sábado, 31 de diciembre de 2016
Algunas impresiones de tomar cursos de neurobiología
http://gabsblogo.blogspot.com.uy/2016/12/algunas-impresiones-de-tomar-cursos-de.html
He dedicado tiempo últimamente a estudiar tres cursos de neuro-biología y otro sobre la célula. Es mirar en profundidad cómo estamos hechos y cómo funciona la cosa adentro nuestro.
Estudiar estas cosas por el puro gusto, sin la presión de aprobar nada ni alcanzar alguna certificación, te pone en contacto simplemente con la maravilla, por una parte de todo lo que se sabe y de su enorme y quizás infinita complejidad.
Pondré al final, en la referencia, los links a los cursos, que entre paréntesis, son todos gratis, sin costo, de calidad y accesibles para cualquiera que ... sepa inglés. Buh; si no sabes inglés empieza por aprenderlo; es imperativo.
Cuando se empieza a formar el cerebro, este es un simple tubo, que incluye todo, incluso lo que será la médula espinal. En la parte superior, la que será el cerebro, salen dos globitos, que son parte de la estructura, la que a medida que evoluciona, se constituye en los ojos.
Los ojos por lo tanto, al menos en cuanto a la retina y todo lo que sigue para atrás, es parte del cerebro mismo. Y no un órgano conectado por cables o nervio óptico.
Y la cantidad de hilos neuronales que salen de la retina de los ojos hacia el cerebro, supera el millón.
Por eso,miramos tan atentamente a los otros a los ojos, porque por ahí se accede directamente a la pepa del alma, o al centro del cerebro.
Impresionante, no ?
El sistema nervioso parte con millones de semillas de neuronas esparcidas por todo el cuerpo, de alguna manera. Estas semillas brotan, como lo haría una semilla de trigo y comienza a desarrollarse y crecer, entre otras cosas, el axon. Es la parte por donde se propagará la señal eléctrica, el spike, de esa neurona a la siguiente.
Bueno, hay unas semillas de neuronas, localizadas poco más abajo del ombligo, cuyo axon al crecer parte horizontal y luego en un cierto punto, dobla e inicia un largo ascenso, pues ha de llegar hasta el cuello, atravesarlo, seguir adelante hasta el tálamo, en el medio de cerebro, donde debe hacer match, sinapsis con otra neurona, que viene del cerebro, del córtex, que si no lo hace, si no lo logra, nos quedaríamos sin posibilidad de mover las piernas.
Cómo lo hace, cómo sabe ese axon, o esa semilla de neurona en desarrollo, que debe llegar hasta allá y hacer match exactamente con esa neurona, entre millones de otras ?
Debo decirte, que al terminar el curso le mandé un mail a la profesora del curso, de la universidad de Chicago, para preguntarle como era eso posible y me contestó, si, me contestó, que no se sabía bien.
Increíble, no ?
Los avances son impresionantes. Son capaces de tener a un animalito vivo, con neuronas pinchadas por sensores y detectar que está pasando por ahí y cómo varía según estímulos a los que están sometiendo al pobre ser.
Y saben que lo que trafica por las neuronas son señales eléctricas, en la forma de spikes o señales de un alto fijo y muy breve intervalo, especies de ceros y unos del mundo de las computadoras. Y con solo eso, somos capaces de ver, en el cerebro, lo que vemos.
Son capaces de ver qué pasa en las marañas de neuronas cuando aprendemos, como salen como espinitas en las dendritas, o nuevas conexiones entre neuronas que se producen. Y desaparecen también.
Nuestro cerebro es treméndamente plástico, lo que significa que en la medida que lo usemos se fortalece y en la medida que no lo usemos, se auto-destruye. Se ha descubierto que al menos en dos partes del cerebro, se están creando permanentemente nuevas neuronas.
A trabajar se ha dicho, o mas bien a hacer cosas y no quedarse en la nada, que es definitivamente auto-destructivo.
La parte del cerebro que resuelve qué vemos, por cada neurona que viene del ojo. recibe al menos cinco neuromas que vienen del córtex, del cerebro. Por eso, lo que vemos es mucho más una producción del cerebro, basado en lo que esperamos ver, que lo que el ojo está señalando.
Para tenerlo presente. Vemos lo que queremos ver, más que nada.
Aprender a ver no es solo un asunto del ojo. Necesitamos movernos, pues se ha demostrado que si no nos movemos en el periodo clave, simplemente quedamos ciegos.
De ahí, a como todo lo que experimentamos, la conciencia, el amor, el éxtasis, a nivel cerebral; es poco lo que se sabe.
El tema me resulta fascinante y lo que se sabe, a pesar de ser mucho y se hace mucho esfuerzo por saber más y más, es muy poco.
A mi por menos, me resulta muy importante y útil haber aprendido de estas cosas y recomiendo, si dispones de tiempo e interés, asomarte a alguno de estos cursos.
Otro complementario, pues informa de como funciona la célula por dentro, es quizás más impresionante. Como tanta complejidad, tanto orden, y todo ello nos constituye.
Solo debo decirte que salí de estos cursos convencido que la materia, es mucho más inteligente que nuestra mente racional, a la que tenemos en tan alta estima.
Referencias:
Synapses, Neuron and Brains, de la universidad de Jerusalem
Understanding the Brain: The Neurobiology of every day, de la universidad de Chicago
Medican Neuroscience, de la universidad de Duke
Cell Biology: Mitochondria, de Harvard
Estudiar estas cosas por el puro gusto, sin la presión de aprobar nada ni alcanzar alguna certificación, te pone en contacto simplemente con la maravilla, por una parte de todo lo que se sabe y de su enorme y quizás infinita complejidad.
