Hoy en día Israel es lo más parecido a la meca de los emprendedores, y en gran parte esto se debe a la abundante disponibilidad de inversión en startups … pero¿cómo llegaron a este punto? ¿qué podemos aprender en España?. Tras mi estancia en Israel analizando su ecosistema emprendedor os cuento mi punto de vista sobre el tema…
Es muy fácil decir que el éxito del ecosistema de Israel se debe a una hiperabundancia de inversión en startups, algo sin duda crítico (aunque ni mucho menos es lo único, como ya vimos alhablar de la cultura)… pero ¿de donde viene esa capacidad inversora? Solemos caer en el clásico estereotipo de “es que los judíos tienen mucho dinero”, pero la verdadera razón es un poco más complicada.
Probablemente sea buena idea remontarse a sus orígenes: Aunque a día de hoy Israel es el país número 1 del mundo en gasto en I+D como porcentaje de su PIB, donde nacen 2 startups nuevas cada día y existe una inversión per cápita en startups de 140 dólares por habitante (frente a los 70 dólares de EEUU, con el californiano Silicon Valley a la cabeza o el esmirriado 1 dólar per cápita Español) no siempre fue así: como dijo Yuval Cohen, consejero delegado de StageOne (un fondo con sede en TelAviv):
“Hay una buena coincidencia entre Israel, California (Silicon Valley) y España: los 3 eran exportadores de naranjas en el pasado.. ¡pero a España todavía le queda evolucionar”
Sin duda la presencia de una industria fuerte de capital riesgo es importante… pero lo primero posiblemente sea distinguir de qué estamos hablando realmente cuando nos referimos a capital riesgo y cómo funciona el ciclo de inversión en una startup…. porque en España al hablar de “capital riesgo” realmente estamos uniendo dos cosas muy diferentes:
- Private Equity: Invierte en empresas ya consolidadas en fase de expansión, representa la mayor parte del capital riesgo en España.
- Venture Capital: Invierte en empresas incipientes, toman el relevo a los business angels(entre 200 mil euros y 1 millón aprox.)… y en España apenas hay fondos con esta filosofía de inversión .
La carencia de una industria de venture capital, así como la de un grupo grande y experimentado de business angels que realmente inviertan en capital “semilla” es uno de los principales obstáculos al desarrollo de un ecosistema emprendedor. Y cuento todo esto porque hará que comprendamos mejor la historia de Israel y sobre todo, qué podemos aprender de ella.
Y es que como país resulta crítico disponer de un ecosistema emprendedor sano, dinámico y bien engrasado… pero no porque los emprendedores “molen”, sino porque existen estudios que indican que por ejemplo:
En USA, cuando un fondo de venture capital invierte en una compañía esto lleva a la aparición de entre 2 y 6 nuevas startups y la creación de aprox. 300 puestos de empleo.
EL CASO DE YOZMA: INVERSIÓN Y GOBIERNO SÍ PUEDEN CONVIVIR
Cuando estuve estudiando el ecosistema emprendedor de Israel una de mis obsesiones eracomprender cual fue la chispa, el elemento que hizo que Israel se convirtiera en lo que es hoy. Obviamente no encontré una única respuesta, pero sin duda Yozma (“Iniciativa” en hebreo) es uno de los elementos clave responsables en gran parte del estado actual del panorama emprendedor del país.
Para conocer mejor todo esto tuve el privilegio de poder hacer una larga entrevista a Yigal Erlich, una de las figuras clave en Israel y el que es considerado por todos como el padre del venture capital en Israel, además de ser padre del programa incubadoras (del que hablaremos en otro momento)… pero me gustaría resaltar una de las frases que me dijo:
Nosotros no intentábamos planificar cómo debía ser la industria del venture capital, identificamos unas necesidades tras hablar con los actores del ecosistema emprendedor e intentamos resolverlas
Yozma es una de las pocas (algunos dicen que la única) iniciativa de inversión de un gobierno en startups que ha sido rotundamente exitosa. Se trata de un programa que diseñó el gobierno Israelí en 1992 para crear un mercado real de venture capital en el país (en realidad la industria del venture capital en Israel ya existía, de hecho nació en 1985 con Athena Venture Partners pero como sucede en España era un mercado muy pequeño).
