Amy Cuddy reivindica la intuición de su abuela: “Ponte recta”. Hombros atrás, respiración tranquila, movimientos acompasados, nada de “brazos de pingüino”. Pequeños detalles dan lugar a grandes cambios. “Nuestro comportamientos refuerzan nuestros comportamientos” (J. A. Marina lo llamaría “el bucle prodigioso”). También en lenguaje corporal, las profecías se auto-cumplen. Carol Dweck ha demostrado que centrarnos en el proceso nos anima a seguir trabajando y avanzando.
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