(GRAN charla TEDx)
El que habla en la charla TEDx que se puede ver arriba es el holandés Victor Küppers (habla en español, tranqui). Y si andás necesitando un shot motivacional, llegaste al lugar y la charla indicados. Acá algunas ideas que me gustaron. Entre comillas algunas frases textuales, fuera de ellas lo que a mi me dejaron pensando:
- “Las personas que te rodean no te quieren por tu curriculum, sino por tu personalidad”. Si la ecuación para ver cuánto vales como persona es “conocimiento” + “habilidad” x “actitud”, la variante que más importa en la ecuación, la que multiplica en vez de sólo sumar, es la actitud, tu personalidad, la manera en la que afrontás las cosas que pasan.
- “Cuando uno está desanimado, pierde (u opaca) lo mejor que tiene, que es la manera de ser”. Cuando estás rendido, abandonado, triste, desesperanzado, o simplemente “abajo”, perdés lo que más valioso te hace como persona.
- “Lo más importante en la vida es que lo más importante tiene que ser siempre lo más importante“. Parece un juego de palabras nomás, pero los que alguna vez notamos que no teníamos como prioridad a las cosas que creemos que son las más importantes, entendemos a lo que va. Los demás en algún golpazo lo van a aprender.
- La “crisis de los FFFFF”, 100% real.
- “Cada instante nos acerca un poquito más a la grandeza o un poquito más a la mediocridad“. Depende de algunas micro-decisiones.
- Tener ilusiones, tener esperanzas, tener metas, apuntar a algo. Eso ayuda, motiva.
- Hay que saber distinguir entre los problemas y las “circunstancias a resolver”. Cuando realmente tenemos un problema grande, es cuando aprendemos a diferenciar mejor que nunca esas dos cosas. Y ahí aprendemos también a no hacernos “malasangre” por esas circunstancias.
- Los que no tenemos dramas en este momento, estamos para ayudar a los que sí tienen dramas y para valorar y agradecer las cosas que sí funcionan, en lugar de seguir fijando la mirada en aquellas que no están funcionando.
Y sobre todo:
- Disfrutar las pequeñas cosas. Una cerveza fresca, un atardecer, la compañía de alguien querido, una caminata por alguna plaza o parque, lo que sea.
- Reivindicar el valor de la pausa, del silencio, del parar la pelota, bajar el ritmo.
- Valorar las cosas antes de perderlas, mientras las tenemos, mientras las estamos disfrutando. Valorar y admirarnos de los grandes momentos incluso cuando los estamos viviendo, de las grandes personas mientras las tenemos al lado.
Que nuestros “homenajes” sean “en vida” (y que esos homenajes sean palabras dichas a tiempo, regalos hechos porque sí, abrazos o besos sin más explicación que haber entendido lo que el otro es para nosotros). Que sean ahora, que no lleguen tarde. Que no nos arrepintamos de no haber dicho o hecho a tiempo.
Los que alguna vez llegamos tarde a valorar algo que perdimos, sabemos que en algunos casos puede que sea algo de lo que nos vamos a arrepentir para siempre. Así que aprendamos y valoremos a esas personas, a esas cosas, a esos momentos, a esas sensaciones… hoy. Ahora. Mientras todavía se pueden disfrutar y valorar. Mientras todavía esa valoración hace la diferencia. Que no nos llegue a destiempo.
Por último: No se puede escapar para siempre de los dramas de la vida. Una pérdida inesperada (de personas, trabajos, cosas, situaciones), una enfermedad, alguna crisis personal, lo que sea. En algún momento llegan y no siempre hay una salida antes de entrar al túnel. A veces hay que atravesarlos, hay que vivirlos.
Y con el tiempo (si lo usamos bien) vamos a ir dejando atrás esos dramas, aprendiendo de lo que se puede aprender y volviendo a recuperar esa actitud y ese brillo. Hay que no rendirse y seguir avanzando. Lo importante es la actitud.
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