Pondré al final, en la referencia, los links a los cursos, que entre paréntesis, son todos gratis, sin costo, de calidad y accesibles para cualquiera que ... sepa inglés. Buh; si no sabes inglés empieza por aprenderlo; es imperativo.
la sinapsis |
Los ojos por lo tanto, al menos en cuanto a la retina y todo lo que sigue para atrás, es parte del cerebro mismo. Y no un órgano conectado por cables o nervio óptico.
Y la cantidad de hilos neuronales que salen de la retina de los ojos hacia el cerebro, supera el millón.
Por eso,miramos tan atentamente a los otros a los ojos, porque por ahí se accede directamente a la pepa del alma, o al centro del cerebro.
Impresionante, no ?
El sistema nervioso parte con millones de semillas de neuronas esparcidas por todo el cuerpo, de alguna manera. Estas semillas brotan, como lo haría una semilla de trigo y comienza a desarrollarse y crecer, entre otras cosas, el axon. Es la parte por donde se propagará la señal eléctrica, el spike, de esa neurona a la siguiente.
Bueno, hay unas semillas de neuronas, localizadas poco más abajo del ombligo, cuyo axon al crecer parte horizontal y luego en un cierto punto, dobla e inicia un largo ascenso, pues ha de llegar hasta el cuello, atravesarlo, seguir adelante hasta el tálamo, en el medio de cerebro, donde debe hacer match, sinapsis con otra neurona, que viene del cerebro, del córtex, que si no lo hace, si no lo logra, nos quedaríamos sin posibilidad de mover las piernas.
Cómo lo hace, cómo sabe ese axon, o esa semilla de neurona en desarrollo, que debe llegar hasta allá y hacer match exactamente con esa neurona, entre millones de otras ?
Debo decirte, que al terminar el curso le mandé un mail a la profesora del curso, de la universidad de Chicago, para preguntarle como era eso posible y me contestó, si, me contestó, que no se sabía bien.
Increíble, no ?
Los avances son impresionantes. Son capaces de tener a un animalito vivo, con neuronas pinchadas por sensores y detectar que está pasando por ahí y cómo varía según estímulos a los que están sometiendo al pobre ser.
Y saben que lo que trafica por las neuronas son señales eléctricas, en la forma de spikes o señales de un alto fijo y muy breve intervalo, especies de ceros y unos del mundo de las computadoras. Y con solo eso, somos capaces de ver, en el cerebro, lo que vemos.
neuronas piramidales del cortex |
Nuestro cerebro es treméndamente plástico, lo que significa que en la medida que lo usemos se fortalece y en la medida que no lo usemos, se auto-destruye. Se ha descubierto que al menos en dos partes del cerebro, se están creando permanentemente nuevas neuronas.
A trabajar se ha dicho, o mas bien a hacer cosas y no quedarse en la nada, que es definitivamente auto-destructivo.
La parte del cerebro que resuelve qué vemos, por cada neurona que viene del ojo. recibe al menos cinco neuromas que vienen del córtex, del cerebro. Por eso, lo que vemos es mucho más una producción del cerebro, basado en lo que esperamos ver, que lo que el ojo está señalando.
Para tenerlo presente. Vemos lo que queremos ver, más que nada.
Aprender a ver no es solo un asunto del ojo. Necesitamos movernos, pues se ha demostrado que si no nos movemos en el periodo clave, simplemente quedamos ciegos.
De ahí, a como todo lo que experimentamos, la conciencia, el amor, el éxtasis, a nivel cerebral; es poco lo que se sabe.
El tema me resulta fascinante y lo que se sabe, a pesar de ser mucho y se hace mucho esfuerzo por saber más y más, es muy poco.
A mi por menos, me resulta muy importante y útil haber aprendido de estas cosas y recomiendo, si dispones de tiempo e interés, asomarte a alguno de estos cursos.
Otro complementario, pues informa de como funciona la célula por dentro, es quizás más impresionante. Como tanta complejidad, tanto orden, y todo ello nos constituye.
Solo debo decirte que salí de estos cursos convencido que la materia, es mucho más inteligente que nuestra mente racional, a la que tenemos en tan alta estima.
Referencias:
Synapses, Neuron and Brains, de la universidad de Jerusalem
Understanding the Brain: The Neurobiology of every day, de la universidad de Chicago
Medican Neuroscience, de la universidad de Duke
Cell Biology: Mitochondria, de Harvard
Publicadas por Gabriel Bunster a
“Los pies nos hicieron humanos inteligentes”
http://www.lavanguardia.com/lacontra/20161231/413005567576/los-pies-nos-hicieron-humanos-inteligentes.html
Gavin Francis,, médico y explorador de la anatomía humana
Tengo 41 años. Nací y vivo en Edimburgo (Escocia). Soy médico y neurocirujano. Estoy casado y tengo tres hijos
El cuerpo culto
Este escocés es un médico de familia empapado de curiosidad, cultura y humanidad: es el médico que todos desearíamos que nos explorase. Su inquietud le ha llevadoa ejercer como pediatra, obstetra, geriatra, ortopeda y neurocirujano. Hoy es un sabio que nos regala un libro maravilloso: Aventuras por el ser humano (Plataforma), del que el gran crítico de arte John Berger ha dicho: “Al leerlo me he sentido mejor”. Es cosa grande aliviarse leyendo, pero es que Gavin Francis consigue que te asombres con tu propio cuerpo y que lo ames más, gracias a recorrerlo a través de la historia y todas las artes. La cultura también cura, conversando con Gavin Francis me he sentido mejor.
