martes, 18 de septiembre de 2012

La educación de las emociones

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La intolerancia es un problema grave, un mal socializado desde que caímos en la trampa de un sistema que crea la mentalidad de bombero. Corremos detrás de lo urgente pero nos olvidamos de lo importante, todos tenemos reloj pero no tenemos tiempo.
Ayudar  al  que se da cuenta de su intolerancia es valioso, pero es como encontrar una aguja en el pajar. Un país que no contempla la educación de la inteligencia emocional,  hace la vista gorda ante la corrupción y le falta conciencia social, provoca que hasta un registro de conductor, se convierta en una licencia para matar. No conocer la causa de los problemas es la causa que los mantiene vigentes. Se puede conocer la causa y no saber remediarla, tomar medidas incorrectas sin pagar el costo, porque el responsable ya no estará para asumirlo.
Argentina es uno de los países que paga con más vidas humanas la falta de inteligencia social y emocional en la prevención de los accidentes de tránsito.
El factor principal del atraso de un país es la falta de educación en general y también en inteligencia emocional. Como prueba, en el examen de OCDE 2007, los alumnos argentinos de 15 años se ubicaron en el puesto 55 entre 57 países evaluados.
Cualquiera puede aprender a manejar autos, pero saber conducir es mucho más. Hay códigos de la calle que sirven para comunicar, gestos consensuados como el guiño para doblar o dar paso en las esquinas. Conocer esa cultura también ayuda a evitar accidentes.
Analfabetismo emocional. ¿Es el auto el que mata o la omnipotencia del que maneja? El conductor se expone porque cree que el beneficio supera al costo. Si no recibe multas sigue  pasando semáforos en rojo. El refuerzo social de su conducta es que todos lo hacen: el 41% de los accidentes frontales son por invasión de carril y el 50% por exceso de velocidad.
¿Por qué no pasa lo mismo en países avanzados? La diferencia está el aprendizaje social. El analfabeto emocional se sobrestima. Sabe que los chicos van más seguros atrás y con cinturón de seguridad, pero supone que nunca chocará. No aprende de la experiencia.
Debemos generar el respeto por las normas, sancionar a quien conduce alcoholizado, excede la velocidad permitida, usa celular, maneja cansado, o no toma precauciones de noche, con niebla o lluvia. El conductor debe hacer un check list antes de viajar.
Los gobiernos deben preservar el recuso clave de un país: el capital humano y el social, convirtiendo a la inversión en educación, seguridad y salud en políticas de estado
Para Jean-Paul Sartre  la condición humana no se conjuga en modo potencial, sino en presente indicativo, no somos lo que haríamos, sino lo que hacemos.
La intención o la palabra no comprometen tanto como las acciones.
Una falacia es un razonamiento equivocado pero psicológicamente persuasivo. En los libros de lógica aparece un chiste ejemplificativo. Se trata de un  parricida que antes del veredicto apela a la clemencia de los jueces  por su condición de huérfano.
La emoción violenta. Un analfabeto emocional pierde fácilmente la capacidad reflexiva o sus frenos inhibitorios. De la emoción violenta a la excusa exculpatoria de un crimen, se llega, por la justificación legal de lo moralmente injustificable, a amparar al victimario por haber actuado sin ser consciente de lo que hacía, o por ser incapaz de recordar el hecho.
Es una construcción humana que desequilibra la balanza entre el daño provocado y la pena merecida. Así el principio de “no matar”, es rebajado como si fuera el desenlace de una compulsión irrefrenable, reprochable, pero legalmente comprendida.
En el femicidio no se trata de emociones: es un sistema de pensamiento, un paradigma de dominio y posesión sobre la mujer que configura una autorización interna para matar.
Al desconocer la conducta imitativa de los victimarios, en lugar de una pena ejemplar, se invoca una figura legal que no disuade, sino que es una invitación a repetirla.
Los jueces resguardan su derecho de aplicar la pena. Pero las víctimas pueden reclamar que sea impuesta, ante la omnipotencia de una ley que todo lo puede.
No se logra progresar sólo mediante cursos informativos, sino alertando a los que viven junto a los que amenazan, advirtiéndoles que es probable que la cumplan. El barrio no es sólo testigo, es sustancia presente y actuante. Después pretenden linchar al violento o al violador, pero cuando lo tienen delante sostienen el “no te metas”.
