martes, 9 de octubre de 2012

"Las tumbas de piedra"

http://ignaciofernandez.blogspot.com/2012/10/presentacion-del-libro-las-tumbas-de.html 


Me sorprendió la invitación del autor. Estaba preparado para un libro técnico de psicología, organizaciones, consultoría o management, pero no para una novela. Sé poco de literatura. ¿Sería capaz de hacerlo? Si me invitó, manos a la obra.

Mi reconocimiento a Hugo Kruger por atreverse con un libro de ficción. Requiere coraje y muy buena pluma.

Un líder de una comunidad ha sido asesinado. ¿Quién lo mató?, ¿por qué?, ¿qué tipo de comunidad es?, ¿por qué sería importante llegar hasta el fondo del asunto y no hacerlo pasar como un homicidio cualquiera?

Max Callejas, un investigador del aparato gubernamental del actual gobierno debe encontrar al asesino. La vida de Callejas, el amor rezongador de su pareja Lila y la lógica desconfiada, irónica y autoreflexiva del investigador son apasionantes. Evocan a Cayetano Brulé, el detective de las novelas de Roberto Ampuero.

Hugo escribe con un ritmo vertiginoso, entretenido, manejando el suspenso, dejando el hambre de saber la verdad abierta al final de cada capítulo. La novela se escurre entre los dedos a cada capítulo, mantiene la tensión, no decae nunca y nos involucra en las hipótesis. Además de conocer el asesino (¿o serán asesinos?), ¿que implicancia socio-política tiene la muerte de Humberto Rodríguez, el líder de la secta?

Hugo se atreve con el mundo de las sectas y sus vínculos con los invisibles hilos del poder político, tema apasionante y a la vez peligroso, por la gran cantidad de sectas que viven socialmente validadas en el Chile actual. ¿Cuál es el límite entre un grupo cerrado, excluye y poderoso, y una secta derechamente enferma?  

Es una novela sobre el poder y su efecto en las relaciones y la vida de las personas. Invita a pensar el Chile actual y el tipo de relaciones entre los grupos y las asimetrías de poder. Pone los ojos sobre quienes tienen cargos de poder y los estándares de sanidad y patología de los mismos.

¿Cuántos personas como nosotros sufren en sus lugares de trabajo o en sus pequeños grupos sociales parte de los delirios de los “Humberto Rodríguez” que tenemos en nuestro país, con una apariencia exterior de normalidad y una intimidad secreta marcada por la patología, la sumisión ciega de quienes viven con ellos, la depredación del yo de cada integrante del círculo y el uso de cualquier medio para sostener visiones que alteran los juicios de la realidad sin ariscar la nariz, con tal de sostener la propia parcela de poder?

Es una novela que provoca la reflexión sobre la vida en comunidad y el significado de relaciones humanas sanas. Aparece la oposición entre horizontalidad y verticalidad. Es clave distinguir la diferencia entre roles asimétricos y actitudes horizontales. El drama es cuando los roles jerárquicos se ejecutan desde actitudes de superioridad, sientiéndose más personas que los dirigidos.

Resulta interesante reflexionar sobre la pseudo-religiosidad y la pseudo-espiritualidad como herramientas de manipulación psicológica y depredación del yo individual, todo teñido de desarrollo personal, búsqueda de Dios y la interpretación de las fallas ante el líder sectario como ofensas a lo divino.

Emerge también el tema de los elegidos. El líder que somete a los seguidores inicialmente voluntarios a un servilismo fanático y ciego de sí mismos, en función de la patología narcisista del "líder". No existen elegidos. Desde una mirada trascendente todos somos elegidos y debemos transitar nuestro camino, sin representantes privilegiados de ninguna especie.

¿Por qué el libro se llama las Tumbas de Piedra? Por el ego. El ego representa nuestra propia piedra. Para ser parte de la comunidad Las Taguas debías hacer un trabajo de crecimiento personal que te llevará a identificar tu ego y superarlo, para cuando estuvieras listo, poder ir a enterrar tu ego, tu piedra. De aquí el nombre de la novela.

¿Hay que enterrar nuestro ego? No. Es necesario gestionarlo, agradecerle el papel que jugó en el desarrollo psicológico personal y desidentificarse del ego personal para buscar identificaciones de nivel trascendente. Resulta clave la gestión del sí mismo, salir del piloto automático de los condicionamientos socio-culturales, despertar a la consciencia y desarrollar el propio camino de automaestría.

Yo sé poco de eneagrama, disciplina de la cual Hugo es un experto y del cual publicó el libro El enegrama en la organización, junto a Claudia Nario. Sin saber mucho de este tema, intuyo que el diseño de los personajes sigue los 9 eneatipos, por lo que los conocedores de eneagrama podrán saborear, catar y deleitar la fineza psicológica de la caracterización de los personajes en detalle. Un thriller psicológico dentro una secta desde la mirada del eneagrama. Apasionante.

Hay un desafío al lector para identificar los tipos psicológicos a partir de sus actitudes, comportamientos y razonamientos. El autor no ofrece caracterizaciones psicológicas y eso le da un atractivo de suspenso psíquico. Cada uno de nosotros tiene que ir construyéndolas. La entrevista de Max Callejas con el psiquiatra es uno de los pasaje notables del libro.

Si bien es ficción, los guiños de la historia chilena son interesantes y a los que tenemos más de 40 nos evocan esos espacios personales de opinión y emoción ante hechos como la aparición de la Virgen de Peñablanca en 1983.

La dedicatoria a quienes fueron abusados por Karadima, revela una mirada de solidaridad con quienes tuvieron el coraje de develar una de las sectas con mayor pedigree social y validación religiosa de los últimos decenios.

Se entrelee la visión del autor sobre una sociedad más justa, sana y ecuánime, donde el modo de relaciones conlleve un uso del poder al servicio de las personas y no al servicio de los líderes.

Queda resonando una mirada de sanidad comunitaria desde la integridad personal, donde los caminos de desarrollo social se fundamenten en personas sanas, con caminos de crecimiento personal basados en la consciencia y la automaestría, y donde interactúen con la noción de legítimos otros válidos en dignidad, para construir una convivencia social armónica.

Nos invita a revisar nuestros juicios sobre las diferencias socio-culturales. Tal como dijo Humberto Maturana hace unas semanas en la revista Qué Pasa, los problemas de equidad y educación en Chile es que tratamos las diferencias accidentales como diferencias válidas. Si nací en una familia adinerada (algo accidental en mi biografía), es normal que tenga más oportunidades que si hubiera nacido en una familia pobre. Validar lo accidental es asentar las diferencias socio-culturales, cerrando la puerta a la necesidad de cambiarlas. Entender las diferencias accidentales como diferencias no válidas es el motor para trabajar por la nivelación de la cancha en el acceso a la igualdad de oportunidades, de manera que lo accidental no determine nuestra existencia.

Finalmente dos cosas: (1) felicitar a Hugo por el coraje, el talento, la sensibilidad psicológica, la convicción y la fineza de su pluma. Me entretuve a tope. (2) Invitarlos a cada uno de ustedes a leer “Las tumbas de piedra”. Se entretendrán, aprenderán, reflexionarán y profundizarán su mirada sobre la relación yo-otros en espacios de convivencia sana.

Es un gran aporte para el paradigma comunitario desde la individualidad automaestra, que lenta y progresivamente comienza a ofrecerse como alternativa al imperante paradigma egocéntrico.

No hay comentarios:

Publicar un comentario