No fue fácil, además los condicionantes del entorno de aquellos tiempos eran los siguientes:
- Baja inversión en startups (se hablaba de un mercado de apenas 20 millones de USD)
- Altísimo talento cualificado con un gran foco en I+D pero con una mala experiencia en llegada al mercado y marketing
- Crecimiento exponencial del número de nuevas startups
- Carencia de firmas de inversión en venture capital
Con estos mimbres se creó por parte de la OCS (Office of the Chief Scientist) un fondo de inversión de 100 millones de dólares para crear 10 nuevos fondos de inversión de 20 millones de dólares (salvando las diferencias de tamaño, para comparar en España nos gastamos 13.000 millones de euros en el fallido “Plan E”), con los siguientes condicionantes:
- El gobierno aportaría como mucho el 40% del fondo (8M USD) (lo que implica que como mínimo se iban a aportar por parte del sector privado 150M USD)
- El resto del fondo (60%) no debía estar compuesto sólo por compañías Israelitas, sino que se incentivó la entrada de fondos de venture capital extranjeros con reputación y éxitos en la inversión en startups (track record verificado).
- Posibilidad de que el fondo recompre al coste la participación del gobierno, de forma que éste deje el fondo y por tanto se convierta en privado la 100%.
- Toma de una posición minoritaria, además sin voto en la gestión del fondo y sin influir en su curso.
El gobierno no era quien debía resolver el problema, no sabíamos de startups e inversión… nuestro papel fue el de catalizador, para ayudar a que naciera una industria de gente que sí sabía, apoyados por fondos extranjeros con experiencia. Yigal Erlich
Los resultados fueron realmente espectaculares:
- Creación de 10 fondos de inversión con una capitalización de 263 millones de dólares
- Inversión en 164 startups entre 1993 y el año 2000, desde entonces han aparecido 5.000 startups.
- Ratio de exit (es decir, de desinversión por parte del fondo, que es como monetizan) del 56% (muy superior a la media)
- 26 billones de dólares invertidos en compañías Israelitas desde entonces
- Inversión directa e indirecta en el país de fondos extranjeros
- En 5 años el gobierno no sólo recuperó todo el dinero invertido sino un retorno >50%
CONCLUSIONES
En resumen, sin duda es importante todos los aspectos culturales y demás para la creación de un ecosistema emprendedor, pero como demuestran los números, debe existir inversióninteligente (smart money). Para ello es clave el papel del gobierno, pero no para crear o modificar elementos de un ecosistema que no entiende, sino para actuar de catalizador.
En mi opinión, lo que podemos aprender de esta iniciativa y que es la base de su éxito es:
- No se centró en hacer más grandes a los grandes, sino que dejó espacio para pequeños fondos con ganas de trabajar.
- Se creó una masa crítica de venture capital para el mercado de startups (250M USD), lo mínimo considerado entonces para que pudiera “arrancar”
- Atrajo dinero “inteligente”, ya que no sólo se trataba de conseguir inversión sino de comprar conocimiento de cómo se invertía en startups… sin importar que el conocimiento viniese de fuera.
- No intentaron escoger los que a priori eran los potenciales “ganadores” y concentrar el efecto, sino que buscaron que la inversión fuera distribuida (ya que lo importante no es que haya mucha inversión en 1 empresa sino muchas empresas invertidas).
- El gobierno no se involucró directamente en la gestión, sólo parcialmente en el consejo que fue encargado de la selección de proyectos.
- El número de fondos era limitado (debía de actuar como catalizador, no crear una industria pública)
- Consecuencia de la presencia de fondos extranjeros, las compañías invertidas ganaron visibilidad internacional ya que el negocio de los fondos de inversión se mueve mucho por relaciones… lo que aumentó no sólo la visibilidad de la startups en las que se había invertido sino de todo el ecosistema israelí.
El ejemplo de cómo Israel creó una fuerte industria de Venture Capital ha sido seguido por países como Corea, Dinamarca, Taiwan, Australia o la antigua Checoslovaquia que han intentado emular su éxito. Yo creo que cada país debe encontrar su propio camino, no “copiar” el modelo de otro… sino estudiar sus propias condiciones y ver qué es trasplantable y qué no.
Si te has quedado con ganas de saber más de Yozma o, Dios quiera que sea así, trabajas para el gobierno y quieres estudiar qué es usable en el caso de España, aquí puedes leer un detallado estudio sobre el mismo.
Este artículo es parte de la serie en la que hablo sobre mi experiencia en Israel sobre el terreno para estudiar el ecosistema emprendedor de Israel:
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