no sea suficiente para cambiar nuestra sociedad de base.
Para eso vamos a necesitar ponernos a trabajar juntos, creernos que es posible construir una gran ola que sea algo más que una moda y que realmente consiga ese famoso cambio de modelo productivo del que todos hablan… porque si no, en cuanto se reactiven las cosasvolveremos a los viejos senderos, a las actitudes de siempre y a los negocios de más de lo mismo.
Y creo que para conseguir eso necesitamos básicamente 2 cosas:
1. AYUDARNOS
Los ecosistemas emprendedores más punteros del mundo lo son, en gran medida, porque aquellos que han tenido éxito y “lo han petado” enriquecen la comunidad… no sólo montando nuevos negocios y asumiendo un rol de business angels invirtiendo en otras startups, sino involucrándose activamente en el ecosistema.
Sin embargo, es curioso que en España este tipo de gente, con honrosas excepciones, no suelan interactuar demasiado con la comunidad y ayudarla… lo que en la práctica hace que cada uno surfee su propia ola.
Eso es algo que me gustaría que cambiase, ya que ayudaría muchísimo a mejorar el ecosistema… pero hay algo que podemos hacer todos y cada uno de nosotros: intentar ayudar a aquel que nos lo pida (con sentido común claro, que todos tenemos ya nuestros trabajos), compartir nuestra experiencia aunque aun no hayamos tenido “éxito” (seguro que es útil para otros) y ser sinceros en el feedback que demos (a nadie ayuda decir que algo está bien cuando no lo está). Todo eso hará que la gran ola crezca.
2. EVANGELIZAR
Si hay algo que es realmente sorprendente de España, es lo mal que hablamos de nuestro país los españoles, de nuestra gente e incluso a menudo de nosotros mismos. Es algo de lo que uno no se da cuenta hasta que viaja a alguno de los ecosistemas de startups más potentes del mundo como Tel Aviv, Silicon Valley o Berlin… y se sorprende que todo el mundo vende lo genial que es ecosistema, a menudo incluso antes que hablarte de su empresa.
Algo que contrasta fuertemente con esa negatividad enquistada en la sociedad española, que siempre se siente menos y piensa que es peor que lo que hay fuera… cuando no es en absoluto así. Si, tenemos algunos políticos y empresarios corruptos… pero también tenemos al empresario/emprendedor que más valor ha creado seguramente en toda Europa (Amancio Ortega). Tenemos una comunidad startup absolutamente genial, inmadura pero estupenda… y eso es algo maravilloso. Y para que desarrolle todo su potencial sólo hacen falta dos cosas: tiempo… y que nos lo creamos.
Por eso, la próxima vez que tengas la oportunidad de hablar con un extranjero sobre tu país, con alguien de otra ciudad sobre tu ciudad o incluso con alguien de tu misma ciudad… habla bien de ella. No digas (sólo) lo que le falta: habla de su potencial, de la gente fabulosa que hay en ella, de todas las iniciativas que se están llevando a cabo y de los pequeños o grandes casos de éxito.
Recuerda, somos emprendedores… y nuestro trabajo no es vender lo que ahora es nuestro negocio, sino lo que aspira en convertirse; su potencial, tu visión de futuro y lo que algún día será. Se trata de la intersección entre el ahora y el futuro. Pues hagamos lo mismo con nuestro país y las ciudades en las que vivimos.
“Tenemos uno de los mejores ecosistemas emprendedores del mundo… aunque aún esté algo verde”.
Y no lo digo sólo porque creo en ello, lo digo con números en la mano (en Startupxplore tenemos la mayor comunidad de startups e inversores de España y una de las más activas de Europa, y pronto publicaremos estadísticas).
Así que vamos a dejar de fijarnos exclusivamente en todo lo que queda por delante, lo que no funciona, dejemos de tirar balones fuera y decir que es que nos falta esto o lo otro, que si los políticos… y vamos a mover el culo y hacerlo nosotros. Vamos a construir una gran ola entre todos.
Realmente sólo depende de nosotros.
Javier Megías
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