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Por Rodrigo Silva Ortúzar
En los último 30 años y sobretodo en la primera década del siglo XXI, la Innovación ha sido uno de los temas más tratados y vistos, tanto en las organizaciones, como en las universidades y entidades públicas.
Así, podemos encontrar en Chile a la División de Innovación del Ministerio de Economía, al Consejo Nacional de Innovación para la Competitividad, al Foro Innovación, al programa social Innovación Ciudadana, a universidades como la Adolfo Ibáñez donde se dicta el Master en Innovación, y en Google, se puede encontrar un sin fin de entidades enfocadas en el tema.
Estuve navegando un buen rato, y en muchos sitios se habla de cambiar paradigmas como eje principal para la innovación, punto del cual estoy de acuerdo. Sin embargo, en ninguna parte (al menos yo no encontré ninguna) se habla de innovar el Espacio o Estado Emocional en el que vivimos y desde el cual aprendemos: El Miedo.
El Miedo como emoción, nos lleva a escondernos, a quedarnos "pegados", o lisa y llanamente, a salir corriendo. Y como Estado Emocional, nos lleva a querer tener todo bajo Control, siendo este último a mi juicio, uno de los mayores enemigos para la Innovación.
¿Cómo entonces vamos a querer innovar desde el Miedo, si éste nos lleva a controlar, y el control, no da espacio ni para la flexibilidad, ni para la creatividad que tanto se requiere para innovar?
Luego, tengo el juicio que en Latinoamérica nos cuesta mucho innovar, no porque no haya talentos para aquello, sino porque dado que vivimos en el Miedo, no nos damos permiso a equivocarnos, ni menos para cometer errores; variables claves para generar cambios e innovación.
Supongo que este es el motivo del porque la frase más común y más mencionada al hablar de innovación es "hay que atreverse", pues hay que atreverse cuando se tiene miedo.
Si en primer lugar, innováramos en cuanto al Estado o Espacio Emocional en que vivimos, es decir, desde el Miedo a la Gratitud, se nos abría un enorme abanico de nuevas posibilidades y miradas.
A diferencia del Miedo que nos lleva al Control, la Gratitud nos lleva a la Confianza, y ésta, es el motor principal para poder coordinar acciones con otros, para otros, y para nosotros mismos.
Así como indicaba que el Miedo nos predispone a escondernos, a paralizarnos, o a huir, la Gratitud nos predispone a querer ser "un regalo" para otros, tanto como emoción, como Estado o Espacio Emocional, y en ambos casos, nos dirige a la Confianza.
Imaginen cuántas innovaciones se lograrían desde la Confianza, donde tanto equivocarse como cometer errores está permitido y no se castiga.
Entonces, creo que mientras sigamos viviendo en el Miedo y el Control, innovar será difícil o de lento progreso, ya que queriendo romper paradigmas (abrir las cajas, campos y mapas mentales que nos rigen), hay que cambiar primero el paradigma de vivir en el Miedo-Control, a vivir en la Gratitud-Confianza, sino será como querer hacer cosas distintas pero habitando el mismo paradigma emocional.
Estoy seguro que haciendo ese cambio, el romper otros paradigmas será muy sencillo y fácil, pues estaremos confiando en los otros, en las circunstancias, en la incertidumbre y en nosotros mismos.
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