Educar las emociones. Podemos reconocerlas, conocer sus causas, tomar conciencia de su intensidad, identificar su significado. Saber cómo, dónde y cuándo expresarlas, controlarlas, entender cómo afectan a terceros y asumir la responsabilidad por sus efectos.
Cuando la educación de las habilidades va de la mano de las emociones se pueden producir los cambios que deseamos. Eso aumenta nuestro poder personal.
La educación emocional tiene su cara interna: comprender y administrar las propias emociones y otra externa, comprender y manejar las emociones de los demás.
Hay que tomar conciencia. El temor, la ira, la vergüenza, la culpa, el amor y la felicidad nos recuerdan nuestro origen animal. Es importante saber qué es lo que se siente.
Ceguera emocional. Las escalas van desde el adormecimiento total, conciencia física como si se tratara de un dolor de cabeza, no reconocer su origen, o no poder verbalizarla.
Lo importante es aprender a diferenciarlas y detectar su origen, a  potenciar  las emociones positivas y a convertir las amenazas de las negativas, en oportunidades de cambio.
Nacemos con emociones naturales y aprendemos a quién, a qué y cómo dirigirlas
Existen cinco emociones naturales o  autenticas: 1- Alegría / Placer. 2- Afecto
3- Miedo. 4- Tristeza. 5- Cólera / rabia. Una emoción es auténtica cuando genera una reacción concordante con el estímulo que la provoca. Se da en el aquí y el ahora. Todas las emociones son positivas porque comunican algo sobre nosotros mismos. Al aceptar las agradables o desagradables nos estamos aceptando como somos y esto ayuda a mejorar.
Emoción                                        Propósito                         Respuesta Saludable
Miedo                                 Defenderse  de un peligro        Expresar y proteger
Tristeza                              Asimilar pérdidas                      Llorar, soltar, dejar ir
Rabia                                  Reconocer  lo que disgusta       Expresar, respetar
Afecto                                Acercarse a otros                       Expresar, compartir
Alegría                               Reconocer lo que nos gusta       Expresar, compartir
Hay que Aprender a diferenciar entre sentir,  expresar  y controlar. Una emoción auténtica se adecua en calidad, intensidad y duración. Invita al observador a sentir lo mismo. En  la emoción rebuscada  los sentimientos sustituyen a otros reprimidos o prohibidos, se usan para manipular o explotar  o se alejan de la realidad.
Etapas de la educación emocional. 1-Abrir el corazón. Comenzar con actos sencillos de afecto: Acariciar, pedir, aceptar y rechazar caricias. Acariciarse. 2-  Examinar el panorama emocional: afirmar acciones y sentimientos. Aceptarlas. Expresar  intuiciones. Convalidarlas. Centrarse en la aparición de emociones 3- Hacerse responsable, disculparse. Aceptar o rechazar disculpas. Pedir, dar o negar el perdón y reparar los daños cometidos.
La verdadera libertad emocional según Virginia Satir es la de aceptar lo que uno piensa y no lo que debería pensar, la de aceptar lo que uno siente y no lo que debería sentir, la de actuar como el ser único que uno es y no como debería ser.  En la medida que alguien reconoce sus emociones es menos posible que otros lo manipulen.
El cerebro registra las huellas del pasado: los instintos del reptil, las emociones del mamífero, que procrea por parto y siente afecto por sus crías. En la corteza se alojan el lenguaje y la razón. Así conviven los instintos, las emociones y los pensamientos.
El escorpión pide a la rana que lo cruce al otro lado del río. La rana temía su picadura mortal pero el escorpión la convence: ¿si lo hiciera moriríamos los dos?  Pero el escorpión no pudo con su naturaleza y en el medio del viaje la picó. La ilógica del cálculo provoca la catástrofe de la razón cuando aparecen causas no previstas, como el determinismo biológico. La paradoja es que el escorpión se autoengaña y pierde aun ganando.
Existen muchas razones para no ser racional. Es imprescindible enseñar a usar tanto el cerebro emocional como el intelectual. Y que la lógica abstracta incorpore una lógica práctica que no permita el suicidio de la víctima rana ni perdone el asesinato del escorpión.
