sábado, 13 de octubre de 2012

¿Por qué perseguimos el éxito?

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Nuestro cerebro intenta aumentar al máximo nuestras posibilidades de sobrevivir y reproducirnos para asegurar la continuidad de la especie humana, por lo que dedica grandes esfuerzos y energía a obtener buenos resultados en las actividades que abordamos. La ciencia explica nuestro afán por ganar a toda costa.
Para tener éxito es fundamental perseverar, en vez de limitarse a intentarlo; o darse pronto por vencido (Agencia: EFE)
Para tener éxito es fundamental perseverar, en vez de limitarse a intentarlo; o darse pronto por vencido (Agencia: EFE)

Aunque suele afirmarse que lo más importante es competir en vez de ganar, las investigaciones científicas sugieren que para nuestra mente, lo que más importa es triunfar cuando participamos en los juegos, deportes y otras tareas.  No se trata de egoísmo o vanidad sino de una necesidad de supervivencia. 
Según un nuevo estudio de investigadores de la Universidad de Yale, en Estados Unidos, publicado en la revista científica 'Neuron', cuando las personas participan en algún juego, casi todo el cerebro se centra en dicha actividad lúdica, y no sólo el llamado 'centro de recompensa' como se pensaba hasta ahora.
"Nuestro cerebro intenta maximizar las posibilidades de supervivencia y reproducción, por lo que la recompensa es importante para todas las funciones cognitivas y, por lo tanto, para la mayoría de las regiones del cerebro", según el director de del trabajo, el doctor Timothy Vickery, del Departamento de Psicología de la Universidad de Yale.
Se sabe que las sensaciones de recompensa y castigo que surgen cuando una persona se halla ante un estímulo deseable o temible, se centran en una región del centro del cerebro denominada ganglios basales.
El doctor Vickery, junto con sus colaboradores Marvin Chun y Daeyeol Lee, profesores de psicología y neurobiología, en Yale, ha descubierto que cuando una persona está jugando, su actividad cerebral relacionada con las ganancias y pérdidas no sólo es reconocible en los ganglios basales, sino en casi todas las áreas del cerebro.
Para llegar a esta conclusión, los investigadores analizaron la actividad cerebral de un grupo de voluntarios mediante una técnica de imagen llamada resonancia magnética funcional (fMRI), mientras participaban en juegos muy sencillos, como el de 'piedra, papel o tijera', para garantizar que los resultados fueran lo más claros posibles.
Así comprobaron que las señales que se generan en el cerebro cuando alguien logra una recompensa positiva (cuando gana o alcanza un éxito) o un castigo (cuando fracasa o pierde), no se procesan sólo en una zona restringida de la corteza cerebral, sino que las conexiones neuronales se extienden por casi todas las áreas del cerebro.
Los secretos de un cerebro existoso
Es decir que "todo el cerebro 'se preocupa' por el éxito y el fracaso, por ganar y perder, porque estos acontecimientos son realmente  importantes para el aprendizaje en todos los ámbitos", ha explicado el doctor Vickery al portal científico SINC.
De acuerdo a otra investigación, la clave del éxito en la vida de una persona, independientemente de su coeficiente intelectual y condición social, está en sus habilidades de autocontrol,  como laconciencia, la autodisciplina y la perseverancia.
Según un estudio de la Universidad de Duke (Carolina del Norte, EE.UU.) dirigido por el doctor Avshalom Caspi, el grado de autocontrol que exhibe un niño puede predecir la salud, la riqueza y las conductas antisociales que tendrá después a lo largo de toda su existencia.
Basándose en las evaluaciones periódicas de los educadores, los padres, los investigadores y los participantes, los científicos de Duke recopilaron información sobre más de 1.000 personas en Dunedin, Nueva Zelanda, quienes fueron seguidas desde que nacieron hasta que cumplieron 32 años de edad.
Descubrieron que aquellas personas con niveles altos de autocontrol en su primera infancia, a los tres años de edad, cuando eran  adultos tenían menos probabilidades de sufrir problemas comunes de salud, adicción a las drogas, dificultades para administrar el dinero, criar a un niño en un hogar monoparental o ser condenados por un crimen.
En una segunda prueba con medio millar de gemelos británicos no idénticos, se comprobó que el hermano con un menor nivel de autocontrol a los cinco años tenía más probabilidades que el otro gemelo de fumar, tener un bajo rendimiento en la escuela, y participar en conductas antisociales a los 12 años de edad.
Afortunadamente,  si el déficit de autocontrol se reconduce las posibilidades de éxito en la adultez se eleva, ya que los niños cuyo autocontrol fue mejorado durante el estudio obtuvieron mejores puntuaciones de adultos en las áreas de salud, prosperidad económica e historial criminal que lo que estaba previsto por sus resultados al comienzo de la investigación.
Para tener éxito no sólo en materia de bienes materiales o mejoras laborales, sino también en las relaciones sociales, la pareja, la sexualidad, el desarrollo personal y el mundo de las emociones y la mente, es fundamental cultivar la perseverancia, en vez de limitarse a 'intentarlo' o darse pronto por vencido.
"Hay que darse tiempo para alcanzar los objetivos, avanzando despacio y con tranquilidad. Los cambios son progresivos y en ocasiones tenemos algún tropezón, pero no hay que rendirse", señala el psicólogo clínico José Antonio Tamayo.
 
Para convertir los sueños en realidad, el experto del Centro Activa de Madrid aconseja "perseguir un solo objetivo cada vez, ya que si uno se plantea lograr muchas cosas importantes, todas al mismo tiempo, es muy probable que no las consiga, así como definir con claridad cuál es el propósito que se quiere alcanzar"
El psicólogo también recomienda establecer metas que se puedan alcanzar, en lugar de objetivos poco realistas o inalcanzables, marcarse plazos razonables para alcanzarlas, e imaginar el efecto positivo que tendrá en nuestra vida el conseguir nuestro objetivo dentro de unos meses y a largo plazo.
fuente: terra

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