¿Qué le hizo médico?
La geografía.
¿Ah, sí? ¿Y eso?
De niño me apasionaban los atlas del mundo. Un día ojeé unatlas de anatomía humana...
¿Y qué tiene eso que ver?
Pude viajar por el cuerpo humano como por los cinco continentes. ¡El cuerpo es todo un mundo por explorar! Y me hice explorador.
¿Del cuerpo?
Siendo médico he podido viajar por el planeta del cuerpo, estuviese en el Himalaya o el Amazonas: ejercí como médico en esos lugares, y en el Ártico, la Antártida y África.
¿Y el cuerpo es igual en todas partes?
Sí. Otra cosa es cómo las distintas culturas ven la enfermedad y la muerte del cuerpo.
¿Por ejemplo?
En África, la buena muerte es estar en tu lecho, con un ser querido dándote la mano.
Y aquí, en cambio...
La frialdad del hospital. Hoy sabemos que es tan sanadora la atención cálida del médico como el fármaco. El cuerpo tiene sus razones, y son emocionales.
¿Las entendemos?
En cada época las vimos de modo distinto. Hasta el siglo XVII, el hígado generaba la sangre y el corazón sólo la mezclaba con el aire. Y por contradecir esto, Servet fue tildado de hereje y quemado en la hoguera.
¿Qué otras cosas hemos creído?
Que el ojo ve porque proyecta una flecha de energía de ida y vuelta. Fueron astrónomos del siglo XVII, como Kepler, los primeros en estudiar la retina.
La usaban mucho, claro.
Y estudiaron la luz. Newton llegó a hincarse alfileres en los globos oculares para saber.
¿Y hoy qué sabemos sobre eso?
Que vemos con la mente: si a un ciego de nacimiento le devuelves la función ocular, ¡no ve! El cerebro aprende a ver, como a hablar.
Dígame algo de los músculos.
Leonardo Da Vinci puso nombre a músculos de la cara que aún no lo tenían y los vinculó a una emoción: miedo, ira, asco... En su Última Cena plasmó en cada apóstol una emoción mediante su expresión facial.
¿Y cuál pintó en la faz de Mona Lisa?
Quizá quiso que cada observador viese algo distinto según su estado anímico.
Dígame algo del oído.
En los laberintos microscópicos del oído interno hay un líquido: nos da sentido del equilibrio. Es maravilloso descubrir que su composición química...¡es la misma del mar prehistórico, de hace 2.000 millones de años! ¡Nos dice de dónde provenimos!
¿Del mar?
Aquel mar fue caldo de cultivo de la vida, los peces desarrollaron el equilibro allí, y en tu cráneo sigue encapsulado aquel mar.
¡Vivan los peces y viva la ciencia!
Ella nos enseña que toda la iconografía de la crucifixión se equivoca: hemos demostrado que el peso del cuerpo humano desgarraría unas manos clavadas.
¿No crucificaron a Jesús?
Fijando sus brazos con cuerdas, y sólo los talones con un clavo: se han hallado clavos así.
Qué daño en los pies...
Qué importantes los pies: ¡nos hicieron humanos! Los pies nos hicieron inteligentes.
Anda.
Su anatomía permitió a nuestros ancestros la marcha bípeda, lo que liberó sus manos, lo que estimuló sus cerebros... Y hasta aquí.
“Pensar con los pies” no sólo tiene sentido para Messi, visto así.
Y la fotografía de una huella humana en la Luna, ¡qué bella metáfora de lo lejos que nos han llevado los pies!
¿Que porción anatómica le fascina más?
Todas están a medio explorar, no entendemos bien todavía la mayoría de los procesos orgánicos. En el siglo XIX creíamos que sin orgasmo femenino no había ovulación.
¿Era imprescindible para engendrar?
Al descubrirse que no, mucho varón descuidó el placer femenino. Y resulta que hoy hemos descubierto que el orgasmo femenino ayuda a la concepción: el semen llega mejor hasta el óvulo.
Apliquémonos... ¡Qué interesante es viajar por nuestro cuerpo!
El cuerpo es una metáfora cultural: nos hemos referido a él como “maquinaria” (desde la revolución industrial), y como ordenador ahora: el hardware es el cuerpo, el software es la mente...
¿Y qué metáfora prefiere usted?
No la militar: aún concebimos nuestro sistema inmunitario como un ejército de soldados disparando contra los gérmenes... No, no: yo prefiero la metáfora ecológica.
¿A ver?
Nuestro sistema inmunitario es un jardín que debemos mimar para que florezcan bellas y aromáticas flores que no dejen espacio a malas hierbas. Y también entiendo los pulmones como unos frondosos árboles invertidos... Así como los árboles toman anhídrido carbónico y expelen oxígeno, lo contrario hacen los pulmones.
¡Le quiero como médico!
