“Las habilidades del emprendedor se pueden aprender,
ya que más que un rasgo del carácter es una conducta, una actitud; define al
emprendedor como la persona capaz de intuir una oportunidad de negocio y poner
en práctica acciones arduas, creativas, difíciles y arriesgadas, que terminan
en la creación de una empresa o negocio”. Peter Drucker
Cuando con algo de serendipia a fines del año 2006 desarrollé el Taller Plan Emprendedor Personal (P.E.P.), nunca me imaginé que iba a escuchar tantos
Sueños…
El Taller se desarrolla siguiendo
la metodología de la
Indagación Apreciativa que es una
filosofía de cambio que parte de la premisa “descubra lo que da vida a un
sistema humano y luego déjelo fluir” (http://appreciativeinquiry.case.edu/).
Por tanto, los participantes del Taller descubren sus fortalezas y las proyectan
al futuro.
En una primera
fase, se realiza un diálogo en parejas con el propósito de descubrir
el potencial positivo de emprendedor que existe en cada individuo. Esto permite
conocer qué es lo que funciona mejor en cada persona y lo que se debe preservar
para llegar al sueño.
En la segunda fase
el participante debe visualizar su mayor potencial de emprendedor en un futuro
determinado.
Es ahí dónde me
han contado sus sueños, cientos de Sueños...
He escuchado sueños
de estudiantes de universidades privadas
y de la universidad pública, estudiantes
de varias carreras (ingeniería, comunicación,
administración, marketing, recursos humanos y estudiantes de muchas
otras cosas), profesionales y colegas, obreros metalúrgicos y otros trabajadores, públicos y privados, de
hombres y mujeres de Montevideo y también del interior (Maldonado, Rivera,
Soriano, Cerro Largo, Lavalleja), son sueños
de gente que desea hacer, sueños de emprendedores…
Mañana esos emprendedores fundan pequeñas empresas,
que luego se transforman en medianas y grandes. Generan negocios, crean la
riqueza de una región y de un país, dando trabajo a otros. Son los verdaderos
generadores de empleo ya que ese rol ya no lo ocupan las grandes empresas ni el
Estado. En rigor, en vías de la eficiencia, ocurre lo contrario, éstas tienden
a expulsar mano de obra. Por otro lado, las pequeñas empresas son los
verdaderos generadores de riqueza, aportando esfuerzo y creatividad.
Este
proceso por el cual hay gente que se anima a arriesgar, es lo que genera nuevas
unidades económicas, es el principal responsable del nivel de empleo de un país
y los verdaderos generadores de riqueza. Hay o no hay
más trabajo en la medida que haya gente capaz de generar nuevas empresas,
negocios saludables y luego de hacerlo, éstas se mantengan, sobrevivan y se las
ayude a crecer. Así se desarrolla y los beneficios se permean por toda la
sociedad buscando su futuro.
Esto no resulta para nada fácil; aún en países
con un ambiente de negocios favorable, tales como E.E.U.U., cuatro de cada
cinco de empresas que nacen no llegan al quinto año de vida.
Pero las que fracasan son las empresas, no así
los emprendedores que las crearon. Éstos desarrollan tolerancia al fracaso y aprenden
de sus propios errores. Estadísticamente, el emprendedor tiene éxito en la
tercera empresa que crea.
Favorecer este proceso significa acciones de la
sociedad civil y de los gobiernos, para animar a más personas a crear empresas
(aumentar la tasa de natalidad). Una vez funcionando, asistirlas, acompañarlas,
para lograr disminuir la tasa de mortalidad.
Y en el estadio de consolidación, propender a su
crecimiento, transformación y vinculación entre pequeñas empresas para lograr
grupos que puedan asomarse con éxito al mercado internacional.
Más importante que el proyecto (la eficacia de lo
que van a hacer), es el protagonista que emprende, o sea desarrollar al propio emprendedor.
La
investigación demuestra que no es posible encontrar un buen plan si antes no
hay un “buen emprendedor”, un sujeto que emprende suficientemente motivado y
entrenado.
La experiencia también presta atención a otras
variables como las actitudes que la gente tiene, porque éstas son la vía de
ingreso para nuevos conocimientos, dominio de herramientas y su aplicación (competencias:
habilidades y destrezas).
Las
actitudes se adquieren, así como la persona ha adquirido las que ahora tiene.
Las actitudes, conocimientos y hábitos confluyen
en la cultura, que bendice a unos y desvaloriza otros. Que tiene a algunos
arquetipos como héroes, pero que no se le ocurre que alguien que abre su
fábrica a las 6 de la mañana y genera un sinfín de actividades y empleos, pueda
serlo.
