He vivido en primera persona una convivencia con una persona rígida, inflexible y tremendamente egoísta. Los cambios constantes de humor, la ausencia de una palabra amable y la falta de respeto ha ponderado un ambiente que recuerda a las películas de Walt Disney. Cuando la maldad reside en la historia, el paisaje inicial, de gran colorido, se transforma y aparecen colores oscuros, predominando el azul o el gris envuelto en tormentas y relámpagos que estremecen al espectador. Es una metáfora de la inestabilidad y el conflicto. Al final sale el sol, como metáfora de que los buenos han ganado a los malos y todo vuelve a su normalidad, el gran colorido, la felicidad.
Pasa como en la película de Woody Allen, Interiores. La muerte del personaje principal, la madre neurótica y obsesiva, que genera un ambiente familiar de neurosis e infelicidad, devuelve la paz y la calma en el hogar. El director utiliza el mar revuelto como metáfora del desasosiego interior de la madre y por ende el general en la familia. Tras su muerte, el mar se calma, sale el sol, como símbolo de la paz y la felicidad.
La educación y la cortesía abren todas las puertasEsta experiencia me ha hecho reflexionar y pensar que a veces, quizás sin darnos cuenta, podemos generar infelicidad en nuestro alrededor por un simple capricho.En ambientes familiares, es más probable que por la confianza que existe sea más fácil “parar los pies” a este tipo de conductas. Pero, ¿qué ocurre en el trabajo con este tipo de personas sin ningún escrúpulo de hacerte sentir mal para que ellos puedan sentirse bien sin ninguna explicación lógica? Existe una frase de Thomas Carlyle que dice: “La educación y la cortesía abren todas las puertas”. ¿Tanto cuesta ser educados y amables con las personas que nos rodean, aunque no sean “santo de nuestra devoción” en el trabajo?, ¿acaso no se trabaja mejor y nos hace sentir mejor con nosotros y con los demás?
Superando la enemistad en el entorno laboral
Reconozco que cuando alguien no te cae bien en el trabajo es inevitable sentir emociones más negativas que positivas, pero la clave, como muchos expertos en psicología nos dicen, es poder dirigir nuestros pensamientos. Las personas no vemos las cosas tal como son, sino como las percibimos. ¿Por qué no adoptar un lenguaje alternativo que nos permita distorsionar nuestros pensamientos negativos a nuestro compañero o compañeros que no nos caen bien? Para engañar al cerebro y así provocar una nueva realidad o contexto favorable en el entorno de trabajo.
Por ejemplo, me voy a imaginar una situación que es muy probable que se de en un entorno laboral con crisis en el clima laboral. Nada más entrar, voy a mi sitio de trabajo de manera habitual, saludo, digo buenos días, y mi compañero o responsable no me dice ni buenos días. Es muy probable que piense: “Algo raro pasa en la empresa y no nos han dicho nada…”,”igual me despiden…”, “qué antipático…”, “soy tonta por haber saludado, la próxima vez, voy a ser yo la que no responda…”. Todos estos pensamientos van a generar emociones negativas de tal manera que podemos reaccionar negativamente ante esta persona que no nos ha saludado, o bien cuando nos pregunten algo, poner un tono de indiferencia o desafiante, o bien usar un lenguaje no verbal con desaire.
Entre los principales rasgos o características de la persona positiva destacan su flexibilidad y su disposición a la alegríaPor ello, es bueno que, antes de dejarnos llevar por este tipo de actitudes, utilicemos un lenguaje alternativo con nosotros mismos, “Voy a saludar de nuevo igual no me han escuchado, o a lo mejor está muy liado/a”, “Voy a enviar un e-mail con un chiste el próximo día para empezar con una sonrisa en el trabajo”, “voy a preguntar si necesitan mi ayuda..”. Si pienso “no caigo bien” sustitúyelo por “no tenemos por qué caer bien a todo el mundo, y voy a ofrecer mi mejor sonrisa (sincera) para crear un buen ambiente en el equipo”. “Voy a empezar a ser el ejemplo de la amabilidad para generar una energía nueva, positiva”. “Voy a sugerir poner un póster por la oficina con mensajes que motiven a hacer mejor mi trabajo, o me hagan reír”. “Soy capaz de aprender para mejorar el ambiente que me rodea”. “Voy a intentar ser una persona más positiva para sentirme mejor conmigo misma, y con los demás”.
Entre los principales rasgos o características de la persona positiva destacan su flexibilidad, su disposición a la alegría, su permanente motivación, su capacidad para crear un buen clima y un ambiente distendido y positivo. ¿Por qué no, cambiar de registro, si mi rol últimamente es pesimista? ¿Qué puedes perder, y ganar? Perder nada, y ganar mucho. Y si no sale, por lo menos lo hemos intentando. Ir poquito a poquito. En definitiva, la actitud con la que vivamos nuestra vida determinará el éxito o el fracaso de nuestras acciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario