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¿Qué hay que hacer para ser felices?
El Mercurio/GDA
Desde su pulcro departamento -un tríplex en un barrio de Manhattan, en que los libros de la biblioteca están clasificados por tema y orden alfabético y los juguetes de sus dos hijas ordenados en contenedores- Gretchen Rubin cuenta que tiene una personalidad adversa a los cambios.
"No me gusta viajar, disfruto de muy pocas cosas que hago siempre, no tengo un gran rango de intereses".
Por eso, cuando hace un par de años se sumergió en la lectura de libros e investigaciones científicas que indicaban que la novedad y los desafíos eran factores esenciales en la felicidad, ella no lo creyó posible. "Pensé: `La novedad y el desafío no me hacen felices, el control y la familiaridad de las cosas sí`, pero como estaba estudiando el tema de la felicidad, necesitaba poner esa idea a prueba. Y me desafié".
Rubin creó un blog. Esto fue hace tres años y desde esa fecha www.happinessproject.com es una de sus principales ocupaciones.
"Creía que lo abandonaría como muchas cosas que he intentado hacer, pero ¡me encantó! Ahora estoy convencida de la importancia de la novedad y el desafío para la felicidad. Cambié completamente de opinión al respecto", señala.
Probar las teorías que se han desarrollado en el ámbito de la psicología positiva, testear las creencias ancestrales sobre qué hace feliz al ser humano, reflexionar sobre lo que ella quería para su vida y tomar medidas en ese sentido fueron algunas de las tareas a las que Gretchen Rubin se dedicó durante un año y que plasmó en su libro Proyecto felicidad, de cuando pasé un año de mi vida cantando alegres melodías, ordenando los armarios, leyendo a Aristóteles y, en general, preocupándome menos y divirtiéndome más, que se publicó en 2009 en EE.UU., que ha sido traducido a más de diez idiomas y que se convirtió en best seller número uno según The New York Times.
Rubin es una abogada formada en la Universidad de Yale, que fue editora jefa de The Yale Law Journal y asistente de la jueza de la Corte Suprema estadounidense Sandra Day O`Connor, hasta que decidió abandonar las leyes para dedicarse a escribir, hace 12 años. Entre otras cosas, publicó un libro sobre Winston Churchill, otro sobre John F. Kennedy y luego Poder, dinero, fama y sexo: una guía de uso, con el que se hizo más conocida en Nueva York. Rubin es también una esposa, una madre de familia con una vida feliz, que quiso ser más feliz aún.
"Estaba atrapada en un ómnibus un día de lluvia y tuve una de esas oportunidades de reflexionar que uno generalmente no tiene cuando anda corriendo. Y pensé: `¿Qué quiero para mi vida?`. Me contesté. `Quiero ser feliz`. Pero luego me di cuenta de que no había pensado en si era feliz o en si podía ser más feliz. Y dije: `Debería hacer un proyecto felicidad`. Una de las cosas que quería de mi proyecto era poder apreciar más lo que tenía. A veces la gente cree que uno tiene que sentirse muy infeliz o estar viviendo una crisis para pensar en estos temas, pero la verdad es que uno puede ser feliz y querer usar esa base para serlo más".
Al día siguiente, Rubin partió a la biblioteca y sacó todos los libros que encontró sobre el asunto para investigar: revisó desde textos de Aristóteles, Boethius, Shopenhauer, hasta escritos del Dalai Lama, libros de Malcolm Gladwell y antiguos números de la revista Psychology Today, y poco a poco lo que comenzó como un proyecto personal se transformó en la preparación de un libro.
En "The Happiness Project", Gretchen identifica 12 temas que según los expertos son relevantes y asigna cada uno a un mes del año. Entre ellos están el matrimonio, el trabajo, la crianza, la amistad, la diversión, el dinero. Para cada uno de esos ámbitos establece una serie de resoluciones que busca cumplir, qué fundamento científico o empírico tienen, y luego cuenta cómo le va.
"Mi primer tema, por ejemplo, es la energía, porque creo que si uno es capaz de tener más energía, todas las otras resoluciones son más fáciles de mantener. Mi primera resolución fue dormir lo suficiente".
La idea de fondo es que uno puede cambiar su estilo de vida optando por tomar medidas muy concretas. Algunas de éstas son, para Rubin, hacer más ejercicio, botar cosas y ordenar para sentirse más energética. O cantar en la mañana, tomar tiempo para sus proyectos personales, darse momentos para ser más liviana y tener un cuaderno en el que cada día se anotan tres cosas por las que uno se siente agradecido.