Héroes y antihéroes, el emprendedor ni siquiera
es visualizado por los jóvenes, siendo que muchas de sus conductas pertenecen a
este útil y valioso personaje social. En efecto, son los emprendedores por
ejemplo, quienes organizan el viaje de egresados y logran los recursos para
ello.
Pero al mismo tiempo, pareciera que toda la
educación formal, primaria, secundaria, universitaria, está destinada a generar
solamente al “buen empleado”, es decir, el buen gerente, ingeniero, el buen
técnico supervisor o empleado, etc. El paradigma de un estudiante
universitario destacado sería ingresar a una gran empresa, donde progresará
hasta un cierto punto, pero nunca será su creador ni propietario de ella.
Sacamos buenos empleados justamente cuando ese
núcleo de empresas, las grandes, estatales y/o multinacionales, generan cada
vez menos empleos por mayor utilización de capital, tecnología o tercerización
de actividades. Se orienta a los alumnos hacia el buen empleado cuando cada vez
hay menos empleo, mientras que lo que sí hay es más “trabajo”.
Hay menos trabajo en relación de dependencia,
pero más oportunidades de crear trabajo para uno mismo (“cuentapropista”) y
también para otros. Existen numerosas oportunidades para dar respuestas a
necesidades, que derivan en generar productos o servicios, que luego de que se
hayan “trabajado”, proporcionan mucho más que un salario.
A todo esto agrega la gratificación de ver la
idea realizada, el sueño hecho realidad, la organización, los productos, la
satisfacción de la gente que los compra o los usa.
El emprendedor comercial es una persona
pragmática que resuelve problemas (satisface necesidades) de otras personas y
gana dinero. También están los emprendedores sociales, los fundadores de ONGs,
los emprendedores culturales, educativos, deportivos, universitarios, todas
actividades que construyen la riqueza espiritual y material de una región o
país.
Hay emprendedores en los estamentos del Estado,
aquel que se arriesga, que tiene iniciativa, que organiza, que prueba, que
fracasa y se levanta y lo intenta otra vez.
Los emprendedores tienen eso que los ingleses
llaman “need to achievement”, que en
español se traduce como “necesidad de logro”, de bajar a la realidad una
idea, de hacerla funcionar, de que las cosas sucedan.
La necesidad de logro es el gran combustible
universal, y el que emprende pasa alegremente por muchos sacrificios, y tiene
la capacidad de postergar las gratificaciones en procura de sus metas.
El emprendedor no nace, se hace. Se hace a sí
mismo, con mayor o menor facilidad si cuenta con un “ambiente”, con una cultura
favorable, con orientación y apoyo. La perseverancia es aquello que separa a la
gente en el camino. La perseverancia se refuerza si se aprecia a otros perseverar
hasta alcanzar sus logros.
Se puede acompañar pedagógicamente a las personas
con distinta perseverancia en su formación de hábitos, y todas progresarán un
tanto. Lo que el acompañamiento no puede hacer es reemplazar su necesidad de
logro, el empuje o el placer que significa para ellos ver las cosas que soñaron
ya realizadas.
Lo que no se puede es generar sueños. Se ha
constatado que, por múltiples razones, hay jóvenes y mayores que renunciaron a
soñar, que no viven sino que han elegido sobrevivir. Que hay gente para la cual
la culpa siempre la tiene otro o se cree presa de las circunstancias, del
afuera. Gente que vive en lo que se llama “el
discurso de la víctima”.
Habitualmente se vive en un ambiente con una
cultura donde conectarse con la propia necesidad de logro resulta difícil y a
veces poco práctico, porque la mayoría de las veces se carece de base de
sustentación: nos gusta la artesanía, pero no se hace el esfuerzo y la
investigación para que los productos se posicionen en determinados segmentos del mercado, que
estén dispuestos a pagar por ello. Y entonces, los artesanos terminan
repartiendo pizza en moto.
A corto plazo, ello obliga a la gente a trabajar
para otros que se animan.
Pero esto será así hasta que se logre un ámbito
con otra cultura y entonces mucha más gente se planteará ese destino. Cuando haya más que se animen a conectarse
con su necesidad de logro, más luego serán los que avancen racionalmente a
materializarla.
Los emprendedores necesitan un marco que les
ayude a crear ese ámbito y también les ayude a conectarlos con el entramado del
aparato estatal, así como con otras instituciones como bancos,
consultoras, ONG, proveedores de
infinidad de servicios, etc. donde se puedan apoyar y los ayuden, y puedan
competir y crecer.
Gracias al P.E.P.
he escuchado cientos de sueños, ¿qué vamos a hacer para aprovechar este
formidable activo intangible?
Rafael
Rubio
"Nadie
debería ser nombrado para una posición directiva si su visión se enfoca sobre
las debilidades, en vez de sobre las fortalezas de las personas". Peter
Drucker
rr
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