Realizar una tarea y repetirla varias veces no incrementa el aprendizaje de manera significativa, mientras que la práctica con variables sí lo hace, concluyeron estudios de la Universidad del Sur de California, EE.UU.
De este modo, se puede inferir que si queremos depositar un conocimiento con mayor eficacia en nuestra memoria de largo plazo debemos repasarlo de diferentes formas, utilizando un mayor número de áreas de nuestro cerebro y evitando solo leer las notas textuales tomadas en clase.
Ejemplos:
- Reescribir la información con nuestras propias palabras, empleando sinónimos más acordes al vocabulario de cada uno.
- Acompañar la lectura hablando en voz alta para que los datos no solo ingresen por los ojos sino también por las vías auditivas.
- Intentar asociar la bibliografía con experiencias previas y enlazar los nuevos conocimientos con aprendizajes anteriores es una excelente forma de ayudarnos a recordar.
- Si debemos abordar textos que involucren un personaje, podemos ponernos en su papel a través de nuestra imaginación, intentando desde nuestra perspectiva evaluar los hechos y las acciones tomadas. Ésta es una maravillosa forma de estimular diversas redes neuronales que permitirán consolidar y recuperar lo aprendido.
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