“Cuando entro más íntimamente en lo que llamo mí mismo, siempre tropiezo con alguna percepción particular de calor o frío, luz o sombra, amor u odio, dolor o placer. No puedo nunca verme a mí mismo sin una percepción, y nunca puedo observar nada excepto la percepción. Cuando desaparecen mis percepciones, como cuando estoy profundamente dormido, soy insensible a mí mismo y puede decirse que no existo. No hay pruebas de la existencia de algo permanente en nosotros mismos. Todo, biológicamente hablando, es efímero y perecedero". David Hume
viernes, 18 de marzo de 2016
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