sábado, 14 de mayo de 2016

La sorprendente conexión entre el Talento y la Felicidad

http://jccubeirojc.blogspot.com.uy/2016/05/la-sorprendente-conexion-entre-el.html 



Aparentemente, Talento y Felicidad tienen poco en común. La mayor parte de la gente piensa que el talento “se tiene o no se tiene” y que la felicidad depende de tener salud, dinero o amor. Por tanto, se comportan como sucesos independientes.
Y sin embargo, nada más lejos de la realidad. De las distintas definiciones de felicidad, una de las que más me gustan es la de Tal Ben-Shahar, “experiencia global de placer y significado”. El placer es Disfrute, uno de los elementos esenciales del Talento (junto con otras 3 D: Diversidad, Dedicación y Dominio). El propósito, el sentido, sirve a un Reto. Sabemos, gracias al concepto de Fluidez de Csikzentmihalyi, que nuestras experiencias óptimas (de Felicidad, de Talento) ocurren cuando nos ilusionamos con un Reto y elevamos nuestras capacidades, a través del compromiso, a la altura de ese Reto. Por eso, citando a Julián Marías, el verbo de la ilusión es desvivirse.
Somos arquitect@s de nuestro talento, porque el talento, “inteligencia triunfante, inteligencia en acción” (José Antonio Marina) se cultiva, a partir de la semilla de la voluntad, con tandas de 10.000 horas de práctica deliberada. El Talento, ya sabes, es poner en valor lo que sabemos, queremos y podemos hacer.
Somos arquitect@s de nuestra felicidad porque, como ha demostrado Sonja Lyubomirsky, en solo el 10% se debe a causas externas, en un 50% es referencial, de los primeros años (nos “educan” para ser felices o infelices en el entorno familiar) y en un 40% es estrictamente voluntaria, a partir de actividades que van desde la gratitud, el optimismo y la fluidez (los pilares de la felicidad), a los vínculos (amabilidad, relaciones sociales), la resiliencia (perdón, paciencia, saboreo) y la actualización (valores, objetivos, ejercicio físico y mental).
Talento y Felicidad son en realidad como el yin y el yang. Haz lo que amas (talento) y ama lo que haces (felicidad). Sí, los dos son cuestión de suerte, pero de “buena suerte”, como dirían Álex Rovira y Fernando Trías de Bes, mentores del Human Age Institute. No de azar. La buena suerte, tanto en el caso del talento como de la felicidad, es la suma de preparación y oportunidad.
En palabras de nuestro premio Nóbel de Literatura Jacinto Benavente, “muchos creen que el talento es cuestión de suerte; sin embargo, la suerte es cuestión de talento”. Volviendo a Marina, la felicidad es la satisfacción simultánea de tres deseos: de goce, afectivos (de relación, porque el amor en todas sus formas tiene mucho que ver con la felicidad) y de crecimiento/aprendizaje. Hemos de emplear nuestro talento para lograrlo.

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