Cuando, hace unos años, Shannon Kao tropezó con el curso “Introducción a la Ingeniería Eléctrica e Informática” tras dos semestres estudiando química orgánica, se dio cuenta de inmediato de que las computadoras serían el medio que le permitiría hacer algo tangible e interactivo a partir de su amor por las matemáticas. Y pese a que su primer puesto como investigadora había sido en un laboratorio de biología, Kao pronto entraría a formar parte delGrupo de Computación Afectiva en el Media Lab del MIT, donde empezaría a trabajar en una aplicación gratuita llamada StoryScape.
Este software, destinado a familias con niños con problemas de desarrollo, permite a los usuarios arrastrar y soltar, desde una galería que Kao ayudó a elaborar, personajes animados e ilustraciones en una página en la que pueden elaborar historias propias y compartirlas más tarde con los demás. Además, los personajes animados pueden reaccionar a los estímulos del entorno de los usuarios (como ruidos fuertes o el temblor del dispositivo móvil en que se encuentre instalada la aplicación).
Con el tiempo, Kao ha ampliado su ámbito de investigación gracias al Scheller Teacher Education Program (STEP) del MIT, destinado al desarrollo de tecnología educativa. Durante los últimos dos años y medio ha trabajado junto al programador e investigador Daniel Wendell en un proyecto llamado StarLogo, que enseña a estudiantes sin formación informática a construir un programa para el modelado de sistemas descentralizados, como los atascos de tráfico. La clave de la accesibilidad de StarLogo se basa en un sistema de programación por bloques, similar a ladrillos LEGO virtuales: en lugar de escribir un líneas de código, se arrastran y sueltan los bloques prefabricados de texto creando gráficos 3D: sólo ciertas combinaciones de texto crean código capaz de funcionar.
La forma es que se construye el código mediante bloques se asemeja mucho, sorprendentemente, a la construcción de una historia: necesita formar un bloque coherente de inicio desarrollo/fin, o no funcionará. Así, la labor de Kao consiste ahora en trabajar junto a los padres y niños a los que está dedicada la app, para trabajar sobre su usabilidad.
Como destacan en MIT News, Kao no abandona su interés por la narrativa cuando sale fuera del Media Lab: también es editora deRune (la revista literaria del MIT) y ha ganado las dos últimas ediciones del premio de literatura de ciencia ficción del MIT.
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