viernes, 26 de julio de 2013

¿Serás dueño de tu tiempo si sigues tus pasiones?

http://www.dueno-de-mi-tiempo.com/2013/07/26/seras-dueno-de-tu-tiempo-si-sigues-tus-pasiones/

No tienes que estar de acuerdo con todo lo que digo, pero te aseguro que si lo escribo, es porque lo he reflexionado mucho, así que te propongo que estés abierto a darle un oportunidad. Estas son algunas de las conclusiones a las que he llegado luego de mucho reflexionar:
Ø      Al dinero le da igual que tú sientas o no pasión por la forma en que lo ganas. El dinero tiene sus reglas, y tú las conoces o no las conoces, las respetas o no las respetas. Punto. Y aparte. Se puede ganar mucho dinero siendo infeliz con algo que no te apasiona, y se puede ganar mucho dinero con algo que te apasiona y te hace feliz. Por el contrario, también puedes hacer algo que te hace feliz sin ganar un céntimo, y (la peor situación de todas) ser infeliz y estar bancarrota. Por lo tanto, si quieres ganar dinero con algo que te haga feliz, primero conoce las reglas del dinero, y luego combínalas con aquello que te hace feliz. En su brillante libro “The education of Millionaires”, Michael Ellsberg dice que te dediques primero a hacer dinero y que te acostumbres a poder salir a cenar afuera y vivir cómodamente. Eso va a reducir las posibilidades de que te dejes estar hasta arruinarte y vivir debajo de un puente. Identifica aquello que te apasionaría hacer y dedícate a aquello que esté más próximo a ello, pero que pague bien. Si te gusta la moda, vende ropa. Aprende a vender y hacer marketing, conoce los entresijos del negocio. A Ellsberg le gustaba escribir, soñaba con ser escritor, y comenzó por dedicarse a aquello que tenía un mercado: Escribir notas de venta y diseñar el marketing de los libros de otros escritores. Aprendió primero el negocio, y con el tiempo, pudo desarrollar su arte de forma que fuera rentable. Pero no empezó al revés, lo que podría haberle hecho terminar en la ruina.
Ø      La pasión es un motor poco confiable para propulsar tu negocio. Pero no lo vamos a discutir: Cuando sientes pasión por algo, puedes mover montañas. Sin embargo la realidad de montar un negocio es otra y muy exigente, y hay miles de cosas que hacer más allá de dedicarte a tu arte. El marketing debe ser el 50% de tu esfuerzo (y creo que me quedo corta). Además debes aprender a vender, a ocuparte de la parte operativa, y muchas otras cosas más. Es probable que por ellas no sientas pasión, y poco a poco la ilusión que tenías por tu proyecto empieza a desmoronarse. ¿Entonces? Si sólo confiabas en la pasión para motivarte a tener tu negocio, estás frit@. En un genial artículo de su blog de desarrollo personal, Steve Pavlina reflexiona sobre la influencia de la pasión vs. la disciplina a la hora de desarrollar un negocio. Pavlina alega que la pasión es una emoción, y que es por lo tanto volátil y susceptible de cambiar con nuestro humor del día. Pero como sabemos que cuando la sentimos nos motiva, muchos creen que es una condición necesaria para llevar adelante tu proyecto. Nop, no es necesaria, es sólo una forma más de motivarte. La disciplina, en cambio, es un hábito, y tiene por lo tanto la capacidad de motivarnos de forma mucho mas confiable, independientemente de las circunstancias y de las dificultades.
Ø      Si practicas algo con disciplina hasta que lo domines, terminarás sintiendo pasión por ello. En general, comenzamos a sentir pasión por aquello que se nos da bien. Por eso, si practicamos algo hasta que se nos dé bien, muy probablemente sintamos pasión por ello. Así que no seas tan exquisito. Empieza mirando aquello que está disponible en el mercado y que da dinero. Si no lo dominas, no sentirás pasión al principio, así como yo sufrí durante los dos primeros años en que intenté aprender a esquiar. Cuando ya pude bajar decentemente una pista, empecé a sentir pasión por ello. De la misma forma, en cuanto las cosas se te den bien y empieces a ganar dinero, muy probablemente sentirás pasión por lo que haces. Eso sí, elige algo que no detestes, difícilmente podrás llegar a dominarlo si simplemente lo odias.
Ø      Cuando las cosas andan mal financieramente, la vida es un asco. Y por más pasión que sientas por lo que haces, si no puedes cubrir tus necesidades básicas o no puedes dormir porque no sabes cómo vas a pagar las cuentas el mes que viene, te aseguro que empezarás a odiar al maldito violín, la maldita poesía, o las condenadas artes dramáticas que no te dan de comer. Ocúpate del dinero primero de forma de estar lo suficientemente cerca de tus pasiones o de tener el suficiente tiempo como hacer que tus pasiones crezcan hasta que puedas encontrar una forma de vivirlas más.
Con todo esto, no quiero decir (ni mucho menos!) que debes renunciar a tus sueños. Lo que digo es que tus sueños son irrelevantes a la hora de financiar tu vida. Sinceramente creo que el dinero no llegará solo por seguir tus pasiones. Sí creo que un emprendedor debe tener fe, pero no que debe creer ciegamente. Son dos cosas diferentes. La fe no es algo irracional, sino una combinación de paciencia y constancia que hace que confíes en que el resultado que buscas llegará, aunque todavía no lo veas. Es como sembrar una semilla: aunque no veas la planta surgir de la tierra, sabes que abonando el terreno y regando todos los días, la semilla terminará por brotar. Eso es la fe. Sin embargo la inconsciencia es no tener ni idea de cuales son las reglas para que las plantas crezcan y quedarte allí sólo mirando y confiando en que crecerá porque tú sientes pasión por la naturaleza. Pues no. Sin agua, sin sol y sin abono, nada brotará. Aprende primero qué tienes que hacer para que los billetes crezcan, y luego siembra sus semillas en torno a la vida que quieres vivir.

Nos leemos pronto. 
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