Todo médico debiera saber que, por su autoridad, es un psicoterapeuta: la escucha y la palabra son curativas, el mimo a su paciente es la más poderosa medicina, ¡lo es todo!
viernes, 30 de diciembre de 2016
Cuando el cerebro juega con las ideas (Francisco Mora)
http://noticiasdelaciencia.com/not/22452/cuando-el-cerebro-juega-con-las-ideas-francisco-mora-/
No hay ninguna duda de que los avances en el estudio del cerebro, y de la neurología en general, están permitiendo entender cada vez mejor su funcionamiento y cómo este no solo gobierna un cuerpo orgánico, sino que también es capaz de dar forma a ideas, crear sentimientos, producir arte, etc.
Reflexionar sobre todas estas cosas es un ejercicio sumamente interesante, pero uno que ha evolucionado con el paso del tiempo, en base a estas continuadas mejoras en nuestra concepción sobre el cerebro. Si hay alguien que lo ha hecho recientemente, y con sumo acierto, es Francisco Mora, doctor en neurociencias y medicina, quien ha tenido en cuenta todo ese bagaje para escribir toda una serie de ensayos dedicados a diversos aspectos de la faceta más psicológica de nuestro cerebro.
En “Cuando el cerebro juega con las ideas”, Mora propone una serie de reflexiones sobre ciertos aspectos que tienen que ver con la forma en que el cerebro trata y da forma a la educación, la libertad, el miedo, la dignidad, la igualdad, la nobleza, la justicia, la verdad, la belleza y la felicidad.
El autor dedica un capítulo a cada uno de estos temas, tan próximos a la sociedad y a las personas como individuos. Pero dado que la mayoría están firmemente relacionados entre sí, podemos obtener de este modo una visión global de cómo el cerebro los afronta.
Hablamos de valores, de ideología, de emociones. Algo que los educadores intentan transmitir a sus alumnos a través de la educación, por lo que el libro está especialmente dedicado a ellos. Se trata de valores laicos, es decir, que no necesariamente deben ser defendidos por una visión religiosa de la vida, dado que se encuentran en la base del comportamiento legítimo humano.
En este sentido, el autor reflexiona sobre estas ideas, haciendo a su vez reflexionar al lector, que muy probablemente jamás habrá considerado, por ejemplo, la felicidad o la nobleza desde este punto de vista tan próximo a la razón.
El libro, que se cierra con un completo glosario y una amplia bibliografía, deberá pues interesar a todos los amantes de la psicología y la neurología, así como a toda persona que quiera extraer un mayor significado de términos tan definitorios de la psique humana.
Alianza Editorial. 2016. Tapa blanda, 189 páginas. ISBN: 978-84-9104-508-3
Hábitos nuevos: No lo finjas hasta hacerlo, fíngelo hasta serlo
http://www.albarbero.com/2016/12/habitos-nuevos-no-lo-finjas-hacerlo-fingelo-serlo.html?utm_source=feedburner&utm_medium=feed&utm_campaign=Feed%3A+Epitome+%28Blog+de+Alberto+Barbero%29
Los nuevos hábitos no se crean con facilidad. Una de las dificultades a vencer es la de temer que los demás me vean “torpe” con los nuevos hábitos. Y que esta artificialidad les produzca rechazo. Pero cuando partes de una actitud correcta, esto es una creencia irracional.
Un excusa frecuente para no hacer nada
Es claro que el desarrollo del propio liderazgo es en primer lugar una cuestión de actitud. O tienes la actitud correcta que pone a las personas en el centro o no la tienes. Sin embargo, la actitud correcta necesita también proyectarse a través de destrezas trabajadas con hábitos. Hábitos que no existían anteriormente. ¿Cómo cambiar un hábito social como por ejemplo, preguntar y escuchar más o interrumpir menos cuando los demás ya me conocen y van a darse cuenta de que no me sale de una forma natural?, ¿Y si piensan aquello de “ya verás lo poco que dura”?
Parece un argumento sólido. De hecho es una de las excusas/ resistencias más clásicas para justificar el no-cambio que escucho en mis talleres. Y es que la “tecnología de la excusa” es muy avanzada: Se darán cuenta de que estoy actuando de una forma forzada y será “peor el remedio que la enfermedad”.
Si a todo esto le sumamos la tentación del “sesgo positivo” y pensamos que no lo hacemos tan mal, ya tenemos servida en bandeja la decisión de no hacer nada por mejorar. Y el fracaso con nuestro nuevo hábito.
Una “receta”: Perseverancia y humildad
Conviene recordar que la mayoría de lo que somos lo hemos aprendido de una forma similar. Recuerda por ejemplo cómo conducías el coche con la “L”… No hay otro camino hasta que el hábito se asienta. Al principio no hay otra alternativa que perseverar en la rutina e ir a la contra de los viejos hábitos, aunque para ello tengas alguna fórmula y algunos trucos que te pueden ayudar. Entre ellos está contárselo a las personas de tu círculo, que en vez de ver en ti una pose ridícula pueden llegar a ver un combinación de humildad y esfuerzo que, además, pueden contagiarse. ¿Y no es ésta (servir de modelo) una de las claves del “liderazgo avanzado“?
