Hay personas que cuando se van de este mundo, lo dejan simplemente como estaba. Hay otras sin embargo, que lo dejan peor que como se lo encontraron. Finalmente hay algunas personas, unas cuantas, que dejan un mundo mejor. Por eso, ¿cuántas personas hacen falta para marcar una diferencia?. Para mí, la respuesta es 1. Una única persona, usted, yo, los dos, podemos marcar una diferencia. El gran pensador norteamericano Emerson decía: “La mayor desgracia de un ser humano no es el hecho de que se va a morir, sino el no encontrar en su vida a nadie que le ayude a alcanzar lo que realmente puede llegar a alcanzar”. Creo que no hay nada que nos interese más alcanzar que nuestra plenitud como personas.
Cuando el joven Kyle, considerado por sus compañeros de colegio como un tipo raro, recogía todos sus libros el viernes por la tarde y los llevaba como podía en su mochila, no es que hubiera decidido pasarse todo el fin de semana estudiando. Aquel fin de semana Kyle había decidido suicidarse y no quería que sus padres tuvieran que ir el lunes al colegio con la penosa tarea de tener que recoger sus libros. Cuatro años después y sorprendentemente, aquel joven se había convertido en el mejor alumno y en el más querido de su colegio. A él le correspondió hacer el discurso de graduación en el que se celebraba el final de aquella etapa educativa y el paso a la universidad.
Kyle habló de que aquel era un día de celebración y de agradecimiento. Era un día de celebración porque durante cuatro años, todos ellos habían tenido que superar multitud de obstáculos y dificultades para poder llegar a su meta. También era un día de agradecimiento hacia aquellas personas que le habían ayudado a superar tantos obstáculos y dificultades. Kyle habló de sus padres, de algunos de sus profesores y de su mejor amigo, de aquel que le ayudó a salir adelante en el momento más oscuro y difícil de su vida. Aquel amigo estaba allí presente y se quedó perplejo, al igual que el resto de los asistentes, cuando Kyle contó su intención de suicidarse cuatro años atrás.
Lo único necesario para recuperar la alegría
Al salir del colegio aquel viernes, un grupo de chicos le empujaron y le tiraron al suelo. Mientras aquellos chicos se alejaban riéndose, Kyle buscaba desesperadamente sus gafas e intentaba reunir todos sus libros. Uno de sus compañeros de clase contempló la escena, corrió hacia Kyle y le ayudó a encontrar sus gafas y a volver a reunir sus libros. Como curiosamente vivían cerca, aquel chico acompañó a Kyle a su casa y le ofreció que jugara con él y sus amigos al fútbol la mañana del sábado. Algo cambió en la mentalidad de Kyle cuando se sintió querido, valorado y apoyado. A partir de aquel momento, surgió una bella amistad que duró los cuatro años del colegio.
¿Cuántas personas hacen falta para marcar una diferencia? Creo que la respuesta sigue siendo 1. Si Thomas Alva Edisonse convirtió en quien se convirtió, algo tuvo que ver su madreNancy Matthews Elliott que creyó siempre en él cuando en su colegio los profesores pensaban que no tenía suficiente cerebro para seguir unos estudios primarios.
Todos nosotros necesitamos personas que nos inspiren a creer en nosotros y a desplegar nuestro verdadero potencial. El poder de una mirada, de un gesto, de una palabra es mucho mayor del que muchas veces nos imaginamos. Para una persona que se ha pasado el día recibiendo golpes, un gesto de aprecio, una humilde sonrisa, puede ser lo único que necesite para empezar a recobrar la alegría. Decía Albert Einstein que “en la vida, o nada es un milagro o todo es un milagro”. A cada uno de nosotros la Vida nos ha puesto aquí por algún motivo. No hay nadie como usted porque usted es un ser único y singular. Lo que no haga usted quedará sin ser hecho. Si usted descubre que ante la pregunta: ¿Cuántas personas hacen falta para marcar una diferencia? la respuesta es 1, YO, también habrá respondido con un SÍ a la grandeza de la Vida.
Tengo la firme convicción de que cuando a usted le toque hacer el tránsito de este mundo al que pueda venir después, sin duda estará entre aquellas personas que lo habrán dejado mejor que como se lo encontraron. Alguien jamás le olvidará y le tendrá siempre presente en su corazón, porque usted con su forma de vivir, le habrá dejado un excepcional legado.
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