Ya adelanté que vengo participando en un taller sobre Pensamiento de Diseño o Design Thinking (DT) organizado por Bidasoa Activa en colaboración con Mik. Una herramienta que creo que va a tener un impacto extraordinario en los procesos de innovación de servicios y productos que suelo diseñar o colaborar en su implantación.
Para comprender este marco además de entender bien sus fases y
características principales lo fundamental es aplicarlo en proyectos
concretos. Por ello Asier e Iñigo nos propusieron en la sesión de ayer un reto de diseño centrado en servicio.
En concreto nuestro desafío fue el siguiente:
Observar y empatizar:
El proceso que seguimos nos llevó a utilizar un kit del diseñador, compuesto por varias herramientas que nos permitirían centrarnos en lo que es realmente importante
en un proceso de innovación dentro de este paradigma. Esto es o mejor
dicho estas fueron: las personas, los usuarios que disfrutarán de la
experiencia de tomar un café en la luna.
Nuestra primera tarea fue la de capturar historias para entender
empáticamente la emocionalidad del usuario antes, durante y después del
servicio. Pero no se trata de realizar entrevistas cuantitativas. No se
trata tanto de escuchar qué dice, sino qué sienten, qué esperan y cuáles
son sus necesidades. Se les intuye, reinterpreta y utilizando entre
otras herramientas tu intuición.
Fase de ideación:
Después dedicamos un tiempo a proponer 4 vectores claves o insigthts que nos guiaron en la generamos mediante una brainstormin centenares de ideas y propuestas. La
cultura de la innovación gira entorno al optimismo y a la confianza en
las ideas. Se abraza el riesgo, se aprende de los fallos y se recompensa
la valentía.
Prototipado:
Como ya imaginaba, el momento más divertido del taller fue la fase de
innovar desde el prototipado del servicio de cafetería lunar.
El DT huye de la hiperplanificación, al contrario ya que el diseñador
tiene vocación por la acción. Los prototipos tienen que ser bosquejos
rápidos, baratos e incompletos de la solución de servicio. En nuestro
caso trabajamos con cartulinas, rotuladores, tijeras, cartón pluma y
nuestra imaginación para simular teatralmente y visualizar dicho
servicio, aprender y probar.
Gracias al prototipado pudimos prestar atención a sus momentos más
críticos, fallar y conversar sobre ello sin dolor. El prototipado nos
permite fallar pronto para tener éxito antes y barato. Luego podremos
testar y corregir (iterar) para implantar.
Más info:
¡Viva el consumidor!: sobre Design Thinking
Board en Pinteres sobre DT
Fotografía: autoría propia con el iPhone durante el taller.
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