Si perseveras en tu nuevo hábito llegará un momento en que surja el automatismo con naturalidad. La inspiración puedes encontrarla, tal y como dice Amy Cuddy en el siguiente “mantra”: “No lo finjas hasta hacerlo, fíngelo hasta serlo”. Nada más pero nada menos: el camino simple pero exigente de cualquier mejora.
jueves, 29 de diciembre de 2016
El pago de la vida
http://psicologiagranollers.blogspot.com.uy/2016/12/el-pago-de-la-vida.html?utm_source=feedburner&utm_medium=feed&utm_campaign=Feed:+PsicologiaGranollers+(Psicologia+Granollers)
No hace mucho estuve en Boston. Una noche, después de dar una conferencia, salí a pasear por Copley Square. Contemplaba los edificios, que van desde los modernos rascacielos hasta reliquias tan antiguas como los Estados Unidos, cuando vi que se acercaba un hombre con paso inseguro y tambaleante. Por su aspecto, llevaba semanas durmiendo en la calle, apestaba a aguardiente y parecía no haberse afeitado hacía varios meses.
Me figuré que se acercaría a mendigar. El tipo se detuvo delante de mi y dijo: "Oiga, ¿no tendría un cuarto de dólar que prestarme?". Al principio me pregunté si sería oportuno premiar su conducta. Luego me dije que prefería aliviar su situación. En cualquier caso, un cuarto de dólar no supondría mucha diferencia, así que decidí al menos darle una lección. "¿Un cuarto? ¿No quieres nada más que un cuarto?". Y él respondió: "Sólo un cuarto". Eché la mano al bolsillo, saqué un cuarto y se lo di, diciendo: "La vida pagará cualquier precio que tu pidas".
El individuo se quedó atónito y luego se alejó andando de espaldas.
Mientras le contemplaba, me quedé pensando en las diferencias entre los que triunfan y los que fracasan. Pensé: ¿En qué nos diferenciamos él y yo? ¿A qué se debe que yo haya tenido la oportunidad de hacer lo que quiera, dónde, cuándo, con quién y siempre que quiera? En cambio él, a sus 60 años de edad -eso aparentaba-, vive en la calle y pide limosnas de 25 centavos.
¿Acaso nací con recursos y ventajas superiores?. No lo creo. En ocasiones lo pasé casi tan mal como aquel tipo, aunque no llegase a beber ni a dormir en la calle".
Creo que parte de la diferencia estaba en la contestación que le di: "la vida te pagará cualquier precio que tu pidas". Pide un centavo, y sacarás eso y nada más. Pide alegrías y éxitos sonados, y eso obtendrás también.
Mis estudios me han convencido de que cuando uno aprende a dirigir sus estados de ánimo y a dominar su comportamiento, puede conseguir cuanto se proponga, cuanto sepa lo que quiere pedirle a la vida, y tenga la seguridad de obtenerlo.
(Anonimo)
No hace mucho estuve en Boston. Una noche, después de dar una conferencia, salí a pasear por Copley Square. Contemplaba los edificios, que van desde los modernos rascacielos hasta reliquias tan antiguas como los Estados Unidos, cuando vi que se acercaba un hombre con paso inseguro y tambaleante. Por su aspecto, llevaba semanas durmiendo en la calle, apestaba a aguardiente y parecía no haberse afeitado hacía varios meses.
Me figuré que se acercaría a mendigar. El tipo se detuvo delante de mi y dijo: "Oiga, ¿no tendría un cuarto de dólar que prestarme?". Al principio me pregunté si sería oportuno premiar su conducta. Luego me dije que prefería aliviar su situación. En cualquier caso, un cuarto de dólar no supondría mucha diferencia, así que decidí al menos darle una lección. "¿Un cuarto? ¿No quieres nada más que un cuarto?". Y él respondió: "Sólo un cuarto". Eché la mano al bolsillo, saqué un cuarto y se lo di, diciendo: "La vida pagará cualquier precio que tu pidas".
El individuo se quedó atónito y luego se alejó andando de espaldas.
Mientras le contemplaba, me quedé pensando en las diferencias entre los que triunfan y los que fracasan. Pensé: ¿En qué nos diferenciamos él y yo? ¿A qué se debe que yo haya tenido la oportunidad de hacer lo que quiera, dónde, cuándo, con quién y siempre que quiera? En cambio él, a sus 60 años de edad -eso aparentaba-, vive en la calle y pide limosnas de 25 centavos.
¿Acaso nací con recursos y ventajas superiores?. No lo creo. En ocasiones lo pasé casi tan mal como aquel tipo, aunque no llegase a beber ni a dormir en la calle".
Creo que parte de la diferencia estaba en la contestación que le di: "la vida te pagará cualquier precio que tu pidas". Pide un centavo, y sacarás eso y nada más. Pide alegrías y éxitos sonados, y eso obtendrás también.
Mis estudios me han convencido de que cuando uno aprende a dirigir sus estados de ánimo y a dominar su comportamiento, puede conseguir cuanto se proponga, cuanto sepa lo que quiere pedirle a la vida, y tenga la seguridad de obtenerlo.
(Anonimo)
El saber ocupa lugar
http://emprendedoresnews.com/tips/el-saber-ocupa-lugar.html
- La educación debe convertirse en política de estado, ya que es la industria pesada de un país que fabrica ciudadanos. Hay que lograr que el saber ocupe su lugar.
Un jardinero no puede adecuar el crecimiento del jardín a su deseo sino que debe respetar el tiempo de crecimiento de las plantas. Del mismo modo la formación de un niño requiere tiempos biológicos que no se pueden acelerar. Esto demanda planificar la enseñanza según ciertos principios:
Presentar gradualmente la información desde lo más sencillo a lo más complejo.
Adecuarse a la capacidad de comprensión del niño.
Reforzar las redes neuronales con información redundante por diversos canales.
