los principios fundamentales de la neurociencia sugieren que meditar puede tener un impacto más significativo en la cognición cuando el cerebro está en sus etapas más tempranas de desarrollo.
Distintos estudios han podido concluir que los niños y niñas en edad escolar que practican la meditación consiguen un mejor rendimiento y una relación más armónica con el entorno de su clase.
Según informó la edición en español de The New York Times, los pequeños lograron avanzar en su control cognitivo, en su memoria de trabajo y mejores notas en matemáticas, mientras que también, de acuerdo a un informe publicado en la revista Mindfunless basado en la experiencia en una escuela primaria de Corea del Sur, varios estudiantes de quinto año de primaria con hiperactividad y déficit atencional (THDA), redujeron considerablemente sus conductas agresivas, su ansiedad y niveles de estrés. Lo anterior, tras participar durante ocho semanas en un programa de meditación.
Esto se explica, dice el artículo, porque los principios fundamentales de la neurociencia sugieren que meditar puede tener un impacto más significativo en la cognición cuando el cerebro está en sus etapas más tempranas de desarrollo. Y es precisamente en la infancia cuando desarrolla conexiones en los circuitos prefrontales con mayor rapidez.
Es esta plasticidad adicional que genera el potencial para la meditación lo que tiene un impacto tan importante en las funciones ejecutivas en los niños. Obviamente, la meditación también beneficia a los adultos, pero sus efectos en materia de control cognitivo tienen menor solidez.
Esto lo comprobó en 2011 un estudio clínico publicado en The Journal of Child and Family Studies, que hizo una comparación directa entre adultos y niños debido a que formaron parte del mismo programa de meditación consciente y fueron evaluados de la misma forma. Se reclutó a niños de 8 a 12 años con un diagnóstico de THDA y a sus padres en un programa de entrenamiento de atención plena de ocho semanas. Los resultados mostraron que la meditación consciente mejoró significativamente la atención y el control de impulsos en ambos grupos, pero las mejoras fueron sin duda más visibles en los niños.
Ya sea que los niños tomen medicamentos o no, la meditación puede ayudar a infundir autocontrol y la capacidad de concentración. Es probable que fomentar la meditación y las prácticas mente-cuerpo se reconozcan como parte fundamental de la paternidad inteligente, al igual que enseñar a tus hijos a trabajar duro, comer saludable y ejercitarse con regularidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario