Hablamos de esto hace unos meses, ¿recuerdas? Aquí puedes ver aquella entrada.
Sí, la escuela está cambiando porque los profesores también lo hacen. Todos somos más conscientes de que ya no es posible seguir con un modelo de reproducción del conocimiento o de mera transmisión del mismo. Para eso bastaría con una lista de lecturas que podríamos proporcionar a los alumnos por algún medio digital o análogico.
Ahora lo que buscamos es que los alumnos además de dominar los aspectos básicos del currículo (y no tan básicos para los que tengan la capacidad), sepan trabajar colaborativamente, pensar de maner crítica, comunicar lo que saben de manera personal y efectiva, etc. Todo ello forma parte de un concepto que se denomina "aprendizaje más profundo" o deeper learning; cierto que en nuestra lengua parece que suena mejor decir, a secas, aprendizaje profundo.
Está relacionado el deeper learning con un cambio obvio en el modelo de escuela y en los roles del profesor y del alumno. Respecto al alumno queda claro lo que se espera de él y de su protagonismo en el aprendizaje que ya no puede limitarse a escuchar y memorizar (por decirlo de un modo extremo). ¿Pero quién ayuda al alumno a ser un auténtico aprendiz en esta línea? Obviamente los profesores
En un informe que os ofreceré en la próxima entrada, ya que prefiero que podáis analizar con calma este infográfico (y el de la entrada señalada al principio de este post) se señala que con el fin de preparar a los estudiantes para el éxito en el siglo 21, los maestros deben:
Mi agradecimiento a Mónica R. Martínez por autorizarme a traducir y compartir este infográfico.
Sí, la escuela está cambiando porque los profesores también lo hacen. Todos somos más conscientes de que ya no es posible seguir con un modelo de reproducción del conocimiento o de mera transmisión del mismo. Para eso bastaría con una lista de lecturas que podríamos proporcionar a los alumnos por algún medio digital o análogico.
Ahora lo que buscamos es que los alumnos además de dominar los aspectos básicos del currículo (y no tan básicos para los que tengan la capacidad), sepan trabajar colaborativamente, pensar de maner crítica, comunicar lo que saben de manera personal y efectiva, etc. Todo ello forma parte de un concepto que se denomina "aprendizaje más profundo" o deeper learning; cierto que en nuestra lengua parece que suena mejor decir, a secas, aprendizaje profundo.
Está relacionado el deeper learning con un cambio obvio en el modelo de escuela y en los roles del profesor y del alumno. Respecto al alumno queda claro lo que se espera de él y de su protagonismo en el aprendizaje que ya no puede limitarse a escuchar y memorizar (por decirlo de un modo extremo). ¿Pero quién ayuda al alumno a ser un auténtico aprendiz en esta línea? Obviamente los profesores
En un informe que os ofreceré en la próxima entrada, ya que prefiero que podáis analizar con calma este infográfico (y el de la entrada señalada al principio de este post) se señala que con el fin de preparar a los estudiantes para el éxito en el siglo 21, los maestros deben:
- Capacitar a los estudiantes como aprendices.
- Contextualizar el conocimiento por lo que éste será coherente.
- Relacionar el aprendizaje con experiencias del mundo real.
- Ampliar el aprendizaje más allá de la escuela.
- Inspirar a los estudiantes mediante la personalización de las experiencias de aprendizaje.
- Incorporar intencionadamente la tecnología para mejorar (no automatizar ) el aprendizaje
Mi agradecimiento a Mónica R. Martínez por autorizarme a traducir y compartir este infográfico.
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