Respetar los tiempos biológicos,
Exigir, es un desafío para promover el desarrollo
Cuando no se respetan los principios, la falta no puede evidenciarse en lo inmediato sino a largo plazo. No es suficiente con que el niño pase de grado porque es más adelante cuando proliferarán las conductas violentas, serán dispersos, desordenados, desprolijos, desatentos, indisciplinados o fabuladores, esclavos de la televisión, demandantes de clases particulares de apoyo, tendrán el sueño alterado y miedos diversos.
Un cerebro biónico
Científicos australianos desarrollaron una nano-memoria capaz de almacenar información como lo hace un cerebro humano. El aparato, que es diez mil veces más delgado que un cabello humano, imita la compleja ingeniería del cerebro con su retorcida masa de las vías nerviosas, según el equipo de la Universidad RMIT de Melbourne que lo creó. Se trata de la construcción de redes de neuronas artificiales que sean capaces de equiparar la actuación y las características de sus pares biológicos. A diferencia de los aparatos digitales que registran los datos en secuencias binarias, la celda de nanomemoria almacena la información en múltiples estados porque es análoga, como el cerebro.
Un interruptor de electricidad puede encender y apagar la luz y otro distinto puede graduar la intensidad de la misma.
La nanomemoria da mayor flexibilidad a la información que se desea almacenar y a las características que se pueden obtener. La eventual creación de un cerebro biónico contribuirá a entender mejor enfermedades como el Alzheimer e incluso para reemplazar en un futuro lejano las partes dañadas. El aparato puede servir para desarrollar formas de inteligencia artificial capaces de almacenar, recordar y rememorar eventos pasados.
Un interruptor de electricidad puede encender y apagar la luz y otro distinto puede graduar la intensidad de la misma.
La nanomemoria da mayor flexibilidad a la información que se desea almacenar y a las características que se pueden obtener. La eventual creación de un cerebro biónico contribuirá a entender mejor enfermedades como el Alzheimer e incluso para reemplazar en un futuro lejano las partes dañadas. El aparato puede servir para desarrollar formas de inteligencia artificial capaces de almacenar, recordar y rememorar eventos pasados.
Neurociencias y la educación
Estos avances tecnológicos y los avances de las neurociencias sobre el funcionamiento cerebral permitirían presumir que algo está cambiando en la educación. Sin embargo ni la tecnología ni la neuroeducación del cerebro están saliendo de los laboratorios científicos para pasar al gran laboratorio social que es el aula de la escuela
Se sabe que la percepción es la que va modelando el cerebro y por eso la responsabilidad de la educación es tan grande.
Como dijo Ortega y Gasset el hombre es él más sus circunstancias. Según como ingresa la información se va conformando el ambiente interno del cerebro que prepara las respuestas ante el ambiente externo. De las sensaciones surgen la memoria, el pensamiento valorativo y el comportamiento que miden el grado de éxito de la enseñanza y de la educación. Y es en la actividad diaria donde se pone de manifiesto la calidad del aprendizaje.
La organización del cerebro se divide en aspectos intelectuales, emocionales y comportamentales.
El pensamiento mágico
El uso vulgar del término cábala -creencia supersticiosa según la cual llevando a cabo determinada acción se puede atraer la fortuna o evitar desgracias. Estas versiones de la superstición nos dotan de un sereno escudo protector. Son, a su manera, un talismán abstracto. Nuestra pequeña psicopatología cotidiana está plagada de esas acciones que buscan en la más trivial de las circunstancias aliarse a la buena fortuna. Estas creencias y obsesiones son fáciles de considerar residuos de nuestro pensamiento mágico ancestral.
Redes neuronales
Las neuronas almacenas y transmiten información comunicándose entre sí en una gramática cerebral cuyo lenguaje incluye señales eléctricas, químicas, y magnéticas creando rutas y generando las memorias que señalan el desarrollo evolutivo del comportamiento. Durante la educación no se tiene en cuenta cómo funciona el cerebro y los patrones culturales van perpetuando el predominio del hemisferio cerebral dominante (el hemisferio izquierdo) lo que atenta contra la armonía del cerebro, ya que relega a un segundo plano al hemisferio derecho, conectado con la creatividad y la inteligencia emocional.
Hay una secuencia natural en la evolución de los sistemas de información biológica, entre los cuales el hombre es su máxima expresión. Ante la conciencia de su pequeñez y su asombro ante las maravillas de la vida, el hombre alcanza su destino y la comprensión de la condición humana. Pero esto es posible según la calidad de la enseñanza que recibe, por la que el mismo se da a partir de su memoria y del pensamiento y por lo que puede lograr con sus acciones. Gracias al desarrollo de su potencialidad puede entender, valorar y comunicarse con el medio físico y cultural y ser el receptor de su continua evolución y contribuir a su transformación. Las neuronas y su asociación permanente participan de su saber y su sentir, no como funciones aislantes de protección sino como factores de comunicación así como la piel hace lo propio con todo el organismo.
Nunca nos bañamos dos veces en el mismo río
De las interacciones de las partes surge un todo superior a la suma de ellas y generan una actividad coordinada y cooperativa que evoluciona naturalmente sin reduccionismos entre los factores intelectuales, emocionales y motores. En el sentir se gestan las memorias que le permiten pensar el mundo. Y el sentir depende de la enseñanza. Es así como como aprendiendo se va modificando. Como dijo Heráclito nunca nos bañamos en el mismo río porque las aguas serán distintas y nosotros también.
Los cambios sutiles no son accesibles a la percepción humana, la realidad no es la que creemos ver, y sus continuos cambios no pueden ser captados por la conciencia. Esto dificulta la comprensión de la fugacidad del presente y de los tiempos en los cuales se debe administrar la enseñanza. Pero al advertir el proceso de cambio se ve con claridad la relación entre ambiente-enseñanza-conducta y aprendizaje. Ningún universo es más maravilloso para el hombre que su propia individualidad ya que se estructura a sí mismo mediante la enseñanza y la autoenseñanza.
La teoría del caos
La imagen más célebre de la teoría del caos es la del efecto mariposa: la sospecha de que el movimiento de las alas de un lepidóptero en Siberia, de alguna manera incognoscible, repercute en el otro lado del planeta. ¿Por qué no permitirle a nuestra implacable neurosis la fantasía de que de uno de nuestros modestos gestos, si se da la correcta cadena de causas y efectos, puede agregarle algo al mundo del que somos parte? Que las cábalas siguen fructificando es fácil de comprobar. Entre los científicos tampoco hay acuerdo. Algunos buscan la causa del efecto, todo tiene una causa. Einstein dijo que Dios no juega a los dados. Pero según el concepto de libertad se puede cambiar, nada está predeterminado. Prigogine sostiene que el universo es provocativo y creador. A es la causa del efecto B cuando si sucede A aparece B. Tras las reiteraciones automatizamos el pensamiento. Para Hume es una costumbre, la inducción no es infalible.
Russell lo apoya con el cuento del pavo inductivo que cenó a las 21 durante años y razonó que siempre lo haría, pero una Navidad le cortaron el cuello y lo cenaron a él.
La condición necesaria es la clave. Hume señala dos principios: causación (todo efecto tiene su causa) y causalidad (a igual causa igual efecto): pero la regularidad crea la ilusión de la causa. El método científico combina inducción y deducción para comprobar las hipótesis válidas. En el hombre la libertad y su deseo son la causa del efecto que motiva la acción que lo provoca. Esto lo diferencia de la naturaleza. La intención de alcanzar la meta lo incentiva a generar la acción. La libertad es la capacidad para autodeterminarse.
La edad de los principios
Si hoy resucitaran un maestro y un médico del siglo XIX el médico debería estudiar de nuevo su carrera mientras que el maestro podría seguir dando sus clases sin problemas. Hay una sensación mundial de malestar con la educación porque no logra que el niño aprenda a desempeñarse en la vida. Mientras que la sociedad de consumo prefiere el objeto al sujeto, países avanzados, como Finlandia, invierten en educación con igualdad de oportunidades para ricos y pobres y los maestros son estrellas con título universitario. Sostienen PRINCIPIOS con mayúscula. El niño vive en la edad de los estrenos, en el ejercicio pleno dela curiosidad. Las sociedades que pierden sus PRINCIPIOS deben cambiar el principio de sus niños. En Finlandia no hay desnutrición infantil ni grandes diferencias de ingresos.
El cerebro del niño al nacer es una página en blanco que madura con la educación y la experiencia. Cada neurona puede conectarse con hasta otras 200 según la estimulación que reciba. Su estilo de vida se refleja en la corteza cerebral mediante la neuroplasticidad -la capacidad del cerebro de autoformatearse-. El hombre dispone hoy de más conexiones que sus ancestros para mejorar sus decisiones e influir en sus circuitos neuronales.
Desarrollo natural o dirigido
Una opción es dejar que el cerebro madure naturalmente, tal como crece la lechuga, otra es provocar la creación de los circuitos neuronales. En sus primeros años el niño crea el capital que le permitirá como hombre vivir de los intereses. Si no lo crea en la niñez no lo creará jamás. Son dos las claves del progreso humano: la cultura del ejemplo y la estimulación temprana.
Si un niño es criado por lobos nunca recuperará lo que no pudo generar. El niño también pierde cuando ignora su genio interior, cuando la cultura sólo le ofrece un radar para imitar la moda pero no la brújula del autoconocimiento. No hallará vientos favorables si no sabe a dónde quiere llegar.
No se trata de forzar un desarrollo artificial sino de que desarrolle su esencia. El código genético es rígido, pero la educación puede ofrecerle la posibilidad de que su potencial se convierta en realidad.
Lo que no se usa se pierde
Existen circuitos con los que se nace, algunos que se pierden y otros que se crean. Al nacer la posibilidad de conexión neuronal es amplia, pero lo que hasta los 7 años no se creó ya no nacerá. El niño criado entre lobos camina como un lobo, la bipedestación se logra madurando en los principios. Como dijo Gohete “lo que has heredado debes adquirirlo para que sea tuyo”. Por eso hay que crear y mantener sus circuitos cerebrales, sin eso, cuando se haga hombre, no tendrá libertad de elección. Así como no tiene sentido regar una planta que murió, no es factible aplicar estímulos sin un órgano capaz de procesarlos, ni intentar establecer conexiones fuera de tiempo.
Estimulación temprana
El niño reconoce la música en el embarazo y también puede detectar una situación estresante de su madre. Aprendió que un latido cardíaco muy rápido refleja un peligro, entonces cuando nace y percibe situaciones similares interpreta que hay un riesgo y llora.
Al nacer su cerebro está incompleto pero sus órganos sensoriales ya son accesibles. Por lo tanto podemos actuar y rodear al niño de estímulos que aporten mayor cantidad de energía y sean más efectivos.