Claudio Ibáñez, psicólogo y director ejecutivo del Instituto Chileno de Inteligencia Emocional, lleva años abocado al desarrollo de la psicología positiva en ese país. Explica que desde la perspectiva de esa disciplina, "la felicidad es el predominio en las personas de emociones positivas por sobre las emociones negativas". Por eso, recomendaciones como las que aparecen en Proyecto felicidad, aunque puedan parecer muy pedestres, tienen sentido.
Una activa bloguera. El éxito de Rubin fue casi inmediato. La autora explica que una de sus metas con el libro era precisamente cambiar su vida sin cambiarla. Explica:
-Si uno mira desde afuera, mi vida es la misma: hago el mismo tipo de trabajo, vivo en el mismo departamento, tengo la misma familia y la misma rutina. Pero mi experiencia de vida es mucho más feliz, porque eliminé lo que me enojaba, o me hacía tener resentimientos. No siempre se necesita una gran transformación.
La ex abogada, quien trabaja actualmente en un segundo libro sobre la felicidad, le dedica también mucho tiempo a su blog. Postea seis días a la semana: Los lunes propone una idea sobre la cual reflexionar, los martes sube un video, los miércoles entrega tips para ser más feliz, los jueves publica una entrevista, los viernes propone una resolución y el fin de semana sube al sitio la cita de algún autor valioso.
Además, mantiene al día su página Facebook y twittea. Otra de sus ocurrencias consistió en lanzar el año pasado Desafío de felicidad 2010, que consiste en que la gente se inscriba y siga sus recomendaciones durante 12 meses. El año pasado participaron cerca de 10 mil personas. Para 2011 ya cuenta con más de mil inscritos. Su blog se ha convertido así en un verdadero espacio de discusión. Y poco a poco fue generando una verdadera tendencia: la de asumir la felicidad como un proyecto concreto más que como un concepto. En Nueva York existen distintos grupos que se juntan regularmente para ayudarse a desarrollar su propio "objetivo felicidad" y alrededor del mundo ya son varios los seguidores. La clave de su éxito estaría en la palabra "proyecto". Así explica el encargado de los libros de autoayuda de la cadena de librerías estadounidenses Borders Books el éxito. Esa palabra "le da una sensación de estructura a la gente", dijo a The New York Times.
Proyectos en proceso. Estructura es algo que a Rubin no le falta. Para lograr ser más feliz y poder manejar todas sus resoluciones (sólo en 2010, se le ocurrieron 92) creó lo que llama una "resolution chart" (grilla de resoluciones) que le manda a quien se lo pida por mail y en la que ella va marcando las metas alcanzadas y las por lograr mes a mes.
Estructura es también lo que Rachel Galan, una bibliotecaria de 38 años que vive en el pueblo de Nacogdoches en Texas, encontró en el libro. Casada hace 17 años, con tres hijos de 16, 13 y 9, el año pasado Rachel sintió que su vida dio un giro.
"Después de 11 años como bibliotecaria me encontré en la posición de preguntarme qué quería ser de grande. ¿Qué tenía que ofrecer? ¿Cómo podía sentirme más comprometida en la vida?" cuenta desde su pueblo de 32 mil habitantes.
Rachel renunció y empezó a trabajar de manera independiente asesorando a personas que buscan financiamiento para proyectos de educación, arte, comunitarios o relacionados con bibliotecas. Dice sentirse muy gratificada al ayudarle a la gente a alcanzar sus sueños. Hace un par de semanas decidió dar un paso más creando su propio "proyecto felicidad".
"Yo soy muy buena para hacer listas por mi anterior trabajo, así que pienso y escribo las resoluciones que quiero cumplir. Eso me permite sentir que es más probable que tenga éxito con las cosas que quiero conseguir este año", señala.
Algunos tips
Tener en claro cuáles son los objetivos y nunca perder la oportunidad de progresar un poco en el camino para alcanzarlos.
Ser más consciente de la necesidad de cuidarse y darse tiempo para ella, lo que convierte las actividades "mundanas" en experiencias muy gratas y libres de culpa.
Ser más cariñoso con los seres queridos ya que esto repercute en la manera que los otros lo tratan a uno.
Examinar todos los días las cosas buenas que se poseen en la vida, redefinir las experiencias que se tienen y la relación con la gente de manera más positiva. Y tratar de ser mejor persona.
Cambiar el estilo de vida, empezando con medidas concretas como dormir lo suficiente y hacer ejercicio.
Anotar cada día en un cuaderno tres cosas por las que uno se siente agradecido.
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