domingo, 15 de mayo de 2016

Una convicción no es convicción si puede tambalearse.

La FE es certeza sin evidencia; la FE es saber que algo ocurrirá sin ningún tipo de dudas. Te lo pondré con una metáfora que seguro que lo entiendes de inmediato lo que es la FE. Así lo cuenta Neville Goddard es su libro La Fe es tu fortuna:
«Imagina que entras en un cine justo cuando la película está llegando al final. Lo único que has podido ver de la película ha sido el final feliz. Puesto que querías conocer toda la historia, te quedas para ver la siguiente sesión. En una decepcionante secuencia, el héroe es acusado con pruebas falsas, todo ello para provocar las lágrimas del público. Pero tú, seguro en tu conocimiento del final, te mantienes tranquilo porque entiendes que, a pesar de la aparente dirección que está tomando la película, el final ya está decidido».
Esa actitud es el reflejo de tu FE: no hay dudas sobre el desenlace de tu deseo. 
Porque tu subconsciente son tus creencias, y tus creencias es lo que crees; y lo que crees, creas. La FE es lo que crees, tanto si es cierto o falso, y eso acabas manifestando en tu vida. El subconsciente es la fuerza creadora y la manera que tenemos de relacionarnos con esa Mente Universal (Fuente) con la que estamos en permanente comunicación. Nuestra mente subconsciente es una estación emisora y receptora con esa Fuente. Enviamos señales a través de nuestro subconsciente —que son nuestras creencias incrustadas ahí a través de nuestros pensamientos dominantes— y esa Fuente nos devuelve la señal en forma de experiencias con las circunstancias, personas y situaciones precisas para materializar esa realidad.

Por eso, a menudo se dice que nuestro mundo (realidad) ‘exterior’ no es nada más que un reflejo de nuestro mundo (realidad) ‘interior’. O dicho con otras palabras: para cambiar tu vida por fuera, tienes que cambiar tú por dentro.
Henri Cartier-Bresson

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