Cuerpo sano en mente sana. Son pocos los que dejarían librada una enfermedad a la fe; pero las neurociencias certifican que quien tiene una actitud espiritual evita enfermedades o se recupera mejor. Una de las principales tendencias del encuentro del hombre con la espiritualidad es ante el dolor,  la pérdida y a la muerte. Es a partir de la realidad que se revela y se busca otra realidad. La pasión de la inteligencia surge del deseo de vivir y mantener la calidad de vida. Al apasionado le va mejor, su poder es un querer con eficacia.
Dos hermanos recibieron como herencia vacas lecheras idénticas, pero uno producía el doble que el otro. La causa era que uno las trataba bien y el otro mal.
La inteligencia espiritual no es un monopolio de las religiones, es patrimonio del hombre. Se ocupa de la trascendencia y de las conductas virtuosas: perdón, gratitud, humildad y compasión. Somos parte de un todo. Algunos se vinculan orando, otros asumiendo responsabilidades o practicando las leyes espirituales. Así mejoran su calidad de vida. Si el intelecto se olvida del espíritu, degrada la naturaleza, la familia; todo lo que importa.
Hoy la educación descuida la espiritualidad y crea autómatas muy capacitados. El espíritu se nutre, la enfermedad del espíritu se paga, la bancarrota espiritual precede a la quiebra económica. La tecnología y el intelecto deben congeniar con la fuente.
Un hachero cortaba el doble que otro. La causa es que afilaba el hacha. La materia prima esencial es la materia gris. No crece como la lechuga, se cultiva con educación.
Un doble camino de desarrollo. Hay que enseñar primero a usar y actualizar el cerebro en la percepción: velocidad y comprensión en la lectura, capacidad de escucha, agudeza sensorial y capacidad de observación. En el procesamiento: técnicas de estudio, concentración y memoria. En la comunicación: oratoria, redacción, diseño de un sitio web propio. En la aplicación: técnicas de creatividad y de resolución de problemas.
El segundo recorrido es aprender a convertir espíritu en materia. La inteligencia espiritual es la batería que brinda y recarga la energía. La inteligencia  emocional la pone en movimiento cada día,  la creativa la hace circular con las buenas ideas, la estratégica convierte las ideas en planes, la corporal ejecuta el programa, la social permite liderar y trabajar en equipo, la digital consolida el proyecto en internet.
Convertir espíritu en materia. El proceso se concreta en un logro, así el espíritu se materializa.  Estudiando el cerebro de  Einstein se comprobó que tenía un cerebro parecido a cualquier otro, la diferencia estaba en el software con el que lo hacía funcionar.
La PNL o programación neurolingüística descubrió que aprendemos imitando, que lo ideal es imitar a los mejore. Esto se aplica a personas, empresas y naciones. Japón destruido después de la guerra y sin recursos, mejoró lo que importaba y se convirtió en potencia.
Hay tareas que realizamos miles de veces en miles de horas con miles éxitos y fracasos. No sacar partido de ese activo impide aprender continuamente, cargando las innovaciones.
Gestionar el conocimiento es no empezar de nuevo cada día, como si no existiese la experiencia. La información se genera a diario,  se cuenta con el mapa de procesos, existe tecnología más que suficiente. ¿Por qué no usa el  GPS cerebral? Existe la posibilidad de contar con un sabio ante una duda o que se comunique cuando algo pueda interesar para ser más eficiente. Para eso hay que salir de la prisión de la amnesia educativa.
La integración entre inteligencia emocional e intelectual es como la complementación necesaria entre el ciego y el paralítico perdidos en el bosque, si es que quieren salvarse.
Aristóteles  fue un pionero en casi todo, incluso en la inteligencia emocional. Dijo al respecto: “Cualquiera puede ponerse furioso…eso es fácil. Pero estar furioso con la persona correcta, en la intensidad correcta, en el momento correcto, por el motivo correcto, y de la forma correcta… eso no es fácil”.
Dr. Horacio Krell CEO Ilvem. Dicta conferencias gratuitas sobre métodos para optimizar la inteligencia. Su mail de contacto es horaciokrell@ilvem.com

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