Varios anuncios de esta semana permiten sostener las expectativas generadas en torno a la tecnología de conducción autónoma, queconfirman la cita del año 2020 ó 2021como el momento señalado: por un lado, la alemana BMW anuncia quesu iNext, de aspecto radicalmente futurista y completamente autónomo, estará disponible a la venta en el año 2021, incluyendo el estratégico mercado chino, mediante una alianza con Intel y con Mobileye.
Por otro, la norteamericana Ford afirma que en ese mismo año 2021 poseerá una gran flota de vehículos completamente autónomos operando como taxis, tanto operada por la propia compañía, como para servicios de terceros como Uber o Lyft. Completamente autónomos, en su definición más amplia, sin volante ni pedales. La compañía ha anunciado una inversión conjunta de 150 millones de dólares con Baidu en Velodyne con el fin de mejorar y abaratar la tecnología LiDAR, fundamental en el desarrollo de la conducción autónoma, y afirma que la automatización total de los vehículos será lo que defina la próxima década. Además, ha adquirido una compañía israelí de machine learning y visión computerizada para la conducción, SAIPS, y ha anunciado que multiplicará por dos su plantilla dedicada a este tipo de iniciativas en Silicon Valley.
Los anuncios de BMW y Ford se unen, además de a las estrategias ya anunciadas por otros competidores, a una Google convertida en auténtico detonante del fenómeno y pionera en las pruebas en tráfico real – aunque ahora parezca estar pasando por momentos delicados en la gestión de su equipo – y a una Tesla que sigue afirmando que tendrá un vehículo completamente autónomo y con una autonomía de 1,200 kilómetros en el año 2020, las compañías que protagonizan dos estrategias contrapuestas: autonomía total desde el principio con papel nulo del conductor, frente a ayudas progresivas que culminan en una autonomía total. Mientras la primera decide retirar al conductor de toda tarea relacionada con la conducción y considera la naturaleza humana como un problema, la segunda se encuentra con que los conductores, en efecto, desoyen todas las advertencias de seguridad y llegan, con su imprudencia, a generar dudas sobre la sostenibilidad del proyecto.
Y estas compañías tampoco están solas: por el lado startup aparece Five.ai, una compañía londinense con emprendedor con buen registro de éxitos y 2.7 millones de dólares en el bolsillo procedentes de una ronda de inversión el pasado julio, que afirma que pondrá un vehículo completamente autónomo en el mercado adelantándose a todos los sospechosos habituales, en 2019.
Mientras, en Helsinki, una flota de autobuses urbanos eléctricos y completamente autónomos comenzarán el mes que viene a rodar en tráfico real, en un despliegue que aprovecha una legislación finlandesa enormemente abierta en este sentido, y que promete convertirse en campo de pruebas para experiencias de este tipo.
Hablamos de auténticos monstruos devoradores de datos, se calcula que cada vehículo autónomo consumirá el equivalente a 2,666 usuarios humanos de internet actuales, unos 4,000 GB procesados cada día con datos de todo tipo sobre la conducción y su entorno, y que por tanto, el ancho de banda y la fiabilidad de las conexiones jugarán un papel absolutamente fundamental. Pero si de algo podemos estar seguros, es de que en un plazo de tiempo de menos de cinco años, los vehículos autónomos serán ya una parte habitual del paisaje, y todos aquellos que no deseemos conducir o poseer un vehículo, no nos faltarán opciones para no tener que hacerlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario