Los líderes manejan una visión, ya sea una que ellos han ayudado a moldear o una que les apasiona. En algunos casos, ellos son los primeros en articular la visión, explicar cual es la misión y decir cómo ellos esperan hacerla realidad. En otros casos, ellos podrían simplemente endosar la visión existente en una organización, dándole vida de forma diferente por medio de sus iniciativas o compromiso contagioso.
De cualquier manera, los líderes hacen la visión explícita y convincente, y luego la tornan en ganancias concretas.
Dale Carnegie, por ejemplo, empezó promocionando un principio simple pero atrayente: “Cree que triunfarás y lo harás.” El tradujo esta visión en un enfoque práctico para el desarrollo humano y ha sido recibido con entusiasmo por millones de personas en todo el mundo.
Comunique Valores Esenciales
Los líderes comunican valores del corazón de una organización – los principios compartidos que unen e impulsan a una empresa. Adicionalmente, los líderes consistentemente comunican estos valores con claridad y pasión. Ellos saben que si sus mensajes son confusos o medio convincentes, los accionistas (o participantes) podrían recibir señales mixtas y responder de una manera confusa y tibia.
El ambiente competitivo de los negocios de hoy trae desafíos sin precedentes e impredecibles a los ejecutivos de todas partes. Así es que, ¿será que necesitamos un nuevo tipo de líder?
Los estudios muestran que el desempeño de una empresa está frecuentemente ligada al nivel de entusiasmo que los líderes puedan transmitir a su gente. Puesto de manera sencilla, los ejecutivos que sobresalen son capaces de comunicar entusiasmo acerca de las metas de la corporación y a cambio, convencer a su equipo.
Los líderes también promueven una comunicación de dos vías. Ellos quieren escuchar – regularmente – a su gente en toda la organización. Confortables con la retroalimentación positiva, también animan la disensión. Los líderes no andan en busca de clones. Ellos aprecian a los que se arriesgan, personas que pueden pensar y que pueden pararse de nuevo con los contratiempos.
Finalmente, lo que es esencial para la comunicación de liderazgo es que debe reforzarse con la acción: los líderes andan en los caminos de la comunicación. Cada líder importante en el cual usted puede pensar no solo ha articulado y comunicado las metas sino que también a ayudado a construir y rendir resultados.
Entusiasme y anime a las personas
Los ejecutivos estratégicos en los negocios entienden que la fuerza de trabajo es su valor competitivo clave. Más importante aún, los líderes realmente creen en las personas y pueden lograr de ellos lo mejor. Ellos expresan altas expectativas (pero realistas) de su equipo y típicamente sus asociados responden con resultados positivos. En pocas palabras, los líderes obtienen lo que esperan – involucrándose con las personas y reconociendo y premiando a las personas y equipos por rendimiento superior.
Regla número 1: Mostrar interés en los demás
En el año 1936 Dale Carnegie publicó su primer libro Cómo ganar amigos e influir en las personas, obra clásica sobre las relaciones humanas que lleva más de 40 millones de ejemplares vendidos en todo el mundo.
Carnegie murió en Queens en el año 1955, pero la compañía que el fundó produjo una industria multimillonaria de capacitación internacional.
Peter Handal, presidente y CEO de Dale Carnegie Training, dice que su consejo favorito surge del capítulo “Muestre interés en los otros”
“Todos tendemos a hablar desde nuestro punto de vista”, comenta Handal, “pero lo que enseña Dale Carnegie en su libro es a pensar y hablar en términos de los intereses del otro, poniéndose en su lugar. Cuando la gente se siente escuchada y valorada colabora de otra manera”, concluye Handal.
Regla número 2: Siéntase seguro
Harriette Cole, quien brinda consejos sobre relaciones humanas a los lectores americanos en su columna Sense & Sensitivity (sensatez y sensibilidad), remarca la importancia de transmitir las ideas con confianza y seguridad. “Si uno está nervioso o incómodo es más difícil que el otro nos preste atención o compre nuestras ideas. En cambio, si uno habla con entusiasmo y seguridad, la gente creerá en lo que decimos”, explica Cole.
Regla número 3: Muestre respeto
Jonathan Tisch, el CEO de los hoteles Loews de New York, cuenta que siempre es aconsejable ser agradecido con todos y cada uno de los trabajadores (desde el botones hasta el ama de llaves). “La regla de oro –ser buenos con la gente- se aplica a todos, más allá del rol que cada uno desempeñe dentro de una organización”, afirma Tisch.
Regla número 4: Ofrezca soluciones
“Persuadir al otro no significa darle un sermón”, opina Laurie Puhn, autora del libro Persuasión constante: Cómo cambiar sus palabras para cambiar su vida.
Según Puhn, la elección de las palabras es clave a la hora de comunicarnos. “Estar en desacuerdo con algo o alguien es natural, el tema es cómo lo decimos”.
En las situaciones de stress o ansiedad, por ejemplo, quejarse de un problema no hace más que crear más problemas. Para Puhn, al aportar un posible solución estamos recambiando la energía. “Además, tener la capacidad de ofrecer soluciones hace que nuestra presencia se torne necesaria dentro de un equipo de trabajo”.
Daniela de León. Directora de Dale Carnegie. Delegada del Comité de Calidad de Carnegie University desde Mexico hasta Argentina. Desarrollo y formación de Trainers para Argentina y Latinoamérica. Cuenta con un Posgrado en Recursos Humanos (Lincoln University). Miembro del Comité Ejecutivo de AEDIN (Asociación en Defensa del Infante Neurológico) Cerebral Palsy