Lo ideal es rodear precozmente al niño de un ambiente sónico variado. En su maduración hay que brindarle estímulos que pueda asumir y que le sean útiles. Los circuitos se construyen en la primera edad, por eso es necesario que aprenda a generarlos cuando su cerebro es todavía moldeable.
El peligro es dejar todo librado al azar ya que como dijo Pasteur el azar sólo favorece a las mentes preparadas.
Sin neuroeducación se generan sociedades enfermas dominadas por la desigualdad, la violencia y la ignorancia. Y esto se debe a que las consecuencias de la mala educación no se manifiestan como tumores o malformaciones al estilo de la nariz de Pinocho. Eso permite negar las consecuencias y las verdaderas causas. La educación debe convertirse entonces en política de estado, ya que es la industria pesada de un país que fabrica ciudadanos. Hay que lograr entonces que el saber ocupe su lugar.
Dr. Horacio Krell CEO de Ilvem, mail de contacto horaciokrell@ilvem.com
miércoles, 28 de diciembre de 2016
Cómo salir de la frustración con el principio de reacción positiva
http://feedproxy.google.com/~r/PilarJerico/~3/N2KMErDuBsc/como-salir-de-la-frustracion-con-el-principio-de-reaccion-positiva por Pilar Jerico
Cuando tienes la sensación de darte golpes contra un muro corres un riesgo invisible: agotar tu depósito de reacción positiva, que te ayuda a recuperarte y a lograr lo que deseas. La buena noticia es que se puede evitar e, incluso, prever. Veamos cómo.
Hay personas que van a una entrevista de trabajo como si fueran al matadero. Han pasado por tantos “no” que inconscientemente piensan: “será otro no”. Actúan con esa sensación de fondo y después no consiguen el trabajo. El resultado le da un nuevo argumento para confirmar que ellos tenía razón, que era un “no” de partida. Y puede que hubiera un mejor candidato, que su perfil no se ajustara o quizá que su actitud tampoco le ayudó. Esto mismo ocurre cuando queremos encontrar una nueva pareja, lanzar un proyecto, aprender un idioma o cualquier cosa que se nos resiste. La frustración continuada genera residuos invisibles que se van acumulando, nos van llenando de energía negativa y al final conseguimos que cualquiera que se acerque a nuestro alrededor quiera salir escopetado. El motivo es sencillo: nuestro depósito de energía interior, es decir, nuestra actitud y fuerza con la que vivimos las cosas, impacta en la reacción que tenga el resto hacia nosotros. Esta relación podríamos denominarla como el principio de reacción positiva: yo estoy bien, el otro tiene más probabilidades de estar también bien (esta relación no significa que sea inmediata, sino que ayuda enormemente).
Un comercial amargado tendrá menos probabilidades de vender que otro que esté ilusionado. El producto puede ser el mismo, pero la actitud con la que lo cuenta influye en las ganas del comprador. Y todos lo hemos vivido desde una tienda a un restaurante. En algunos te hacen sentir como un rey y la tarjeta de crédito reluce con fuerza y en otros deseas salir lo antes posible (y contigo también tu tarjeta de crédito). Por ello, no es que esta crisis económica haya dejado un sinfín de conversacionesácidas y quejumbrosas, que lo único que atraen es precisamente de lo que tanto se quejan: no lograr los resultados. El principio de reacción positiva se apoya en una premisa: la actitud con la que abordamos los desafíos condiciona los resultados. Henry Ford lo resumía maravillosamente: “Si crees que puedes, tienes razón; y si crees que no puedes, también tienes razón”. Entonces, ¿qué podemos hacer?
Primero, tomar conciencia: la frustración acumulada o las heridas mal cerradas tienen impacto en nuestro futuro e incluso en aquello en lo que inicialmente no estaba ni relacionado. Como cuando a alguien le va mal en el trabajo, llega a casa cabreado, tiene broncas y, al final, también tiene problemas con la pareja. La frustración en alguna de las dimensiones de nuestra vida tiene impacto en otras. Por ello, identifiquemos señales que nos advierten que no estamos bien como un enfado constante, malhumor o falta de ilusión (lógicamente, estamos hablado de situaciones no patológicas, que en ese caso requieren otras soluciones).
Segundo, aceptar nuestras emociones y vivirlas aunque sean negativas. Salir del atolladero no se resuelve llenándonos de actitud positiva y punto. Eso solo ocurre en las teorías fáciles. Giorgio Nardone sugiere dos maneras de salir de la tristeza. Una de ellas es crear un espacio al día para darle rienda suelta y así dejamos el resto del tiempo libre. Y otra, concentrarnos para estar muy muy tristes y paradójicamente cuando lo hacemos, la cabeza se va al lado opuesto. En cualquier caso, necesitamos vivir la emoción de la que nos queremos liberar.
Y tercero, crear espacios de reconstrucción para variar nuestra actitud: momentos spa personales, agradecimientos diarios aunque sean pequeños y modificar nuestra mirada. Si nos estamos dando golpes contra un muro, no vale la pena insistir, sino cambiar la estrategia para buscar una puerta.
En resumen: el principio de reacción positiva se apoya en una idea. En la medida que nosotros estemos bien, habrá más posibilidades de generar una reacción positiva en el resto que nos ayude a conseguir nuestros objetivos. Por ello, para salir de los atolladeros, además de crear planes de acción y de tareas, necesitamos poner nuestro estado de ánimo como una de las prioridades a resolver.